Lorenzo Silva pone a la venta todos sus libros en formato digital
El escritor madrile?o ofrece su obra completa en formato electr¨®nico porque "la industria tiene que satisfacer esa demanda de textos digitales a la que ahora responde la pirater¨ªa"
No ser¨¢ la oferta que no se puede rechazar de Vito Corleone en El padrino, pero Lorenzo Silva, escritor madrile?o de 44 a?os, considera que la suya tambi¨¦n es una propuesta muy convincente: "La elecci¨®n de descargar un libro sin autorizaci¨®n afecta a la ¨¦tica individual, y ah¨ª no me meto. Las leyes que deber¨ªan prohibirlo y su efectividad dependen del Estado, y yo no soy polic¨ªa. Lo que s¨ª puedo hacer es formularle al lector mi oferta: aqu¨ª tienes toda mi obra digitalizada y por un precio asequible (entre cuatro y cinco euro el libro)".
El proyecto, que ofrece los 21 t¨ªtulos de Silva en formato digital y sin DRM (el sistema que impide la copia), est¨¢ activo desde hace una semana tan solo en un portal, Leqtor.com , y se inaugura ahora en todos los dem¨¢s canales de descargas. De momento ha tenido resultados "excelentes", seg¨²n explica la editorial Planeta en un encuentro con el escritor y algunos medios de comunicaci¨®n. En efecto, ocho de los 12 libros m¨¢s bajados de la semana en el portal son de Silva. Eso s¨ª, "todav¨ªa no podemos cuantificar las descargas", afirman.
Para el escritor, que encarna el ejemplo perfecto para todos los gur¨²s que explican lo de que Internet es el presente (abri¨® su p¨¢gina web hace 11 a?os y cuenta tambi¨¦n con un blog y perfiles en Facebook y Twitter), es el cumplimiento de un a?o y medio de esperanzas y muchos mails recibidos. "El primero de una serie larga de correos parecidos era de un lector que dec¨ªa que no hab¨ªa encontrado mis libros en versi¨®n digital, se los hab¨ªa descargado gratuitamente de una web y quer¨ªa ingresarme dos o tres euros en la cuenta", recuerda Silva. Y subraya, con cierto orgullo: "Es la primera vez que mi obra est¨¢ al alcance de cualquiera que hable espa?ol por el mundo".
El que pague los cuatro euros (o 15 por los cinco libros de la serie del guardia civil Bevilacqua y la sargenta Chamorro) podr¨¢ disfrutar de una versi¨®n renovada de las obras de Silva. "Un a?o se nos ha pasado entre negociar los precios y confeccionar la oferta. Y luego durante tres meses he editado y revisado los libros", cuenta el escritor. El cat¨¢logo digital incluye tambi¨¦n dos novedades a medias. 3.000 metros en la noche es una recopilaci¨®n de 52 cuentos breves de ficci¨®n ya publicados. Y El misterio y la cruz es un ensayo sobre Kafka, Proust y Chandler, del que Silva ya colg¨® una versi¨®n m¨¢s antigua en su p¨¢gina web.
Lectores, industria y Gobierno son, para Silva, los tres jugadores del partido que se disputa en el mercado de los libros. Seg¨²n ¨¦l, todos tienen que contribuir: "El lector no puede atrincherarse en su defensa de las descargas gratuitas. La industria tiene que ofrecer propuestas atractivas por precios bajos". Y el Gobierno ha sacado adelante la ley Sinde, una medida que est¨¢ "a galaxias" de dejar satisfecho a Silva, pero que "ha sido aprobada en un contexto dificil y por lo menos es un mensaje positivo para mover algo".
A este partido le falta quiz¨¢s un cambio de las reglas. Es frecuente escuchar de usuarios de libros electr¨®nicos la queja de que las versiones digitales valen lo mismo o poco menos que las de papel. "Una editorial no es un negocio para hacerse ricos. El margen de beneficios sobre la obra va del 1 al 10% dependiendo de los casos. El autor se lleva entre el 6% y el 12%. El problema es que la distribuci¨®n ocupa un 40% de los gastos", respoden desde Planeta. Eso s¨ª, en el caso de un libro digital, el escritor se alza con un 25% de las ganancias.
La variable enloquecida de todo este juego parecen ser los nuevos soportes. Silva, que defini¨® a Steve Jobs como un Dios, ha apostado por el iPad. "Ha obligado todo el mundo a ponerse las pilas", sostiene el escritor. Adem¨¢s, le permite llevarse "la obra completa de Cervantes y Quevedo" y todos sus libros a todos lados. Silva espera que sea una ventaja que el lector no pueda rechazar.
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