El arte de fumar despacio
Los amantes de la pipa, del puro y del narguile se re¨²nen para compartir volutas de humo y sensaciones

Cada ¨¦poca tiene su vicio y est¨¢ claro ya que mezclar los mejillones y el pincho de tortilla con el humo del tabaco est¨¢ a punto de ser historia en Espa?a. Pero hay quienes no se resignan a que fumar se convierta en un placer condenado a la tristeza melanc¨®lica del peque?o sal¨®n de casa: aficionados a la pipa, al narguile -la pipa de agua de origen ¨¢rabe- y al puro, intentan trasmitir que existe una filosof¨ªa diferente a la que est¨¢ detr¨¢s del nervioso cigarrillo fumado apresuradamente en el patio interior del sitio donde uno trabaja. Con la sombra amenazante de la ley antitabaco -que se aprobar¨¢ antes del fin de a?o-, los representantes del slow-smoking siguen reuni¨¦ndose en bares, salones de hoteles y locales escondidos en las calles del centro de algunas ciudades para compartir humo, aromas y palabras. "Fumar en pipa significa tener un tiempo, un lugar y un momento para hacerlo. No se puede ser un fumador compulsivo. Entre esto y un cigarrillo existe la misma diferencia que entre una copa de buen vino y un calimocho", comenta el vicepresidente del Club de los Amigos de la Pipa (CAP) de Madrid, Juan Penis Guti¨¦rrez. Las maneras y los lugares para cumplir esta acompasada ceremonia son diferentes. Seg¨²n el Club de Fumadores por la Tolerancia, hay 25 clubs de pipa en toda Espa?a que pertenecen a una federaci¨®n nacional, mientras por lo que concierne a los clubs de puros, no hay un dato fiable ya que no existe una organizaci¨®n parecida:
El ritual
Los de la pipa Los instrumentos b¨¢sicos para sentarse en una mesa sin pasar por un novato son, adem¨¢s de un tabaco que no est¨¦ seco y una buena pipa, un atacador, una escobilla y una peque?a navaja para moler bien la sustancia. Todo lo dem¨¢s es superfluo. "Hay mucha parafernalia, objetos graciosos que no cambian la calidad de la fumada. Contrariamente a lo que se piensa, pocos de nosotros somos obsesionados, nuestro objetivo es reunirnos y disfrutar", explica el secretario del Pipa Club Arturo del Pozo de Madrid, Jos¨¦ Miguel Ram¨ªrez, que tiene en su casa, sin embargo, unas trecientas pipas.
Los del puro Los puros hay que elegirlos en funci¨®n del momento del d¨ªa. De eso sabe mucho Antonio Gonz¨¢lez, de 75 a?os, propietario de la finca El Sitio de la isla de la Palma, que lleva desde peque?o plantando tabaco. Para los momentos de placer, cuando hay tiempo y uno quiere acompa?arlo de un buen whisky, recomienda una pir¨¢mide o un n¨²mero uno. Para la sobremesa, si el tiempo es corto y se quiere hacer una fumada r¨¢pida, un robusto. A media ma?ana, una corona. Y aquellos que est¨¦n todo el d¨ªa con un puro colgando de la comisura de los labios, necesitan una viudita o se?orita. "El puro te habla, como una persona", afirma Antonio. "Si chilla demasiado, lo quieres dejar al rato. Si hay que sacarle las palabras con cucharilla, tambi¨¦n te aburres. Si la conversaci¨®n fluye, te puedes pegar toda la tarde con ¨¦l".
Los del narguile Ingredientes: agua y tabaco (hay de manzana, uva, hierba buena y se acaba de estrenar el sabor a cola). Instrumentos: narguile, cazoleta, carb¨®n, papel de plata, alfiler. Preparaci¨®n: rellenar la base de cristal con agua. Poner el tabaco en la cazuelita y aplastarlo un poco. Cubrirla con un papel de plata que se agujerea varias veces con el alfiler. Posicionar el artefacto encima del narguile. Encender el carb¨®n y ponerlo sobre del papel. Aspirar y degustar.
