La cuna de Batman y Superman revela sus secretos
La g¨¦nesis de DC Comics, la editorial que cre¨® a Superman, Batman y Wonder Woman, se vuelca en un volumen que conmemora su 75? aniversario
Eran poco m¨¢s que un pu?ado de guionistas y dibujantes de tebeos para chavales que trabajaban en los a?os treinta en unas modestas oficinas en el centro de Manhattan, pero de sus mesas de trabajo nacer¨ªan algunos de los mayores mitos del c¨®mic, como el hombre de acero, el hombre murci¨¦lago y la mujer maravilla, entre tantos otros. De aquella empresa -que luego se llamar¨ªa DC Comics- surgi¨® toda una legi¨®n de personajes que 75 a?os despu¨¦s se reparte con Marvel, la otra gran factor¨ªa de superh¨¦roes, una millonaria industria de c¨®mics, merchandising y taquilleras adaptaciones cinematogr¨¢ficas. Una trayectoria que equivale a recorrer el nacimiento, desarrollo y eclosi¨®n popular del mito superheroico, tal como recoge el libro 75 years of DC Comics. The art of modern mythmaking (Taschen), de tama?o din A3 y cinco kilos, con 700 p¨¢ginas que desgranan el nacimiento del c¨®mic de superh¨¦roes.
"Son mitos, historias narradas una y otra vez, y reinterpretadas en busca de sus significados m¨¢s profundos", escribe Paul Levitz, asesor de DC Entertainment
Fue como una v¨ªa de escape para una ¨¦poca dif¨ªcil. A principios de los a?os treinta, Estados Unidos intentaba recuperarse de la Gran Depresi¨®n, mientras el auge del fascismo en Europa resonaba con tambores de guerra. S¨®lo las palabras del presidente dem¨®crata Franklin Delano Roosevelt en la radio ofrec¨ªan algo de consuelo, seg¨²n escribe Paul Levitz (Brooklyn EE UU, 1956), ex presidente de DC Comics y vinculado a la editorial desde hace 35 a?os, en las primeras p¨¢ginas del libro. En ese contexto, lleg¨® a los kioscos algo diferente. Las aventuras de un forzudo en mallas azules y con una capa roja, m¨¢s r¨¢pido que un tren expreso y capaz de saltar edificios de veinte pisos como quien esquiva un charco. Y, m¨¢s sorprendente todav¨ªa, era un campe¨®n que en su vida diaria se escond¨ªa tras las gafas de un apocado reportero.
Un nuevo concepto
Hab¨ªa nacido Superman, uno de los grandes personajes de la cultura popular del siglo XX. Las p¨¢ginas del n¨²mero uno de Action Comics, en junio de 1938, supusieron el nacimiento de un nuevo arquetipo de h¨¦roe y marcaron el inicio de una nueva era en la industria del entretenimiento. "Se convirti¨® en el prototipo ¨¦pico del superh¨¦roe. Aunque ten¨ªa elementos de otros medios, parec¨ªa un concepto completamente nuevo", recuerda Levitz, asesor consultivo de DC Entertainment (la antigua DC Comics). Aquel personaje creado por dos adolescentes de Cleveland, Jerome Siegel y Joe Shuster, fue un ¨¦xito inmediato y catapult¨® a la peque?a editorial que luego se convertir¨ªa en DC Comics.
La historia del sello, sin embargo, comienza oficialmente tres a?os antes. El empresario editorial Malcolm Wheeler-Nicholson, veterano de la I Guerra Mundial, lanza la revista de tiras c¨®micas New Fun: the big comic magazine, en febrero de 1935, en el sello National Allied Publications, y pone en marcha la maquinaria. Crea varios t¨ªtulos, entre ellos Detective Comics, con historias de atm¨®sfera negra, pero crecen las dificultades econ¨®micas. Hasta que en 1937 su distribuidor, Harry Donenfeld, y el contable de este, Jack S. Liebowitz, compran parte de la empresa y los tres juntos fundan Detective Comics Inc. Con todo, un a?o despu¨¦s los problemas de solvencia del propio Wheeler-Nicholson fuerzan su salida. Justo un a?o antes del despegue definitivo del sello.
