Notas que viajan en el tiempo
Miles de 'fans' escriben cada a?o a la Julieta de Shakespeare para contarle sus historias de amor.- Un grupo de voluntarios se dedica, en Verona, a responder cada una de las cartas
Hay cartas que viajan en el tiempo. O que traspasan la barrera entre la realidad y la literatura. Uno de sus portales es la ciudad de Verona, en Italia. All¨ª, donde William Shakespeare narr¨® la tragedia m¨¢s famosa de la historia, un peque?o club dirigido por Giulio Tamassi y donde trabajan 15 voluntarias, responde las cartas que personas de todo el mundo env¨ªan a Julieta. "Le hablan de sus historias de amor, pero tambi¨¦n de sus amistades, su familia, otros problemas", cuenta entre el tel¨¦fono y el correo electr¨®nico Elena Marchi, una de las secretarias de la dama shakespeariana. "La gente le suele escribir: 'Eres la ¨²nica que puede entenderme".
Elena lleva siete a?os respondiendo, de su pu?o y letra, todas las cartas que llegan al n¨²mero 3 de la via Galilei, en la villa italiana. Tambi¨¦n recogen las notas que los fervientes admiradores del amor imposible entre Romeo y Julieta dejan en la tumba de Giulietta Capello, alter ego supuestamente real de la hero¨ªna o en la casa que perteneci¨® a la noble familia. "Recibimos unas 5.000 cartas al a?o. Algunas ¨¦pocas, como San Valent¨ªn, son m¨¢s ajetreadas que otras", dice esta traductora de 45 a?os.
Su historia y la de sus compa?eras, las secretarias de Julieta (solo un hombre trabaja en el club, adem¨¢s de su presidente), inspir¨® a las hermanas Lise y Ceil Friedman para escribir, en 2006, Cartas a Julieta. Este mismo a?o se estrena en Europa la pel¨ªcula, basada en el trabajo de las voluntarias que convierte Verona en el escenario de una nueva historia de amor. "Sentimos que esta historia deb¨ªa ser contada, y est¨¢bamos tan cautivadas por la historia de los primeros secretarios, ambos hombres", cuentan las Friedman.
El Club de Julieta fue fundado en los 70 por un grupo de amigos, principalmente artistas, para coordinar actividades culturales en la ciudad, seg¨²n Tamassi, que se hizo cargo de la asociaci¨®n hace 25 a?os. Pero su origen va m¨¢s all¨¢. Todo empez¨® con el guardi¨¢n del pante¨®n en el que descansaba Julieta (su cad¨¢ver fue exhumado, seg¨²n la leyenda), Ettore Solimani. ?l respondi¨® una de las notas que llegaron a la tumba con la ¨²nica se?a de "Verona, Italia". Otros hombres tomaron el relevo. "Los dem¨¢s, como un famoso acad¨¦mico veron¨¦s, lo hicieron durante a?os hasta que se fund¨® el club", explica Tamassi.
El mundo de los sentimientos
"Es un privilegio", sentencia Elena. "Te dan una perspectiva ¨ªntima del mundo de los sentimientos, del amor", dice, "ver que tanta gente a¨²n se preocupa del amor me hace sentir bien". Al buz¨®n del club llegan cartas de todo tipo: desenga?os, traiciones, amores imposibles o no correspondidos. Cada una puede dar para tejer un relato propio. Pero a Elena le gusta leer aquellas historias en las que, al contrario de la obra del genio ingl¨¦s, triunfa el "felices por mucho tiempo".
Su trabajo cabalga entre el de asesora sentimental y pa?o de l¨¢grimas. "La gente a menudo busca consejo pero lo que m¨¢s necesita es alguien que les escuche", dice Elena. Ceil, que junto a Lise ha le¨ªdo cientos de cartas, destaca el caso de un adolescente (los m¨¢s sentimentales) que no sab¨ªa qu¨¦ regalar a su novia por su cumplea?os. "Lo interesante es que problemas que pueden parecer banales son a veces tan conmovedores como los de una esposa enga?ada porque est¨¢n escritos desde el coraz¨®n y son enormes para quien escribe", explica.
En la era de las redes sociales, de la blogosfera, de la privacidad compartida, muchas de esas misivas se env¨ªan al aire. Los remitentes suelen responder a las palabras de la ficticia Julieta con sorpresa. "No esperan que las lea nadie", dice Elena, que puede tardar hasta un par de d¨ªas en sentirse satisfecha con la contestaci¨®n que da en cada carta manuscrita. La explosi¨®n de sinceridad, a veces, le amedrenta. A pesar de que entre sus amigos la conocen como Julieta, le queda lejos ese s¨ªmbolo de coraje y fuerza que representa el personaje para los lectores m¨¢s rom¨¢nticos. Sin embargo, ella tiene su propia historia de amor. Y, de momento, pinta un final feliz.
Babelia
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