Cuenta atr¨¢s para la invasi¨®n alien¨ªgena
Las historias de extraterrestres tomar¨¢n con fuerza Hollywood y las cadenas de televisi¨®n estadounidenses este a?o
Desde que Stephen Hawking advirti¨® de las fat¨ªdicas consecuencias que tendr¨ªa para la civilizaci¨®n terrestre el contacto con vida alien¨ªgena ("ser¨ªamos aniquilados" dijo el cient¨ªfico con palabras mejor escogidas) algunos no dejan de mirar al cielo, no sea que cuando menos nos lo esperemos empiecen a llover chuzos de punta.
El cine (exceptuando a E.T., Starman y compa?¨ªa) ha estado siempre de acuerdo con Hawking y desde hace a?os viene sirvi¨¦ndonos invasiones de todo tipo y pelaje donde -inevitablemente- un mont¨®n de humanos son aniquilados o se dan a la fuga.
2011 no va a ser distinto y adem¨¢s a la gran pantalla habr¨¢ que sumar el esfuerzo de todo un primera divisi¨®n, Steven Spielberg, empujando esta vez desde el universo cat¨®dico. Su proyecto, Falling skies, se estrenar¨¢ en Espa?a en junio en la cadena TNT (dial 24 de Digital +) pero hace tan solo unas semanas algunos periodistas pudieron asistir a la premiere mundial, celebrado en el marco de las TCA, jornadas dedicadas al mundo de la televisi¨®n que se repiten cada seis meses en Pasadena, cerca de Los ?ngeles.
"Steven Spielberg ha estado totalmente involucrado en la serie, desde el aspecto de las criaturas, al gui¨®n pasando por todo lo que puedas imaginar... no ha puesto simplemente su nombre y ha desaparecido sino que le hemos visto constantemente durante el proceso de filmaci¨®n". Lo asever¨® a El Pa¨ªs uno de los productores, Mark Verheiden, en una de las suites del hotel Langham. Verheiden a?adi¨® despu¨¦s entre risas: "no, no creo que sea su venganza". Lo de venganza surge cuando se le comenta una famosa leyenda (simplemente leyenda, nada de urbana, porque es totalmente veraz) que sit¨²a a Spielberg tratando de vender un proyecto a principios de los '80. El proyecto, Night skies, era una historia de asedio donde una familia trataba de sobrevivir a la invasi¨®n alien¨ªgena desde una granja (algo as¨ª como Se?ales, dos d¨¦cadas antes de que se le ocurriera a M. Night Shymalan). Hab¨ªa extraterrestres mal¨ªsimos y mucha mala leche en la pel¨ªcula por lo que Universal, la compa?¨ªa habitual del Rey Midas, dijo que no, que era mejor concentrarse en algo m¨¢s comercial, que ya que si en 1977 hab¨ªa triunfado con Encuentros en la tercera fase (que hab¨ªa supuesto una buena cantidad de dinero para otro gran estudio, Columbia) ahora no ten¨ªa sentido cambiar de tercio. El proceso, que no fue del todo agradable para Spielberg, acab¨® con ¨¦ste firmando E.T., que como todo el mundo sabe no destaca por la belicosidad de su protagonista extraterrestre.
En Falling skies los visitantes son malos, muy malos ("aunque habr¨¢ sorpresas" avisa Verheiden) y su objetivo primordial es exterminar a la raza humana. Los que queden podr¨¢n vivir como esclavos. Los dos primeros episodios (visionados por la prensa con el cartel -habitual en estos casos- de "work in progress") ofrecen un planeta devastado por donde merodean un grupo de fugitivos, la resistencia, con un look a medio camino entre la fiera guerrilla humana de Terminator (Salvation) y los sufridores habitantes de Jeric¨®. Las dudas que generaron los primeros compases de Falling skies, quiz¨¢s necesitados de una mejora del ritmo y algo m¨¢s de acci¨®n, los aplac¨® Verheiden con rotundidad: "esta es una serie de largo recorrido y el arco dram¨¢tico y narrativo despegar¨¢ a medida que avancemos en la trama. Hay que tener un poco de paciencia, gracias a Dios estamos en una cadena por cable y pase lo que pase la primera temporada (10 episodios) se emitir¨¢ ¨ªntegramente, as¨ª que al final podr¨¦is juzgar por vosotros mismos".
