Resuena el caj¨®n en la plaza
Un taller y una tocada conjunta de caj¨®n flamenco y peruano en Lavapi¨¦s se incorpora a las iniciativas promovidas por el Ayuntamiento de Madrid por el D¨ªa Europeo de la M¨²sica
Los cajones llegaron a Per¨² hace un par de siglos cargado de fruta y enseres. Los afroperuanos, con sus manos, los hicieron sonar. Paco de Luc¨ªa qued¨® prendado de la sonoridad de sus maderas y decidi¨® traerlos de vuelta a Espa?a. Hoy lunes, a las ocho de la tarde, sonar¨¢n m¨¢s fuerte que los gritos de ¨¢nimo a Espa?a en la Copa del Mundo de f¨²tbol en la plaza Agust¨ªn Lara, en Lavapi¨¦s, para recordar este aniversario y reivindicar la m¨²sica en la calle en una fecha que celebra la m¨²sica en toda Europa.
"El protagonista no es ni el flamenco ni el caj¨®n flamenco, es el caj¨®n. Se trata de crear un v¨ªnculo entre todos los estilos. Es un homenaje al instrumento", explica Maciej Dekert, fot¨®grafo cordob¨¦s e investigador responsable de la iniciativa junto a Guillermo Garc¨ªa Garrote y Rafael Santa Cruz, percusionistas flamenco y peruano. Los tres se han unido para, a trav¨¦s de dos talleres y varias actividades relacionadas, homenajear un instrumento del que no se desprende melod¨ªa alguna dentro de las actividades del Ayuntamiento de Madrid para festejar a la m¨²sica.
El caj¨®n peruano, caj¨®n flamenco, o simplemente caj¨®n es una caja de cedro o caoba (en Espa?a, a veces de abedul o pino). No es una caja cerrada. En la trasera (la que queda de espaldas al percusionista) se abren uno o dos c¨ªrculos que permiten la salida del sonido que produce un percusionista que lo golpea con sus manos sentado a horcajadas sobre ¨¦l. A veces incluye en su interior cuerdas que a?aden un efecto de difusi¨®n del sonido. No se afina, no tiene un tono, como ocurre con los instrumentos de percusi¨®n revestidos con cuero, como las congas o la bater¨ªa. S¨®lo produce dos tipos de sonido: grave y agudo, seg¨²n d¨®nde y c¨®mo se golpee.
Las primeras referencias documentales sobre el instrumento, explican Dekert y Santa Cruz, son de mediados del siglo XIX, aunque es probable que se utilizase con anterioridad, seg¨²n explica Dekert. Se dice que los primeros en usarlo fueron los esclavos negros de la costa peruana (en Per¨² es Patrimonio Cultural de la Naci¨®n), pero hay referencias de su uso tambi¨¦n en Cuba y Chile, entre otros pa¨ªses. "En realidad es dif¨ªcil saber en qu¨¦ momento lleg¨® un negro y dijo: ese caj¨®n no me lo tires que lo voy a tocar ma?ana", cuenta Dekert. Lo que queda claro es que los afroperuanos lo incorporaron a sus danzas tradicionales. Y un buen d¨ªa, hace ahora 30 a?os, hizo el camino de regreso a Espa?a de la mano de Paco de Luc¨ªa y su percusionista, Rubem Dantas. Se incorpor¨® como un guante al flamenco.
Una caja de ida y vuelta
"En realidad el caj¨®n se ha tocado en Espa?a antes de que lo trajese Paco", explica Guillermo Garc¨ªa, profesor en la escuela de flamenco madrile?a Amor de Dios y percusionista profesional. "En el tablao madrile?o Los Canasteros lo estuvo tocando Tito Duarte, pero cuando lo trae Paco es un momento de apertura del flamenco a otros estilos, es el tiempo de La Leyenda del Tiempo, de Camar¨®n de la Isla, del grupo Dolores... Ellos revolucionaron el flamenco". La primera grabaci¨®n del instrumento en Espa?a fue en 1981, en el disco S¨®lo quiero caminar, de Paco de Luc¨ªa.
