Un patrimonio desconocido
La Biblioteca del Parlamento, casi an¨®nima, suma un valioso fondo hist¨®rico y legal - La digitalizaci¨®n y otra sede han reducido las visitas
Casi se podr¨ªa decir que no la conocen ni sus propios usuarios. La Biblioteca del Parlamento vasco, uno de los mejores centros de documentaci¨®n sobre Derecho P¨²blico de Euskadi, es una gran desconocida. Alberga varios miles de ejemplares con una notable selecci¨®n de material jur¨ªdico, pero tambi¨¦n una importante colecci¨®n de libro vasco antiguo, con joyas como uno de los ¨²nicos cuatro ejemplares que quedan de la primera edici¨®n de Gvero de Axular de 1643, donado por el lehendakari Carlos Garaikoetxea, o una copia del primera edici¨®n impresa del Fuero de Vizcaya, de 1528.
La presidenta del Parlamento, la popular Arantza Quiroga, alab¨® recientemente en p¨²blico la calidad de la Biblioteca. Sus fondos comenzaron a conformarse en enero de 1982, bajo el impulso de Juan Jos¨¦ Pujana, primer presidente de la C¨¢mara vasca. La ambici¨®n de este pol¨ªtico y, ante todo, erudito, pasaba por crear un gran centro documental, al estilo de las bibliotecas de otros parlamentos, la primera de ellas la monumental del Congreso de EEUU, en Washington.
Guarda uno de los cuatro ¨²nicos ejemplares de la primera edici¨®n de 'Gvero'
Pujana impuls¨® la colecci¨®n en 1982 como primer presidente de la C¨¢mara
En principio, adem¨¢s de impulsar la secci¨®n dedicada al Derecho P¨²blico para consulta de parlamentarios, pol¨ªticos y periodistas, se adquiri¨® la biblioteca particular de Juan Ram¨®n de Urquijo, que inclu¨ªa una notable selecci¨®n de literatura en euskera, sobre todo religiosa. Entre esas obras, se encuentra, por ejemplo, el primer Catecismo en lengua vasca, fechado en 1596.
Puestas esas bases, la siguiente gran compra correspondi¨® a los fondos del exiliado en Venezuela Patxi Abrisketa. "Fueron adquiridos en cadena. Primero estaba la Universidad de Deusto; luego el Parlamento y lo que no nos interesaba a nosotros pas¨® a los Benedictinos de Lazkao", recuerda Andoni Iturbe, director de Estudios del Parlamento.
Iturbe confirma este desconocimiento de su centro, "sobre todo, desde que nos hemos cambiado de edificio". Desde hace unos a?os, la Biblioteca ha pasado de la sede del Parlamento a un edificio cercano en la calle del General ?lava. "Las visitas se han reducido notablemente. Antes estaba frente a la cafeter¨ªa y, quieras que no, siempre se acercaba alg¨²n parlamentario", a?ade.
Un punto clave ha sido la transformaci¨®n que en materia de consulta ha llegado con Internet y la digitalizaci¨®n de fondos. La actual responsable de la Biblioteca, Arantzazu Alday, recuerda c¨®mo en los primeros tiempos, al ser la ¨²nica instituci¨®n de Vitoria que dispon¨ªa de los boletines oficiales de todas las comunidades aut¨®nomas, "mucha gente ven¨ªa para mirar las ofertas de empleo p¨²blico. Como es un centro privado, normalmente se mov¨ªan con cierto reparo, pero tambi¨¦n hubo quien nos pidi¨® que le hici¨¦ramos una fotocopia del carn¨¦". Sin llegar a tal desparpajo, las paredes de la Biblioteca del Parlamento s¨ª que echan hoy de menos aquel trasiego.
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