Del rabo de toro al verm¨² y los arroces
Los autores prefieren la cocina de toda la vida para los d¨ªas de feria
Del rabo de toro de Casa Domingo a las perdices estofadas de Belarmino y los arroces o las mollejas con setas del Laredo hay poco experimento culinario, pero mucho fundamento. Es lo que prefieren los autores, editores y libreros que estos d¨ªas campean con la crisis y el pulso del libro por la Feria del Retiro. Entre firma, paseo y ch¨¢chara, los que le dan nervio a la industria editorial, entre creatividades y estrategias, se dejan caer por los restaurantes de la zona y eligen cocina tradicional frente a platos sofisticados o experimentos.
Es cuesti¨®n de tiempo, de ritmo y de est¨®magos. Los m¨¢s j¨®venes, contando poetas en ciernes, novelistas primerizos y editores arriesgados de menos de 40 tacos, como dice el poeta Carlos Pardo (tambi¨¦n chico para todo en la editorial y librer¨ªa Antonio Machado) se inclinan por el verm¨², los pinchos y las raciones de Bodegas Mart¨ªn , en el paseo de Men¨¦ndez Pelayo.
Digamos que son los alternativos. Los de toda la vida, tambi¨¦n sin salir del ¨¢mbito po¨¦tico, como el editor Chus Visor o Luis Garc¨ªa Montero, mojan pan con huevos fritos en Belarmino, aunque ah¨ª tambi¨¦n le dan a la ensaladilla, el gazpachito o la caza. Cada uno que se pague lo suyo, que en esto del libro, este a?o, dice Visor, "la cosa est¨¢ mal". Se nota la crisis. "Cuando los lectores miran ejemplares de entre 20 y 25 euros, se echan para atr¨¢s. Antes sacaban la Visa y sin problemas. Ahora, se lo piensan...".
Al lado tambi¨¦n, cerca de Alcal¨¢ o en la misma calle, quedan El Chisc¨®n o Casa Domingo. Son restaurantes muy de autores consagrados y editoriales de post¨ªn, de Alfaguara a Planeta, con buenas cuentas de resultados. Es el caso tambi¨¦n de Casa Rafa, pescado y marisco fresco, a precio medio alto. M¨¢s econ¨®mico y escondido del mundanal jolgorio est¨¢ el Pazo Coru?a, trinchera de los de Random House Mondadori, con cocina gallega a precio asequible, un pulpo excelso y terracita.
Por Doctor Castelo y en la calle Menorca hay lugares m¨¢s que recomendables. La Castela reina en la primera calle, con sus maridajes de garbanzos y langostinos, sus revueltos de calabac¨ªn y merluza, su ensaladita de cecina y dem¨¢s. Ahora, por la misma zona, gana enteros el steak tartar, las alcachofas y la mantequilla salada de La taberna Arzabal . Sin olvidar los embutidos de Buendi, en el n¨²mero 15 de dicha calle.
Pero para tabernas, imbatibles de p¨²blico y cr¨ªtica quedan todav¨ªa los hermanos Laredo en la Taberna que lleva el nombre de la familia. David en la cocina, Miguel en el comedor -aconsejando sobre los vinos tambi¨¦n- y Javier en la barra. Clan profesional donde los haya tratando pescados, carnes, huertas y arroces por todo lo alto, con buena bodega y buenos quesos para rematar.
Son el pu?ado de restaurantes preferidos por el personal. Aunque las escapadas a veces aumentan el di¨¢metro hacia italianos como la Taberna Siciliana , muy en boga para el mundillo o los cl¨¢sicos Paradis , cocina mediterr¨¢nea a saco y cl¨¢sicos como La Ancha, faltaba m¨¢s. Es un pase¨ªto. Del retiro a la zona de las cortes bien vale una fideua de setas y foie en Paradis o un escalope como Dios manda en la Ancha de la calle Zorrilla. M¨¢s si luego queda tiempo para una siesta.
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