"La Real Academia sigue haciendo un diccionario arcaico, como del siglo XVIII"
En los libros, a menudo, las m¨¢s gratas sorpresas llegan cuando uno no espera demasiado. ?Un libro sobre diccionarios? ?Son interesantes los diccionarios en s¨ª mismos? Pese a las dudas, tres datos inclinan la balanza hacia la curiosidad ante La presunta autoridad de los diccionarios editado recientemente por el CSIC. Uno es el mismo t¨ªtulo, con ese apunte de provocaci¨®n condensada en la "presunta autoridad", como si se pusiera en duda algo que normalmente se acepta sin muchas sospechas; otro punto es que el libro es corto, un centenar de p¨¢ginas, as¨ª que no se pierde nada por probar; el tercer punto a favor de intentarlo es el autor: Javier L¨®pez Facal, un ameno, agudo e inteligente autor de tantos textos. Tambi¨¦n en este caso la curiosidad resulta premiada al saborear un libro lleno de conocimiento y sorpresas para los no expertos en diccionarios, y con sentido del humor cuando hace falta. L¨®pez Facal demuestra ser un aut¨¦ntico erudito, sin pedanter¨ªa, y abarcando los diccionarios desde la antig¨¹edad hasta la Wikipedia. Al final resulta que las cien p¨¢ginas sobre los diccionarios se te quedan cortas.
"Una persona usa tres o cuatro mil palabras, nada m¨¢s. Puede conocer unas 25.000 si es muy culto"
"La Wikipedia es una enciclopedia, y hay que tener en cuenta que es muy desigual seg¨²n lenguas y art¨ªculos"
L¨®pez Facal, doctor en filolog¨ªa griega, profesor de investigaci¨®n del CSIC y experto en pol¨ªtica cient¨ªfica y gesti¨®n de la I+D, trabaja en un peque?o despacho (en la sede central del CSIC en Madrid), cuya ¨²nica decoraci¨®n son los libros, incluidos los diccionarios alineados en una estanter¨ªa dedicada a ellos. Durante 15 a?os trabaj¨® en la elaboraci¨®n de un diccionario griego-espa?ol.
Pregunta. ?Le gustan los diccionarios?
Respuesta. S¨ª, con locura. Algunas personas tenemos el defecto de ser verb¨ªvoros -una palabra que se invent¨® hace poco, por cierto- y nos divierten las palabras, conocer su origen, sus usos, sus significados... Aqu¨ª, en el despacho tengo unos poquitos diccionarios, pero en casa tengo muchos m¨¢s.
P. En su libro incluso recomienda una tienda de diccionarios en Madrid.
R. Si, la ¨²nica exclusivamente dedicada a diccionarios que hay en el mundo (que yo conozca), solo hay otra peque?a en Par¨ªs.
P. ?Cu¨¢ntas palabras utiliza normalmente una persona para expresarse?
R. Usa tres o cuatro mil, nada m¨¢s. Puede conocer unas 25.000 si es muy culto, cuando el l¨¦xico patrimonial espa?ol rondar¨¢ los pocos cientos de miles de palabras y el n¨²mero que pueden manejar la suma de los hispanoparlantes ser¨¢ de cuatro o cinco millones.
P. ?Cu¨¢ndo se inventa las palabras? ?Cuando surgieron los diccionarios?
R. Las palabras las invent¨® el ser humano. Los hombres y mujeres llevaban hablando muchos miles de a?os antes de que aparecieran los gram¨¢ticos y los diccionarios. Los protolexic¨®logos y protogram¨¢ticos son algo reciente. Hace cuatro o cinco mil a?os aparecen ya una serie de personas que se ocupan de las palabras; por ejemplo en Egipto... hay unas esculturas preciosas de se?ores escribiendo, los escribas. En cuanto a los diccionarios, como muchas otras cosas (la astronom¨ªa, la f¨ªsica, la medicina) fue en Grecia donde se empez¨® a reflexionar sobre ellos. Los griegos asumieron influencias de pa¨ªses cercanos y crearon los t¨¦rminos lexicograf¨ªa y gram¨¢tica. Pero el invento del diccionario es como el del abanico, que tuvo lugar en varios lugares a la vez, sencillamente porque hab¨ªa que abanicarse cuando hac¨ªa calor o para apartar las moscas.
P. Pero siguen surgiendo palabras constantemente. ?Qui¨¦n las inventa?
R. Hay de todo. Algunas las crean l¨ªderes sociales, puede ser un pol¨ªtico, un religioso, un artista... Tambi¨¦n surgen por la base social. Es un proceso constante. Hace diez a?os no conoc¨ªamos el t¨¦rmino wiki y ahora tenemos Wikipedia, Wikileaks, etc¨¦tera. Wiki se inventa a partir de un acr¨®nimo del ingl¨¦s (What I Know Is, o Lo que s¨¦ es) y funciona como prefijo con el que podemos componer muchas palabras.
P. ?Le gusta la Wikipedia?
R. S¨ª. Es una enciclopedia y hay que tener en cuenta que es muy desigual seg¨²n lenguas y art¨ªculos. La wiki alemana es generalmente impecable, la inglesa tambi¨¦n. La tercera que se hizo fue la catalana y se ha quedado un poco corta. La espa?ola es muy desigual, con art¨ªculos muy buenos y otros que no...
