Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo: "En la lengua no manda nadie"
El fil¨®logo retoma su Escuela de Ling¨¹¨ªstica, L¨®gica y Artes del Lenguaje
Mucho antes de que se pusiera de moda la palabra "multidisciplinar" Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo lanz¨® su proyecto de Escuela de Ling¨¹¨ªstica, L¨®gica y Artes del Lenguaje. La idea era reconciliar disciplinas a las que la ense?anza hab¨ªa ido alejando hasta confinarlas en los compartimentos estancos de la filolog¨ªa, las matem¨¢ticas y el teatro.
Por la necesidad de "enriquecerse mutuamente" y para romper las barreras entre las tres disciplinas naci¨® en 1988 esa Escuela -ni escolar ni escol¨¢stica-, que dur¨® hasta 1991. Hubo a su amparo tres grandes encuentros de expertos internacionales y la promesa de la Comunidad de Madrid de asegurar su futuro. Promesa rota: "Aquello fracas¨®, como fracasa todo lo que puede herir. El ¨¦xito s¨®lo llega a aquello que no hace da?o a nadie, a aquello que sigue la corriente", recuerda Garc¨ªa Calvo, que esta tarde presentar¨¢ el "recordatorio" de la Escuela en un acto que se celebrar¨¢ a las 19,30 en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid. "Vamos a celebrar el recordatorio de los 20 a?os no s¨®lo de lo que pudo ser, sino de lo que puede surgir en cualquier momento", dice.
En un caf¨¦ del Paseo de Recoletos, rodeado de periodistas, amigos y disc¨ªpulos y abrigado con cuatro camisas de cuatro colores distintos, este catedr¨¢tico jubilado de Filolog¨ªa Cl¨¢sica insiste en las bases de un proyecto "no naci¨® para producir t¨ªtulos universitarios, sino conocimiento. Ahora se habla mucho de la ense?anza interdisciplinaria: se trata de hacerla realidad. Estoy en contra de la especializaci¨®n, concebida como la otra cara de la vulgarizaci¨®n".
As¨ª, la formaci¨®n matem¨¢tica no se relaciona con el lenguaje y apenas con la m¨²sica, "centrada como est¨¢ en el desarrollo de lenguajes tecnol¨®gicos, adaptados, sobre todo, a la tecnolog¨ªa de la comunicaci¨®n". La "presi¨®n econ¨®mica" de la inform¨¢tica y los lenguajes de las m¨¢quinas hacen que los esfuerzos de los l¨®gicos se dirijan a ese campo, afirma. Los gram¨¢ticos, por su parte, se dedican a "probar m¨¦todos" dentro de "algunas de las escuelas de moda (semi¨®tica, generativismo...)". Las artes del lenguaje no reciben, en su opini¨®n, mucho mejor trato: "Tengo con la gente del teatro una larga experiencia para saber hasta qu¨¦ punto las cuestiones de declamaci¨®n est¨¢n abandonadas".
Expulsado en 1965 de la universidad franquista junto a Jos¨¦ Luis Aranguren y Enrique Tierno Galv¨¢n, Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo ha ganado tres premios nacionales que resumen bien la amplitud de miras de un hombre dif¨ªcil de catalogar. As¨ª, es Premio Nacional de Traducci¨®n por el conjunto de su obra, de Literatura Dram¨¢tica por La Baraja del rey don Pedro y de Ensayo por Hablando de lo que habla, un volumen que resume bien sus investigaciones sobre el lenguaje, una herramienta "que es al mismo tiempo lo m¨¢s usual y cotidiano del mundo y la ¨²nica cosa que sin ser natural se nos reparte a todos gratuitamente, y que al mismo tiempo es un artilugio extremadamente complejo".
Autor tambi¨¦n de obras como Elementos gramaticales y Tratado de r¨ªtmica y prosodia y m¨¦trica y versificaci¨®n, Garc¨ªa Calvo afirma que "la principal confusi¨®n es la que identifica la lengua con la escritura". Y la primera en caer en esa confusi¨®n, dice, es la Real Academia Espa?ola. Por eso no quiere saber nada de la nueva gram¨¢tica acad¨¦mica, presentada hace unos meses: "En la lengua no manda nadie, es gratis. La cultura s¨ª cuesta dinero". Por eso arremete tambi¨¦n contra los "locutores cr¨¦dulos" que imitan la escritura al hablar. "Dicen excelencia y obst¨¢culo. Cosa que nunca ha dicho nadie", ejemplifica forzando la pronunciaciones de la "x" y de la consonantes "bs".
Para el fil¨®sofo, la lengua hablada pertenece a "una especie de asamblea subconsciente" comunitaria que "no sabe lo que hace cuando habla, y cuando trata de saberlo no hace m¨¢s que entorpecer el curso de la lengua". Seg¨²n ¨¦l, esa asamblea subconsciente, el pueblo, puede llegar a pervertir el significado culto de una palabra "para vengarse". Un ejemplo: "idiota", que originariamente significaba "simple". Poeta y autor de letras para canciones (suya es la del nada patri¨®tico himno de la Comunidad de Madrid, hoy fuera de uso), Garc¨ªa Calvo trata de sacar la poes¨ªa de los libros para devolverla a la oralidad (de nuevo, inconsciente y sin forma fija) de la que surgi¨®: "Hay que volver a las fuentes vivas de la lengua". Y sobre la blindada figura del autor, sostiene: "Cuando en poes¨ªa surge algo de verdad eso no surge de tu conciencia, no surge de uno, sino a pesar de uno. Lo que de un poema valga algo, eso no lo he hecho yo. La parte mala, la parte obediente, eso s¨ª es m¨ªo".
?El ¨²ltimo heterodoxo?
Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo, que publica todos sus libros en su propia editorial, Lucina, pero los firma con su nombre entre signos de interrogaci¨®n, lleva a?os luchando contra el "enga?o" de un poder empe?ado seg¨²n ¨¦l en imponer ideas sobre la realidad para matar "lo que hay vivo en la raz¨®n y el coraz¨®n". Reconoce, eso s¨ª, que cada a?o recibe "unos euros" por las letras de canciones de algunos de sus amigos, empezando por el celeb¨¦rrimo Libre te quiero de Amancio Prada. L¨²cido hasta el fin, afirma que transige "a medias" en la dial¨¦ctica entre libertad y sumisi¨®n: "Tanteo cu¨¢nto se puede conseguir y cu¨¢nto se paga por ello".
Jubilado de la universidad, cada mi¨¦rcoles llena el Ateneo de Madrid en una tertulia pol¨ªtica que dura ya 12 a?os y a la que asiste m¨¢s de un centenar de personas. ?C¨®mo hac¨ªa en sus a?os de profesor para escapar de la parte institucional? "Ahora recuerdo aquello con cierto pesar porque en toda ense?anza hay una cierta violencia, aunque yo me dedicaba a hacer ejercicios de lat¨ªn y griego, no daba asignaturas que transmitieran ideas. Us¨¦ mis fuerzas y cierto prestigio que me rodeaba para no examinar. Pon¨ªa las notas seg¨²n la que cada uno de los alumnos hubiera puesto a la clase. El que mejor se lo hab¨ªa pasado ten¨ªa la mejor nota". Su tertulia, en la que "no se da clase ni se predica", est¨¢ llena de j¨®venes. Aunque no le gusta la palabra joven: "Es un t¨¦rmino fascista". "Mientras menos carga se tiene encima m¨¢s posibilidades hay de que surja algo que merezca la pena. Claro que la gran carga es el futuro, el porvenir".
Babelia
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