Saatchi dona su museo y 200 obras de arte al Estado brit¨¢nico

Charles Saatchi, el publicista convertido en coleccionista clave del arte brit¨¢nico de los ¨²ltimos 25 a?os, est¨¢ a punto de tirar la toalla. O m¨¢s bien, el pa?uelo. Ha anunciado que va a donar 200 obras valoradas en m¨¢s de 35 millones de euros, adem¨¢s del edificio de la Saatchi Gallery, de 6.500 metros cuadrados en Chelsea, para fundar ah¨ª el que ser¨¢ el Museo de Arte Contempor¨¢neo (MOCA) de Londres. El lujoso paquete incluye sus cincuenta empleados especializados y hasta el compromiso de los patrocinadores de seguir apoyando sus actividades. Todo ello para asegurar la continuidad de su l¨ªnea expositiva que le ha valido el a?o pasado tener albergar la exposici¨®n m¨¢s visitada en el Reino Unido, The Revolution continues: New Art from China, a la que se acercaron 1,2 millones de personas.

Saatchi, nacido en Bagdad en 1943 y con nacionalidad brit¨¢nica, est¨¢ preparando con tiempo su retirada. ?O es otro golpe maestro de este estratega de los medios? De momento, comunica que no recibir¨¢ ning¨²n beneficio fiscal por esta operaci¨®n y que los gastos de ¨¦sta no recaer¨¢n en el Estado. Lo importante en este paso es que se sienten las bases de una colecci¨®n permanente del futuro museo con obras fundamentales en el arte contempor¨¢neo brit¨¢nico como Mi cama, de Tracey Emin, y las esculturas de Tragic Anatomies, de los hermanos Jake y Dinos Chapman. El regalo incluye tambi¨¦n trabajos de artistas contempor¨¢neos de otros pa¨ªses, como Kader Attia, Zhang Dali y obras recientes o en proceso, como una de las nuevas instalaciones de Emily Prince, que consiste en una sala con los retratos de cerca de 5.000 soldados norteamericanos muertos en las campa?as de Afganist¨¢n e Irak, a la que la artista sigue incorporando los de los nuevos fallecidos.

El coleccionista que descubri¨® y encumbr¨® a la generaci¨®n agrupada bajo el denominador de J¨®venes Artistas Brit¨¢nicos (YBA) con la exposici¨®n Sensation, en 1997, piensa que es importante mantener un conjunto de obras "vivas" y en continua evoluci¨®n, m¨¢s que convertirse en un archivo de la historia del arte, seg¨²n se manifiesta en el comunicado difundido por su oficina. Por eso, aparte de la colecci¨®n permanente, obsequiar¨¢ una serie de piezas que el museo podr¨¢ vender si lo considera oportuno para renovar sus fondos. Una pol¨ªtica de renovaci¨®n que ¨¦l mismo ha seguido en los 25 a?os que lleva presentando sus obras en exposiciones y que en m¨¢s de una ocasi¨®n han representado un condicionante en la cotizaci¨®n de artistas en el mercado del arte.

Otra de las condiciones que ha puesto Saatchi para esta donaci¨®n es que la entrada a las muestras y al museo sea gratuita, una pol¨ªtica que ha sostenido en su galer¨ªa gracias a su acuerdo con la casa de subastas l¨ªder en la venta de arte contempor¨¢neo Phillips de Pury & Company , que expone ah¨ª sus piezas. La Saatchi Gallery de Chelsea fue inaugurada en 2008.

Desde un principio Saatchi se mostr¨® dispuesto a compartir con el p¨²blico sus adquisiciones y en 1985 abri¨® su primera galer¨ªa en un almac¨¦n al norte de Londres. En 2004 un incendio en los almacenes londinenses donde guardaba parte de su colecci¨®n destruy¨® m¨¢s de un centenar de obras entre las que se encontraban la tienda de campa?a de Tracey Emin, Everybody I have ever slept with, y Hell, una impactante instalaci¨®n sobre la II Guerra Mundial de los hermanos Chapman. El "supercoleccionista" conserva por su parte miles de obras que piensa legar a sus herederos. Pese a su dominio de la comunicaci¨®n es una persona muy reacia a exponerse p¨²blicamente y a dar entrevistas. Un libro, My name is Charles Saatchi and I am an arthololic (Me llamo Charles Saatchi y soy un arteh¨®lico) (Phaidon), re¨²ne las respuestas que da a las preguntas de cr¨ªticos de arte, periodistas y personas no vinculadas al mundo del arte. Prefiere a estas ¨²ltimas.