La vida en la trastienda de la feria
Un paseo por las casetas que son como adosados con jard¨ªn.
La Feria es una urbanizaci¨®n de 349 casetas adosadas con jard¨ªn. Cada residente se afana a diario en ponerla bien mona; por las ma?anas abre sus puertas a las diez y media y la adecenta, la recoloca, la renueva, la mantiene limpia y la airea. Y no riega la puerta, porque no dejan. Cada inquilino mira desde su interior el paisaje, respira, se acomoda dentro en su sill¨®n favorito, atiende, conversa, vende libros, y a ratos sale a expandirse, a la parte de atr¨¢s. Al hermoso jard¨ªn que le rodea -que es el plus de esta urbanizaci¨®n del lujo- donde ha colocado sus muchas o pocas pertenencias: cajas con vol¨²menes de repuesto, carteles, tumbonas y sillas... y hasta carritos de ni?os, patines o bicicletas.
Unos van all¨ª a fumar mucho o poco, a beber agua u otra cosa tra¨ªda del chiringuito cercano, incluso a leer aparte, sin ser visto (?ser¨¢ que es obra de la competencia?). Otros se asoman a respirar un rato cuando el p¨²blico arrecia, o cuando el autor invitado correspondiente llega, se sienta y firma su obra. Ejecuta su tarea y completa, as¨ª, esa suerte de ceremonia del speed-dating que mantiene con el lector. Un ritual en busca de amor compartido. Apenas unos minutos dura, pocos -siete es el est¨¢ndar-, en que ambos se miran, se preguntan lo imprescindible para saber del otro, se dan la mano... O no. Puede que se gusten y mantengan el contacto, incluso queden para otro momento a trav¨¦s de las p¨¢ginas de una nueva obra. (?Ser¨¢ ¨¦l o ella, Javier Mar¨ªas, Marcos Ana, Juan Cruz, Soledad Pu¨¦rtolas... al fin, quien colmar¨¢ mis deseos?) O puede que nada cuaje en el encuentro y lo que prenda sea la desilusi¨®n. Hoy, martes segundo de junio no se esperan grandes firmas. Pero veremos. Nada que ver con la cola serpenteante de enamorados sedientos (de aventura y de l¨ªquido) y asediantes que esperaban rozar a Arturo P¨¦rez Reverte el domingo pasado con sus dedos. No, por Dios. Nada podr¨¢ ser nunca igual. Aquello s¨ª fue pasi¨®n. Y de la correspondida, pues algunos contaban luego entusiasmados c¨®mo el autor se empleaba a fondo en empatizar con cada uno. Nada importaba que la cola a las dos y media, hora cr¨ªtica, de cierre, comida y siesta, acumulara cientos de pretendientes. ?l, el autor en la caseta de grandes firmas, ni se inmutaba.
Entre los adosados de la Feria hay diferencias, claro. Clases. Unos tienen el seto pegado a la puerta. Y apenas pueden colocar sus cositas y salir a echar una mirada al paisaje por encima de esa valla verde. Otros cuentan con una extensa pradera. Y los mas afortunados, pocos (los que han ido a caer bajo un ¨¢rbol de edad generosa), pradera y sombra casi todo el d¨ªa. ?stos son los m¨¢s caseros. Siempre est¨¢n. Y reciben mucho. Presumen de casa. Usan su parcela con fruici¨®n. Invitan a amigos constantemente, a refrigerio, merienda, picnic y, ay, si se pudiera, hasta a barbacoa. Pongamos, la de P¨¢ginas de Espuma. Caseta n¨²mero 107. Por all¨ª andaban tambi¨¦n los cuentistas Eloy Tiz¨®n, In¨¦s Mendoza y c¨ªa. tras comprar su apa?o en el super m¨¢s cercano. All¨ª estuvieron sentados todos, comiendo y bebiendo, hablando de lo suyo, que es relato y mucha poes¨ªa.
Algunos se tumbaron en el c¨¦sped. Observaban, unas veces, el cielo; otras, a los asediadores de P¨¦rez Reverte colocados all¨ª delante en grupos, libro en mano, sudor en la frente, expectantes, tan contentos. Son las cosas del querer. Ese misterio.
Eso fue el domingo. Hoy a la Feria no acude la masa sino individuos en tranquilo paseo. Pocos transe¨²ntes. Pocas firmas. Leemos el anuncio de una, en la 303: Jes¨²s Herrero Marcos, Bestiario rom¨¢nico en espa?ol. Otra, anunciada: Nietos del rock and roll, de David Ortega, en la 55 (C¨®mics El Coleccionista). O tambi¨¦n: Amor entre mujeres. El cielo en tus manos, de Geovana Galera en la 223 (Entrel¨ªneas Editores). Promete. Hoy, adem¨¢s, hace fresco. Y no hay merienda programada en sitio alguno, que se sepa, porque se cierra entre dos y seis. Tanto rato, que al llegar la hora en punto y al grito de megafon¨ªa ("que ustedes lo pasen bien"), todos, editores, libreros y personal, huir¨¢n en estampida hacia lo desconocido.
