Estadella, cronista de la ciudad

Jordi Estadella irrumpi¨® como cronista de la ciudad en el programa Al mil por mil de Radio Juventud a principios de la d¨¦cada de los 70. Barcelona era sucia y destartalada, tras a?os de administraciones ineficaces y corruptas. Daba pena verla: las barracas conviv¨ªan con los bloques alumin¨®sicos, hijos de los peores pelotazos mafiosos, y sus pobladores eran tipos enjutos, con boina y camiseta imperio, un cuadro neorrealista. Por encima de la Diagonal hab¨ªa otro tipo de personal, mejor vestido, pongamos en Conti o Furest, que denominaba charnegos a los espec¨ªmenes del primer grupo y se beneficiaba de la prosperidad de tercera regional inducida por el desarrollismo, aunque viv¨ªa en calles igualmente sucias y dejadas.

Por supuesto, la ciudad era mucho m¨¢s que ese retrato de trazo grueso. Justamente porque miraban la ciudad tipos como Jordi Estadella, Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n -con quien colabor¨® m¨¢s tarde en la TV-3 de la calle de Num¨¤ncia... ?junto al Up&Down!-, Joan de Sagarra, Perich, Umbral -que miraba Madrid-, Mars¨¦ o Mart¨ª G¨®mez, por citar a los mejores, al tiempo que Arribas Castro insist¨ªa en que la ciudad era un mill¨®n de cosas.

Fue una mirada pol¨ªticamente comprometida, pero por encima de todo gamberra e irreverente. La ejerc¨ªan tipos duros que practicaban el periodismo de noche, un g¨¦nero hoy desaparecido en combate. Y que contaban la ciudad como la ve¨ªan, si hac¨ªa falta invent¨¢ndose sujetos tan disparatados como Tito B. Diagonal, un pijo que hac¨ªa como que no se enteraba cuando estaba al tanto de todo, capaz de recomendar calzado deportivo para las manifestaciones domingueras de 1976 desde una emisora fundada por el Movimiento.

Por la ¨¦poca, a Jordi Estadella no se le conoc¨ªa el nombre real. Eso vendr¨ªa poco despu¨¦s, con la tele, donde ejerci¨® siempre de manera solvente, pero ya lejos del cronismo noct¨¢mbulo. Periodismo de mirada y voz propia, y encima siempre de buen humor. No se puede pedir m¨¢s.