Fen¨®meno editorial
Superman fue un fen¨®meno. Los c¨®mics se agotaban y se reeditaban. Pero cost¨® que alguien apostara por aquella ins¨®lita idea. "Lo rechazaba peri¨®dico tras peri¨®dico", subraya Levitz. "A menudo con una completa incredulidad de que nadie quisiera leer la historia de un personaje procedente de un planeta condenado que llega a la Tierra como un h¨¦roe y se disfraza de reportero atribulado". Incluso Will Eisner, el genio del arte secuencial que cre¨® The Spirit, desestim¨® en su estudio al hombre de acero. Afortunadamente, en el primer n¨²mero de Action Comics quedaba un hueco y un empleado de la editorial, en el n¨²mero 480 de Lexington Avenue, decidi¨® darle una oportunidad a unas tiras desechadas de dos tipos de Cleveland.
La gente s¨ª quiso leerlo. Y tambi¨¦n las del resto de personajes como ¨¦l que llegaron inmediatamente. S¨®lo un a?o despu¨¦s naci¨® el otro icono de la editorial: Batman. El dibujante Bob Kane (muy limitado t¨¦cnicamente) y el guionista Bill Finger crearon el Hombre murci¨¦lago, una especie de vigilante nocturno inspirado en el h¨¦roe pulp The Shadow. Fue presentado en el n¨²mero 27 de Detective Comics, en mayo de 1939, y pronto represent¨® el reverso oscuro de Superman. Y luego lleg¨® Wonder Woman, creada en 1941 por el erudito William Moulton Marston. Tal fue el ¨¦xito que las creaciones de DC fueron copiadas a mansalva y la editorial inici¨® varias demandas por plagio. Comenzaba la Edad de Oro (1938-1956) del comic book.
Idilio con la gran pantalla
El libro repasa la trayectoria de la editorial y sus personajes. "La profundidad de cometarios y debates muestra c¨®mo se han convertido en mitos, historias narradas una y otra vez, y reinterpretadas en busca de sus significados m¨¢s profundos", escribe Levitz. De contenido eminentemente visual, el volumen re¨²ne tiras originales, portadas hist¨®ricas, cronolog¨ªas, bocetos y fotograf¨ªas. Menci¨®n especial merece la relaci¨®n de dos direcciones de los c¨®mics con el cine. "Cuando se estren¨® Ciudadano Kane, dispar¨® nuestra imaginaci¨®n", recordaba recientemente el hist¨®rico dibujante de Batman Jerry Robinson. "Ah¨ª en la pantalla, Orson Welles hac¨ªa el tipo de narraci¨®n que quer¨ªamos volcar en el papel". Era una admiraci¨®n abierta. "Nos emocionamos cuando o¨ªmos que a Orson Welles le encantaban los c¨®mics y que le influeyeron".
Desde el principio, los comic books le debieron mucho al s¨¦ptimo arte. Siegel estudiaba las pel¨ªculas para escribir sus guiones: plano corto, contraplano, panor¨¢mica "aunque nunca vio un gui¨®n escrito", indica Levitz. La identidad secreta de Superman, Clark Kent, se inspiraba en el c¨®mico Harold Lloyd; la mueca sard¨®nica del Joker capturaba la risa escalofriante del alem¨¢n Conrad Veidt (el Cesare de El Gabinete del doctor Caligari) en El hombre que r¨ªe (1928). Pronto llegaron los seriales, el de Superman (1948), con Kirk Alyn (el primer actor que le dio vida) y el serial noir de Batman (1943), con Lewis Wilson, y la teleserie camp de los a?os sesenta, con Adam West y Burt Ward, y decenas de onomatopeyas sobreimpresionadas. En los setenta, Superman salt¨® a la gran pantalla con una superproducci¨®n de Richard Donner y Christopher Reeve, como el hijo de Krypton. Tras a?os de languidez, las adaptaciones cinematogr¨¢ficas regresaron con fuerza gracias a el Batman, de Tim Burton, cuya imaginer¨ªa g¨®tica (y con Jack Nicholson de Joker desbocado) convirti¨® al personaje en un ¨¦xito de taquilla absoluto.