La de Spielberg no va a ser la ¨²nica invasi¨®n que va a producirse en 2011. Los primeros en llegar, en abril y en pantalla grande, ser¨¢n los aguerridos alien¨ªgenas de Battle L.A., una pel¨ªcula que ya definen como un cruce entre Independence day y Black Hawk Down (sin los toques de comedieta ligera de la primera y con bastante m¨¢s armamento pesado que la segunda). La pel¨ªcula ofrece un -catastr¨®fico- lienzo de lo que pasar¨ªa si un buen d¨ªa un mont¨®n de platillos volantes se presentaran en California y empezaran a volar por los aires todo lo que se moviera. Protagonizan el filme Aaron Eckhart y Michelle Rodriguez aunque -como acostumbra a suceder en estos casos- eso sea lo de menos, ya que los aut¨¦nticos reyes de la funci¨®n ser¨¢n los efectos especiales.
Algo m¨¢s de chicha promete Cowboys and Aliens, un gui¨®n que lleva a?os en producci¨®n y que por fin se ha hecho realidad. Su premisa, que puede dar como resultado una genialidad o un delirio, explora un escenario in¨¦dito: ?qu¨¦ pasar¨ªa si los extraterrestres aparecieran en el antiguo Oeste y se dedicaran a molestar a la poblaci¨®n local?. Daniel Craig y Harrison Ford compartir¨¢n pantalla con marcianos, pistolas, caballos y alg¨²n indio en la gran esperanza blanca (es un decir) de Hollywood este a?o.
Lo mismo (en cuanto a expectativas) puede decirse de I am number tour, un filme de ciencia-ficci¨®n donde los alien¨ªgenas (los malos) no vienen a acabar con la raza humana (aunque no se descartan victimas colaterales) sino con otros alien¨ªgenas (los buenos) que se esconden en la tierra tratando de no llamar mucho la atenci¨®n. Reparto de serie B para un proyecto del que no se sabe mucho pero que quiere revitalizar la carrera de D.J. Caruso, un protegido de Spielberg. El gui¨®n -ya que estamos- es obra de Miles Millar, conocido por su trabajo en la televisiva Smallville.
The darkest tour es otro ejemplo de ocultaci¨®n de datos: nadie sabe muy bien cual es el sujeto exacto del filme pero el reparto promete (encabezado por Emile Hirsch) y lo ¨²nico que se ha difundido ha sido que la pel¨ªcula mostrar¨¢ la persecuci¨®n de los malvados extraterrestres a unos chavales por las calles de Mosc¨². Muy lejos de all¨ª, en las heladas tierras de la Ant¨¢rtida, reaparecer¨¢ una vieja conocida de los cin¨¦filos: La cosa. La precuela del cl¨¢sico de John Carpenter, una obra maestra del tono y la pausa, despierta muchas dudas pero su director, el desconocido Matthijs van Heijningen Jr., promete "fidelidad" al dec¨¢logo carpenteriano, lo que en teor¨ªa significa una pel¨ªcula seca, sangrienta y sin concesiones. Veremos.
Para aquellos que no deseen ser invadidos por las hordas alien¨ªgenas y prefieran las suposiciones bienintencionadas siempre les quedar¨¢ Paul, la historia de dos amigos de juerga en Las Vegas que se encuentran con un extraterrestre. Al frente del reparto, dos monstruos, Simon Pegg (Star Trek, Arma fatal) y Nick Frost (Shaun of the dead, la serie Hyperdrive). Nunca ning¨²n extraterrestre encontr¨® mejor compa?¨ªa. Qui¨¦n sabe, si se corre la voz quiz¨¢s ni nos invadan, pero como dec¨ªa el personaje de Douglas Spencer en la maravillosa obra de culto de 1951, El enigma de otro mundo: "?vigilen el cielo, no dejen de vigilar el cielo!".
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