P. En su libro, cuando cita la Wikipedia indica la fecha de la entrada.
R. Claro, hay que hacerlo porque si lo cambian ya no est¨¢ la referencia a la que t¨² aludes. Adem¨¢s hay que indicar el idioma porque no son todas iguales. La wiki en ingl¨¦s tiene unos siete millones de art¨ªculos, que es mucho m¨¢s que cualquier enciclopedia impresa, incluida la Brit¨¢nica.
P. ?Qu¨¦ recomendar¨ªa a la gente que usa la Wikipedia?
R. Lo mismo que cuando se usan los diccionarios: fiarse de los expertos y nunca fiarse del todo. La wiki es una primera aproximaci¨®n que resuelve muchos problemas, pero tambi¨¦n hay que tener cuidado porque hay columpiadas... pero tambi¨¦n la Enciclopedia Brit¨¢nica las tiene a veces.
P. Los diccionarios, las palabras... ?dicen algo de la gente que las usa o hay que ir al lenguaje, incluso a la literatura para encontrar la personalidad de los parlantes?
R. En los diccionarios, si uno est¨¢ atento, nota bajo todos ellos una ideolog¨ªa y una cultura. En el diccionario de la Real Academia de la Lengua Espa?ola, por ejemplo, enseguida detectas que es muy arcaico, incluso en ese "d¨ªcese..." con que empiezan muchas entradas; que ya no se habla as¨ª. Otro diccionario, para mi gusto el mejor, que es el de Manuel Seco, es muy diferente. Por ejemplo, la palabra "marr¨®n", el Seco recoge varias acepciones muy habituales en el uso y relacionadas con causa criminal, condena, a?o de c¨¢rcel, culpa... ya desde su primera edici¨®n 1999. El diccionario de la RAE incorpora t¨ªmidamente la acepci¨®n de "marr¨®n" como "contratiempo" solo a partir de sus 22? edici¨®n, de 2001, y con muchos menos sentidos de los que ofrece el de Seco. Es lo que ocurre con los simples imitadores frente a los innovadores, que suelen ir a remolque y siempre llegan tarde.
P. No habr¨¢ ning¨²n diccionario que recoja todas las palabras y acepciones.
R. No, claro. Los diccionarios tienen que ser selectivos. La cuesti¨®n est¨¢ en los criterios de selecci¨®n. Muchos espa?oles creen que el diccionario de la RAE es el mejor que hay, pues bien, es exactamente el peor. Es peor comparado con el equivalente franc¨¦s, italiano, portugu¨¦s, alem¨¢n ingl¨¦s... no as¨ª la gram¨¢tica ni la base de datos de la RAE, que son probablemente mejores que las equivalentes de otros pa¨ªses, o al menos equiparables.
P. ?Es p¨²blica la base de datos de la RAE?
R. S¨ª. En ella hay unos 90 millones de registros distintos y se puede consultar por Internet. En realidad son dos bases de datos. CORDE, que es hist¨®rica, y Crea (Corpus de referencia del espacial actual). La Academia viene haciendo el Crea desde hace tiempo con financiaci¨®n p¨²blica y un equipo de lexic¨®grafos e inform¨¢ticos excelentes, as¨ª que con esta base podr¨ªa hacer un diccionario extraordinario. Sin embargo, sigue rehaciendo continuamente el diccionario del siglo XVIII.
P. Si una persona utiliza en un examen la acepci¨®n de la palabra marr¨®n que recoge el diccionario de Seco pero no el de la RAE, ?Cabe considerar que no es castellano correcto?
R. Es un vicio contra el que vengo luchando desde hace a?os. Explico en el libro que si alguien va por el campo, ve una hierba, consulta un libro de bot¨¢nica y no viene, no se le ocurre decir que esa hierba no existe, sino que esa hierba no est¨¢ en su libro de bot¨¢nica. Nadie puede decir a un hispanoparlante "esta palabra no existe". Se puede decir que no est¨¢ en el diccionario... pero la culpa no la tengo yo por usar la palabra sino el diccionario por no reflejar bien el l¨¦xico. Mucha gente cree que el diccionario de la RAE es como los mandamientos de la ley mosaica y que si los incumples vas al infierno.
P. ?Plantean un problema especial los t¨¦rminos cient¨ªficos? La ciencia va muy r¨¢pido y adem¨¢s los cient¨ªficos hablan en ingl¨¦s como antes se hac¨ªa en lat¨ªn.
R. Efectivamente. En las universidades europeas se hablaba antes lat¨ªn y ahora la lengua de la ciencia es el ingl¨¦s. La verdad es que se ha creado una versi¨®n artificial del ingl¨¦s que permite a la gente de ciencia entenderse, y de eso se trata. En cuanto a los diccionarios de ciencia, es complicado estar al d¨ªa y siempre van por detr¨¢s, pero hay departamentos de terminolog¨ªa que funcionan muy bien, como los de la UE.
P. ?Por qu¨¦ el CSIC publica un libro sobre diccionarios en esta colecci¨®n, ?Qu¨¦ sabemos de?, casi exclusivamente dedicada a temas de ciencia?
R. Es una colecci¨®n de divulgaci¨®n, inspirada en una que hizo el CNRS franc¨¦s [el CSIC galo]hace a?os. Trata diferentes temas: de f¨ªsica, de qu¨ªmica, de biolog¨ªa... pero tambi¨¦n de ciencias humanas y sociales, y me encargaron a mi el primero que se publica de este ¨¢mbito.
La presunta autoridad de los diccionarios. Colecci¨®n ?Qu¨¦ sabemos de? Ediciones CSIC (Catarata). ISBN 978-84-00-09228-3 (CSIC). 978-84-8319-561-1 (Catarata)
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