Levitz subraya desde el principio el reconocimiento a los autores (aborda, aunque sea de pasada, cuestiones delicadas para la editorial como la de los derechos de autor) . "Es imposible en un solo volumen hacer toda la justicia a los personajes reales", advierte Levitz en la introducci¨®n. "Miles de personas que aportaron su creatividad y su talento a DC y que elaboraron mitos modernos en medios de comunicaci¨®n muy diferentes para crear reflexiones de dimensiones ¨¦picas que nos ayudan a comprender nuestra humanidad y nuestro mundo". Son nombres como los de Carmine Infatino y Gil Kane, que marcaron la Edad de Plata del g¨¦nero (1956-1970), a?os de Guerra Fr¨ªa en los que triunfaban las historias de ciencia ficci¨®n. Infantino y Kane relanzaron a Flash, el hombre m¨¢s r¨¢pido de la tierra, y Green Lantern (Linterna Verde), due?o de un poderoso anillo (llevado a la gran pantalla con Ryan Reynolds como protagonista). La editorial fich¨® a Steve Ditko, creador gr¨¢fico de Spider-Man, y al joven prodigio del dibujo Neal Adams, cuya maestr¨ªa narrativa y activismo por los derechos de los autores marc¨® un hito en la industria.
Inyecci¨®n de realismo
Son a?os en los que DC se enfrenta a un terremoto: a principios de los 60 nacen los grandes t¨ªtulos del sello Marvel, su gran rival, que pronto le toma la delantera. Sus h¨¦roes son complejos e incluso a menudo viven angustiados; ya fuese por sus responsabilidades (Spider-Man), la familia (Los Cuatro Fant¨¢sticos) o por la marginaci¨®n social (X-Men). En unos EE UU conmocionados por la lucha de los derechos civiles, los c¨®mics aplicaron una inyecci¨®n de realismo. Llegaba la Edad de Bronce (1970-1984). Con personajes que ca¨ªan v¨ªctimas de las drogas (como el joven Speedy, adicto a la hero¨ªna), los tebeos bajaban del Olimpo del escapismo y entraban en conflicto con el organismo regulador de contenidos de las vi?etas (Comic Code Authority). Las vi?etas se hac¨ªan mayores.
Los a?os ochenta significan quiz¨¢ la mayor revoluci¨®n del g¨¦nero. Es la llamada Edad Oscura (1984-1998), por sus dosis de g¨¦nero negro y descreimiento crepuscular. Auspiciadas por directores editoriales astutos como Dick Giordano, se suceden las cumbres narrativas. En 1986, el a?o milagroso de los superh¨¦roes, se publican Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons, El regreso del se?or de la noche, de Frank Miller (ambas en DC) y Daredevil Born again, de Miller y David Mazzucchelli (en Marvel), que desmantelan las coordenadas formales y argumentales del g¨¦nero y elevan el noveno arte a los altares de cultura.
Obras cumbres que proyectan el comic book hacia la Edad Moderna (1998-2010), en la que los tebeos se convierten en una de las mayores f¨¢bricas de mitos de la cultura de masas gracias al ¨¦xito cinematogr¨¢fico de pel¨ªculas como las marvelianas X-Men (2000), Spider-man (2002) e Iron Man (2008) y el taquillazo El caballero oscuro (2008). Salto definitivo de un g¨¦nero creado por una peque?a editorial neoyorquina hace 75 a?os y que hoy es DC Entertainment, una divisi¨®n multimillonaria de la multinacional Warner Bros.
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