Y la novela negra revitaliz¨® a los superh¨¦roes

Parec¨ªa que los c¨®mics estaban en decadencia. A finales de los setenta, cuando el joven Frank Miller lleg¨® a Manhattan con su carpeta de dibujos llena de ilusiones, muchos no daban un duro por los tebeos de superh¨¦roes. Eran franquicias convertidas en una f¨®rmula. Ded¨ªcate a otra cosa -le dec¨ªan-, esto se acaba. No les hizo caso, claro, y sigui¨® adelante con un empe?o: introducir dosis de novela negra en las vi?etas. Eso -se dec¨ªa a s¨ª mismo- iba a revitalizar los comic-books.

Y vaya si lo hizo. En menos de una d¨¦cada firm¨® tres historias que sometieron al g¨¦nero al mayor electrochoque en d¨¦cadas: Born again, El regreso del se?or de la noche y Batman: a?o uno. Miller (Olney, Maryland, EE UU; 1957) cambi¨® el tratamiento narrativo, con unos argumentos m¨¢s exigentes, ampli¨® la caracterizaci¨®n de los personajes y renov¨® el lenguaje visual, junto al magn¨ªfico dibujante e ilustrador David Mazzucchelli (Rhode Island, EE UU; 1960) en dos de ellas. Fue una transformaci¨®n tan impactante que sus ecos se prolongan 24 a?os despu¨¦s; hasta los Batman del cineasta Christopher Nolan , sin ir m¨¢s lejos.

"Es un drama polif¨®nico como Los Soprano o The wire que no concluye con un enfrentamiento f¨ªsico con el villano, sino a trav¨¦s del esc¨¢ndalo y del rastro de contactos corruptos"

Todo comenz¨® con Born again, que se acaba de editar en Espa?a en un solo volumen, y cuyo t¨ªtulo -vuelto a nacer, en ingl¨¦s- habr¨ªa valido como vaticinio de lo que le iba a ocurrir al g¨¦nero aquel 1986, el a?o milagroso del comic-book; el de El regreso del se?or de la noche y la crepuscular Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons, sobre un grupo de superh¨¦roes disfuncionales en unos Estados Unidos preapocal¨ªpticos, y que est¨¢ reconocida un¨¢nimemente como una de las obras m¨¢s influyentes del noveno arte.

Miller abri¨® la veda. En 1979 se encarg¨® de un personaje perif¨¦rico, Daredevil, un h¨¦roe ciego con los otros cuatro sentidos superdesarrollados a causa de un accidente con una sustancia radioactiva. El joven guionista dibuj¨® y luego escribi¨® sus historias durante tres a?os, en los que transform¨® al hombre sin miedo, guardi¨¢n del barrio neoyorquino de Hell's Kitchen, en uno de los personajes m¨¢s interesantes de la editorial. Y la culminaci¨®n lleg¨® siete a?os despu¨¦s, con Born again. "Pas¨® de mero comparsa, versi¨®n descafeinada y poco carism¨¢tica de Spiderman, a convertirse en una de las personalidades m¨¢s complejas y fascinantes del Universo Marvel", escribe en la introducci¨®n el especialista en c¨®mics y bloguero David Fern¨¢ndez. La historia, publicada originalmente en los n¨²meros 227 a 233 de la serie Daredevil, se publica ahora en un ¨²nico volumen con bocetos y originales.

Desde el interior de las convenciones del g¨¦nero, Miller introdujo la complejidad argumental de la novela negra. En las p¨¢ginas de Born again, un capo mafioso de Manhattan, Kingpin, orquestaba una trama para destruir la vida del h¨¦roe, Daredevil/Matt Murdock. Y no hab¨ªa ninguna banda de matones en busca de r¨®tulas que partir. El jefe del crimen de Nueva York le cancelaba las cuentas bancarias, envenenaba la relaci¨®n con sus amistades y hund¨ªa su reputaci¨®n como abogado. As¨ª, el disfraz pasaba a segundo plano y cobraba protagonismo la aniquilaci¨®n moral del protagonista.