Los maestros
Los de la pipa Los aficionados est¨¢n de acuerdo: la patria es Italia. All¨ª saben hacer pipas y saben fumarlas. La ciudad de Cagli, en la provincia de Pesaro y Urbino, est¨¢ repleta de artesanos que saben moldear buenos instrumentos. Y el mejor material es el brezo calabr¨¦s. El r¨¦cord de fumada lenta es del italiano Gianfranco Ruscalla, un profesor de filosof¨ªa. Despu¨¦s de los transalpinos, en la producci¨®n de pipas vienen daneses y alemanes. Inglaterra, que durante un tiempo fue la tierra prometida, se ha quedado atr¨¢s.
Los del puro Los m¨¢s c¨¦lebres son los cubanos y en el hall de los hoteles m¨¢s importantes de La Habana todav¨ªa se ven maestros tabaqueros ense?ando c¨®mo l¨ªan sus puros. El antrop¨®logo caribe?o Fernando Ortiz, en su libro Contrapunteo cubano del tabaco y el az¨²car hablaba de la importancia de este cultivo en la econom¨ªa y la cultura de la isla. Cuando los espa?oles llegaron, vieron a los nativos de la isla fumando tabaco y, hechizados, comenzaron a exportar esta costumbre a Europa.
Los del narguile El narguile se llama as¨ª en Siria y en L¨ªbano. En Egipto lo llaman shisha. En todo el mundo ¨¢rabe existen teter¨ªas, donde amigos y familias se re¨²nen para fumar un rato mientras sorben el t¨¦. "En estos pa¨ªses es una costumbre que impregna todos los momentos del d¨ªa, no solo la tarde o la noche. Aunque s¨ª, quien fuma en las horas matinales, o no tiene trabajo o tiene adicci¨®n", explica Sam Samy, gestor del Califa, una teter¨ªa de Madrid.
El icono
Los de la pipa Para los fumadores de pipa la figura de referencia es una creaci¨®n literaria, el Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle. Pero tambi¨¦n en el mundo real saben a qui¨¦n encomendarse. "Einstein dec¨ªa que deber¨ªa ser obligatorio que todos los mandatarios del mundo fumaran en pipa, para que reflexionasen mejor", comentan en el CAP de Madrid.
Los del puro Im¨¢genes de puros hay miles. Pero muchas veces han sido una estampa del poder. En Espa?a, Adolfo Su¨¢rez y Felipe Gonz¨¢lez compart¨ªan sus vitolas cuando el primero era presidente del Gobierno y el segundo l¨ªder de la oposici¨®n. El primer ministro Churchill combat¨ªa las ofensivas nazis sobre Londres con un puro en la mano. Hay incluso un puro con su nombre, del tama?o de los n¨²meros uno. De la isla caribe?a, las im¨¢genes del tabaco m¨¢s revolucionario: Fidel y el Che en Sierra Maestra disfrutando de un puro criollo cuando a¨²n no hab¨ªan llegado a La Habana. Luego se instalaron en el poder y fumaban Cohibas. Al Che lo mataron y Fidel lo dej¨®. Para dar ejemplo, afirmaba.
Los del narguile "Sus ojos (los de Alicia) encontraron inmediatamente los de una oruga azul grande, sentada sobre la cima con sus brazos cruzados, fumando silenciosamente un narguile largo, sin hacerle a ella ni a cualquier otra cosa, el menor caso". Otra vez, es una referencia literaria la que ha difundido la imagen de la shisha, en lugar de un personaje hist¨®rico. Las palabras de arriba son las de Lewis Carroll y su hero¨ªna inmortal acaba de conocer a la oruga aficionada del narguile, que ense?a al mundo la actitud necesaria para disfrutar de este placer.
