Esculturas de tierra africana
Seni Awa Camara logra en Europa el reconocimiento que se le niega en Sengal - Una galer¨ªa bilba¨ªna expone varias de sus obras
Seni Awa Camara trabaja el barro con el que da forma a sus esculturas descalza y sentada en el suelo de su casa de Casamance (Senegal), rodeada de los nietos descendientes de la relaci¨®n de su marido con otra esposa. Los instrumentos que emplea no son m¨¢s que desechos: el eje de una vieja c¨¢mara de fotos, por ejemplo, le sirve para marcar los ojos en sus obras. Del barro surgen figuras inquietantes en las que se mezclan las formas tradicionales, la evocaci¨®n a los esp¨ªritus y las referencias contempor¨¢neas. Sus peque?os monstruos, por ejemplo, viajan en motocicleta.
Una vez concluye la labor con las manos, sus piezas ni siquiera acaban en el horno. Se cuecen en grandes hogueras al aire libre, y all¨ª permanecen hasta que se enfr¨ªan. Sus familiares las rescatan de las cenizas, como hac¨ªan los alfareros del Neol¨ªtico.
El precio de sus figuras de tarracota oscila entre 1.000 y 8.000 euros
El Guggenheim expuso algunos de sus trabajos en la muestra '100% ?frica'
Las piezas de Seni Awa Camara, sin embargo, escalan posiciones cuando llegan a Europa. Los precios de las esculturas que expone actualmente la galer¨ªa Kalao, en Bilbao, oscilan entre los 1.000 y los 8.000 euros. Sus obras formaron parte de la exposici¨®n 100% ?frica, en la que el Museo Guggenheim Bilbao reuni¨® a una selecci¨®n de artistas contempor¨¢neos de ese continente. Las obras pertenec¨ªan al coleccionista de origen franc¨¦s Jean Pigozzi. En Italia se est¨¢ preparando una antol¨®gica de su carrera que se inaugurar¨¢ el pr¨®ximo mes de octubre.
En Senegal, donde la artista naci¨® hace unos 65 a?os ?la fecha exacta no se conoce?, Seni Awa Camara es una mujer pobre, con la salud maltrecha y sin ning¨²n reconocimiento. El galerista que expone su obra en Bilbao, Jes¨²s Ahedo, comprob¨® que el Museo Nacional de Dakar cataloga dos peque?as piezas realizadas por ella como "artesan¨ªa de Casamance". "Tiene conciencia de ser artista y lamenta que nadie en Senegal le ayude", explica Ahedo.
La exposici¨®n en Kalao (Henao, 18. Hasta principios de agosto) suma una veintena de obras, pertenecientes a los coleccionistas franceses Erwan Le Dieberder y Anne Bata?.
Seni Awa Camara aprendi¨® la alfarer¨ªa de su madre cuando s¨®lo era una ni?a. "Su obra es un h¨ªbrido surgido de la creaci¨®n ancestral de esculturas en terracota para el culto y la moderna expresi¨®n de car¨¢cter popular", apunta el galerista. Hered¨® las tradiciones y las creencias del pueblo wolof y, al tiempo, permanece atenta a los hechos de la vida cotidiana, en la que tiene especial protagonismo la mujer. Los rostros distorsionados de sus figuras reflejan, seg¨²n la artista, la indiferencia hacia los antepasados.
En su forma de entender la escultura late algo m¨¢s que los secretos del oficio que le transmiti¨® su madre. Ella cuenta que se adentraba en los bosques de Casamance con sus hermanos. All¨ª, dice, los esp¨ªritus les ense?aron a trabajar la arcilla.
Babelia
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