Miller profundiz¨® en el personaje "obligando al h¨¦roe a afrontar un desaf¨ªo que bien podr¨ªa terminar con su existencia: la muerte metaf¨®rica del individuo, a trav¨¦s de la p¨¦rdida de los rasgos que integran su personalidad. La degradaci¨®n social, profesional y psicol¨®gica, hasta el punto de aproximarse a la anulaci¨®n -casi destrucci¨®n- del ser", detalla Fern¨¢ndez.

Vuelta a los or¨ªgenes

Miller recuperaba as¨ª tambi¨¦n la esencia del sello Marvel y de sus h¨¦roes sometidos a disquisiciones morales e indagaciones psicol¨®gicas, como recuerda Fern¨¢ndez. "Evidentemente, Daredevil parte de un contexto fant¨¢stico, interpretado a partir de las claves de la ficci¨®n superheroica. Pero Miller opt¨® por recuperar la esencia de los grandes cl¨¢sicos de la editorial, conocidos por su capacidad de plantear situaciones pegadas a la realidad, reconocibles por los lectores hasta el punto de propiciar un poderoso sentimiento de identificaci¨®n con el protagonista de turno".

Recurrir a los ingredientes de la novela negra fue una ingeniosa renovaci¨®n argumental. "La densidad de tramas y la credibilidad de los personajes de Born again parece presagiar la ficci¨®n audiovisual del siglo XXI", escribe Santiago Garc¨ªa, autor del ensayo La novela gr¨¢fica. "Es un drama polif¨®nico como Los Soprano o The wire que no concluye -y esto es algo ins¨®lito en el c¨®mic de superh¨¦roes de todos los tiempos- con un enfrentamiento f¨ªsico con el villano. Matt Murdock devuelve a Kingpin los golpes recibidos en la misma moneda en que los ha cobrado: a trav¨¦s del esc¨¢ndalo, a trav¨¦s del rastro de contactos corruptos y "la pista de papel": todo est¨¢ conectado".

El talento visual de Mazzucchelli

Mientras Miller le daba un vuelco al gui¨®n del c¨®mic, los l¨¢pices los asum¨ªa un dibujante de una calidad excepcional, David Mazzucchelli, maestro de la composici¨®n y del trazo naturalista (aunque en Born again el color quiz¨¢ no est¨¦ a la altura del dibujo). El t¨¢ndem Miller-Mazzucchelli fue una coincidencia de talentos en estado de gracia que repetir¨ªa un a?o despu¨¦s en la miniserie Batman: a?o uno, que refund¨® el mito del hombre murci¨¦lago con nuevas dosis de novela negra. Considerada una de las mejores historias del personaje, se centraba en la corrupci¨®n pol¨ªtica y policial de la ciudad de Gotham, y en el nacimiento de la amistad entre el h¨¦roe y el comisario Gordon. Fue una de las historia que inspir¨® a Christopher Nolan en su aclamada versi¨®n cinematogr¨¢fica de Batman.

Miller y Mazzucchelli dieron dos obras maestras y no volvieron a trabajar juntos. El primero sigui¨® agrandando su leyenda como autor en un mundo de franquicias en serie, con t¨ªtulos como Sin City y 300, y Mazzucchelli se dedic¨® a la ense?anza y a proyectos m¨¢s personales, como la ilustraci¨®n novela Ciudad de cristal , de Paul Auster, y, sobre todo, al c¨®mic vanguardista Asterios Polyp (que se publica en octubre en la editorial Sins Entido), distinguida el mes pasado con el premio Eisner (los oscar del c¨®mic) a la mejor novela gr¨¢fica . Sus caminos no volvieron a cruzarse pero su influyente legado conserva toda su fuerza casi un cuarto de siglo despu¨¦s.