Exotismos
Los de la pipa Cada a?o se disputa el Mundial de fumada lenta. Aficionados de la pipa de todo el mundo se re¨²nen para coronar a quien tarda m¨¢s en fumar tres gramos de tabaco. La pipa es la misma para todos, cada participante tiene solo dos cerillas y una vez encendida ya no se puede volver atr¨¢s. Los campeones rozan las tres horas cuando normalmente no suelen superarse los 45 minutos con esta cantidad de tabaco. La pr¨®xima cita ser¨¢ en Estoril, Portugal, el 10 de octubre. Pero los amantes del arte avisan: "Es lo contrario de lo que significa de verdad fumar en pipa. Se crea una tensi¨®n y un nerviosismo intentando alcanzar el objetivo, que es lo opuesto de la relajaci¨®n que conlleva una buena pipa y un buen sitio donde fumarlo".
Los del puro En Espa?a, durante mucho tiempo, los puros palmeros fueron famosos. Luego, las plagas acabaron con el cultivo aut¨®ctono y hubo que importarlo. Pero hace unos a?os, Antonio, el propietario de la finca El Sitio, se dedic¨® a ir por la isla recolectando semillas de matas que crec¨ªan espont¨¢neamente donde antes hab¨ªa plantaciones. Con el tabaco que ahora cultiva, hace unos puros para sibaritas que ya se venden en Alemania, Francia e incluso EE UU. "El tabaco palmero es incluso mejor que el cubano", afirma Antonio. Luego queda la manufactura. Hace falta hacer bien la mezcla de distintas hojas y tener un buen capote -hoja con la que se l¨ªa- para asegurar la combusti¨®n de una buena fumada.
Los del narguile Se puede mezclar al agua un poco de whiskey, a fin de experimentar la fusi¨®n de dos placeres de distinta procedencia geogr¨¢fica. El humo mediterr¨¢neo del narguile con los efluvios de malta fermentada en las destiler¨ªas escocesas. Pero los riesgos est¨¢n a la vuelta de la esquina, como cuenta Dani, madrile?o de 33 a?os: "Una vez me fum¨¦ dos narguiles con whiskey a lo largo de una tarde. Hasta que me levant¨¦, todo bien. Pero al final tuvo que llevarme a casa el Samur (el servicio de ambulancias de Madrid). Estaba ahogando una pena amorosa". Pasada la resaca, Dani se ha convertido en un aficionado de la shisha: "Soy inform¨¢tico y cada tarde, al salir del curro, voy a una teter¨ªa para relajarme. He acabado fum¨¢ndola tambi¨¦n en casa y un par de amigos ahora comparten mi afici¨®n y pasamos las horas charlando y experimentando tabacos estrafalarios".
D¨®nde hacerlo
Los de la pipa
En Madrid: El Pipa Club Arturo del Pozo se re¨²ne cada jueves en la cafeter¨ªa El Serpent¨ªn, en la calle Orense 69, en la zona de la Castellana.
El Club Amigos de la Pipa, siempre el jueves, en la cafeter¨ªa Pepe Botella, en la plaza Dos de Mayo, coraz¨®n de Malasa?a.
En Barcelona: El Pipa Club est¨¢ en la c¨¦ntrica plaza Real, en el n¨²mero 3. Las reuniones son el mi¨¦rcoles y el viernes, pero hace falta ser socio para entrar. Su web es reconocida como la mejor para los que quieren descubrir el mundo de las pipas.
Los del puro
En Madrid: El Puro placer, Pasion Habanos y el Club de los 100 Puros.
En Barcelona: los amantes del puro suelen reunirse en el bar del Hotel Majestic, en el paseo de Gracia 68.
Los del narguile En el caso de las shishas, no existen clubs y la gente que comparte esta pasi¨®n se re¨²ne en locales tem¨¢ticos. En Madrid las teter¨ªas se concentran principalmente en el barrio de Lavapi¨¦s, mientras en Barcelona, el barrio aconsejado para una pipa de agua es el del Raval, justo al lado de la Rambla.


Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.