"Hay vida m¨¢s all¨¢ del mostrador". Lo afirma Juan Casamayor, editor de P¨¢ginas de Espuma. Y cuenta que anta?o el segundo jueves de la feria se organizaba siempre un picnic colectivo. Un cl¨¢sico de la uni¨®n librera en el que todo el mundo participaba. Pero ya no. Por eso ahora tal acci¨®n se ha redistribuido entre el vecindario. Aqu¨ª y all¨¢. O no. Lo organiza uno para s¨ª y los suyos. El que tienen preparado aqu¨ª ellos para el siguiente domingo ser¨¢ musical: a las 13.00, sus escritores (Andr¨¦s Newman o Mario Cuenca Sandoval) se pondr¨¢n a interpretar a los Beatles.
En Trama Editorial, que comparte la parcela 94 con Veintisiete Letras, se suelen apuntar tantos invitando a vinitos y "trayendo a los ni?os", dice Maria Moreno. "El otro d¨ªa fueron los aspersores los ¨²nicos que consiguieron poner el punto y final". Curioso. Porque en la vivienda 270, compartida por las editoriales Demipage, Cuadernos del Vig¨ªa y Bartleby Ediciones tambi¨¦n tienen, entre sus muchas actividades, a diario, a las 21.00, un vinito que llaman su "Hora Beatles". ?Y por qu¨¦ viven los tres juntos? "Porque hay que tener 140 t¨ªtulos editados para optar a caseta", contestan. Ah, la presi¨®n inmobiliaria como aprieta.
Seguimos recorrido. Por detr¨¢s de cada residencia hay una puerta... y dentro siempre alguien de espaldas que vende afanosamente. En el vano cuelga mucho p¨®ster propio, y se ven carretillas, escaleras plegables, sillas de director, alg¨²n ventilador en posici¨®n descanso y siempre, cepillo y cogedor. En algunas cuelgan cortinillas, y si metes la nariz, descubres la nevera port¨¢til, un tesoro. En Aliana Gastronom¨ªa (75) han colgado un pa?o de cocina y un cazo. En Berkana (77) y en la Librer¨ªa de Mujeres (82) presumen de bandera gay multicolor. En el Drag¨®n Lector (58) hay un drag¨®n, claro. En la 47, se han montado una tertulia improvisada usando las cajas de cart¨®n como mesa para la bebida... En la 270 de los tres-en-uno citados, con sus ediciones cuidadas y exquisitas, se encuentra atado Golfo, hoy el perro m¨¢s aburrido del mundo, ignorando que m¨¢s all¨¢, en la 221 y libre est¨¢ Ginger, la perrita de la librer¨ªa F¨¢bula, de Alcorc¨®n. "Somos pocas aqu¨ª del extrarradio, porque cada d¨ªa se cierran m¨¢s", dicen.
Y en la parte m¨¢s oficial de la Feria, ese cruce de caminos que empieza en el adosado numero 1 que es Casa ?rabe y termina en el 349, Cortes Generales (junto a la entrada de O'Donnell), la trastienda est¨¢ impoluta. No hay nada. S¨®lo tres sillas apiladas en la sede de los Pa¨ªses N¨®rdicos, colocada en medio. Lo mismo sucede un paso m¨¢s all¨¢: Anarquismo y Guerra Civil, en la caseta 43, jardin limpio. Librer¨ªa Gabriel Molina, con su historia militar, limpisimo. Alguien nos da la clave: "Ayer hubo bronca por dejar cosas fuera, parece que el ayuntamiento ha pedido que se recoja todo". Se pasea a ratos la polic¨ªa municipal, cuentan. Y parece que los disfraces que se quitaban y pon¨ªan en una de las casetas de al lado ya no se podr¨¢n lucir. Mejor no identificar, porque les preguntamos por el tema, y recibimos por respuesta un gru?ido (sin que Golfo o Ginger est¨¦n cerca). "Pregunta a la organizaci¨®n". Lo hacemos. A Teodoro Sacrist¨¢n, jefe de todo esto. "Nada de nada. Son los de Parques y Jardines que han dado la orden para poder limpiar". Claroscuros.
Tanto como lo del sol y la sombra en este paseo ferial. Lo hab¨ªan dicho varios. "Aqu¨ª es como en los toros, hay tendidos y tendidos". Y s¨ª, tambi¨¦n se aprecia. Donde hay sombra y jard¨ªn la gente se detiene m¨¢s. Y es de suponer aumentar¨¢ la atenci¨®n. Y lo dem¨¢s.

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