Desarme nuclear en La Croisette
Adivina adivinanza: es estrecho por abajo y se hace m¨¢s ancho por arriba hasta adquirir forma como de seta, mete mucho ruido y sale humo, ?qu¨¦ es? Bravo para los m¨¢s perspicaces o pesimistas, que lo habr¨¢n adivinado: el hongo nuclear que un buen d¨ªa, si la cosa no se frena pero ya, nos mandar¨¢ a todos a visitar a San Pedro, el de las llaves del cielo.
Muchos la intentan frenar, entre ellos Obama y Medvedev, que quieren evitar viejas situaciones en las que el dedito de unos y otros a punto estuvo de apretar el bot¨®n dichoso del catap¨²m definitivo. Ellos firman tratados de no proliferaci¨®n y de reducci¨®n de arsenales, y otros, como el productor estadounidense Lawrence Bender y la directora brit¨¢nica Lucy Walker, hacen pel¨ªculas. Y otras, como la ex primera ministra noruega Gro Brundtland o la reina Noor de Jordania apoyan con su presencia activa pel¨ªculas como esta, Countdown to zero (Cuenta atr¨¢s), un documental tan agresivo en sus intenciones como inquietante en su relato proyectado hoy fuera de concurso en el Festival de Cannes.
Es sencillo: la vieja y sempiterna 'espada de Damocles' de la que hablara en su d¨ªa John Fitzgerald Kennedy sigue ah¨ª, con 23.000 armas nucleares sobre nuestras lindas cabezas y, lo que es mucho peor, con la nada descartable posibilidad de que alg¨²n loco iluminado que un buen d¨ªa oy¨® en sus lindas orejitas la llamada del buen Dios, consiga hacerse con nueve gramitos de uranio enriquecido y monte la de San Quint¨ªn. Espada de Damocles real y vigente, pues. Cu¨¢nta raz¨®n ten¨ªa Kennedy.
La tesis de la pel¨ªcula es demoledora: m¨¢s all¨¢ de los pa¨ªses que ya tienen munici¨®n nuclear -algunos de ellos de tan preocupante pedigr¨ª como Pakist¨¢n, India o Israel, sin contar el caso iran¨ª- es relativamente f¨¢cil que uno de esos aspirantes a cambiar la historia del mundo (y de paso, carg¨¢rsela directamente) encuentre material adecuado para fabricar su bomba nuclear, b¨¢sicamente en el mercado negro de alguno de los pa¨ªses de la ex Uni¨®n Sovi¨¦tica, y es a¨²n m¨¢s f¨¢cil que la introduzca en Estados Unidos salt¨¢ndose todos los controles.
Countdown to zero describe con milim¨¦trico detalle, y pone como escarpias los pelos del espectador, el proceso de devastaci¨®n y muerte que ocasionar¨ªa una explosi¨®n nuclear en una ciudad como Nueva York, y recuerda que ahora mismo hasta 40 pa¨ªses ser¨ªan capaces de fabricar la bomba. El documental recupera im¨¢genes de la fallida cumbre de 1986 en Reikiavik entre Reagan y Gorbachov, e incluye entrevistas a un buen n¨²mero de expertos en cuestiones nucleares, ex agentes de la inteligencia de EEUU y personajes como el propio art¨ªfice de la 'perestroika' ("recuerdo con tristeza aquella cumbre, porque pudimos acabar con la proliferaci¨®n nuclear pero fracasamos", reconoce) o como Valerie Plame Wilson, la agente encubierta de la CIA cuya identidad revel¨® The Washington Post, una vieja experta en armas de destrucci¨®n masiva hoy reconvertida en activista antinuclear. "Siempre luch¨¦ para que los terroristas no tuvieran armas nucleares, y sigo haci¨¦ndolo", ha dicho Plane Wilson en Cannes, donde curiosamente se proyectar¨¢ este jueves la pel¨ªcula Fair Game, en la que la actriz Naomi Watts da vida a la ex agente.
La reina Noor de Jordania ha prestado hoy, con su presencia f¨ªsica en Cannes, su apoyo total no solo a esta pel¨ªcula, sino al colectivo Global Zero, que bajo la coordinaci¨®n de Bruce Blair cuenta con el apoyo de 200 l¨ªderes pol¨ªticos de todo el mundo.
Bender ya sabe lo que es "remover conciencias y tratar de cambiar el mundo con el cine", como ¨¦l mismo ha dicho hoy: no en vano fue ¨¦l mismo quien puso en marcha la pel¨ªcula An inconvenient truth (Una verdad inc¨®moda), sobre el desastre del calentamianto global, y que acab¨® logrando no s¨®lo un Oscar sino el premio Nobel de la Paz para su actor ¨²nico: el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore.... a la saz¨®n buen amigo de Bender. "Sabemos ya el poder que puede tener el cine, y presentar esta nueva pel¨ªcula en Cannes supone un nuevo intento de cambiar las cosas", explica el productor de pel¨ªculas como Reservoir dogs o Inglorious basterds.
Desde una belleza que el tiempo no es capaz de marchitar y desde una voz radiof¨®nica y modulada que impresiona cuando se escucha de cerca, Noor de Jordania ha pedido en Cannes el apoyo expl¨ªcito al colectivo Global Zero y ha advertido que har¨¢ "todo lo que pueda para que esta pel¨ªcula se vea en el mayor n¨²mero de paises".
La ex monarca jordana quiere que la pel¨ªcula y el movimiento antinuclear Global Zero se conviertan en "aut¨¦ntica informaci¨®n viral" ya que, ha dicho, "Estados Unidos y Rusia se est¨¢n comprometiendo en reducir sus arsenales nucleares, y si siguen as¨ª muchos estados les seguir¨¢n... porque se trata de una cuenta atr¨¢s hasta cero, no hay otra salida".
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