Pocos aficionados conocen el origen real del instrumento, porque su adaptaci¨®n al flamenco fue radical. "El caj¨®n es de origen muy humilde, muy sencillo, marginal... Tal vez el flamenco vio en ¨¦l un hermano de luchas", explica Rafael Santa Cruz, percusionista, escritor y profesor de caj¨®n en la Pontificia Universidad Cat¨®lica del Per¨² (a ¨¦l le gusta definirse como cajonistic¨®logo). Guillermo Garc¨ªa ve la conexi¨®n en elementos musicales. "La percusi¨®n tradicional en el flamenco eran los nudillos sobre una mesa o la parte de atr¨¢s de la guitarra, las palmas y los pies. Y el sonido del caj¨®n es muy parecido, un golpe sobre la madera".
En Espa?a se le introdujeron modificaciones. Se probaron otro tipo de maderas, se le dio un uso mayor al caj¨®n con cuerdas por dentro... Incluso se comenz¨® a diferenciar entre caj¨®n peruano y caj¨®n flamenco, aunque a Santa Cruz, que dirige el Festival Internacional de Caj¨®n Peruano (una semana al a?o de talleres, clases maestras, conciertos y cajoneada), le molesta tal diferenciaci¨®n. "Diferencias reales no hay, lo que s¨ª hay son t¨¦cnicas diferentes de tocarlo. Los cajones con cuerdas se utilizaban en Per¨² hace m¨¢s de 50 a?os". Guillermo Garc¨ªa ampl¨ªa la explicaci¨®n: "Las manos de los cajoneros de Per¨² son las manos de los congueros cubanos, manos con callos. Consiguen el sonido tocando con mucha fuerza. En el flamenco buscamos una sonoridad m¨¢s suave, m¨¢s contrastada, que dan las cuerdas. Aunque ahora hay una tendencia a lo contrario. Yo personalmente estoy sac¨¢ndole las cuerdas a muchos de mis cajones para suenen mucho m¨¢s naturales".
Ha sido el flamenco el que ha dado una mayor difusi¨®n al uso de este instrumento. Muchos percusionistas de otros estilos lo han incorporado, desde el jazz latino al reggae pasando por el pop. Un ejemplo, explica Guillermo Garc¨ªa, lo tiene en su propia casa. Su hermano, David Garc¨ªa, es el baterista y percusionista de un grupo de pop de mucho ¨¦xito reciente, Vetusta Morla. "David es un cajonero de toda la vida. Antes de ser bater¨ªa era mi sustituto natural en el tablao El Corral de las Pachecas, hasta que le dieron muchos premios y ya no quiso volver". Shakira, en su ¨²ltimo ¨¦xito, Gitana, tambi¨¦n incorpora el caj¨®n de Rafael Serrano, que suele acompa?ar al bailaor Joaqu¨ªn Cort¨¦s. "Es un instrumento muy vers¨¢til. Te lo puedes llevar f¨¢cilmente, es barato, te da mucha sonoridad. Es muy agradecido, a poco que le hagas, suena", explica Garc¨ªa.
Casi todas las escuelas que ense?an m¨²sica flamenca en Madrid han incorporado la especialidad. A Guillermo Garc¨ªa le llegan alumnos de todo tipo y de todos los niveles. "Por mis clases han pasado desde el pianista de Raphael, al bater¨ªa del grupo Medina Azahara, pasando por el conguero del grupo cubano Orishas... Hay mucho m¨²sico, percusionistas que quieren perfeccionar su t¨¦cnica o ampliar sus conocimientos y luego gente que no tiene nada que ver con el flamenco: un alumno tiene un restaurante, otro es abogado, otro es pescadero, un publicista...".
Hoy, los que se acerquen a Lavapi¨¦s podr¨¢n aprender un poco de rumba catalana y festejo, dos estilos para principiantes en el flamenco y la m¨²sica peruana. La iniciativa pretende, adem¨¢s, ser el punto de arranque de algo m¨¢s grande, un festival de una semana en C¨®rdoba, con una exposici¨®n fotogr¨¢fica de Maciej Dekert y una feria de fabricantes coincidiendo con el 30 aniversario del Festival de la Guitarra. Despu¨¦s, puede que vuelva a Madrid. Como un caj¨®n que sali¨® de Espa?a una vez cargado de enseres...
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