Un mito amaz¨®nico bailado
La danza cobra protagonismo en la 50? Semana de M¨²sica religiosa de Cuenca
Con un atrayente formato, no nuevo, pero s¨ª novedoso en nuestro panorama tanto danc¨ªstico como musical, el concierto inaugural de esta 50? edici¨®n de la Semana de M¨²sica Religiosa de Cuenca (SMRC) aunaba m¨²sica y danza, por este orden. Hay dos cosas que se vuelven importantes en s¨ª con este acto: la danza entra con peso y voz propia en la SMRC, al parecer con decisi¨®n de ser una oferta m¨¢s con su regularidad, y por otra, tanto para el core¨®grafo de origen argentino radicado en Madrid Dani Pannullo como para su compa?¨ªa, significa un salto cualitativo y de formato que la perspectiva hacia envergaduras productivas mayores.
El programa se abri¨® con la Bachiana brasiliera n¨²mero 5 y sigui¨® con la n¨²mero 8; la primera para ocho violonchelos y soprano, la segunda para gran orquesta. La velada se cerr¨® con el ballet Uirapur¨², compuesto por el prol¨ªfico compositor carioca en 1917 y no estrenado hasta el 25 de mayo de 1935 en el Teatro Col¨®n de Buenos Aires con coreograf¨ªa de Ricardo Nemanoff con ocasi¨®n de la visita a Buenos Aires del presidente de Brasil, Get¨²lio Vargas.
Uirapur¨², cuya partitura se conserva en el Museo Villalobos y est¨¢ dedicada al bailar¨ªn y core¨®grafo ruso Serge Lifar, se gesta el mismo a?o de su segunda sinfon¨ªa y est¨¢ bastante contrastado que toc¨® la partitura m¨¢s tarde, y quiz¨¢s es por eso que su sonoridad, ciertamente dependiente de la larga sombra de La consagraci¨®n de la primavera de Stravinski y de las citaciones de Satie y Milhaud, encuentra hilado con otras dos piezas sinf¨®nicas suyas: El descubrimiento de Brasil (1936-37) y de 1940: New York skyline.
Villalobos estuvo en Par¨ªs en dos per¨ªodos, primero en 1923 y despu¨¦s entre 1927 y 1930. All¨ª vio mucho los Ballets Russes de Diaghilev y en esos tiempos volvi¨® a ver a Diaghilev (que le hab¨ªa impactado mucho en la gira de la compa?¨ªa rusa a Brasil de 1917), y a Lifar, entonces en los a?os veinte estrella masculina del conjunto. Uirapur¨² est¨¢ pensado, en origen, para un gran protagonista masculino.
Vestuario de Carlos D¨ªez
Dani Pannullo ha hecho un notable trabajo de base coral, donde las estructuras de desarrollo planim¨¦trico van estructurando el material, en un balance equilibrado de partes solistas y acci¨®n de grupo, vestidos por Carlos D¨ªez con sencillez y ba?ados por la compleja luz de unas proyecciones de inspiraci¨®n vegetal. La compa?¨ªa responde con eficacia y concentraci¨®n, y el core¨®grafo da toques sutiles de su est¨¦tica personal a la vez que saca una volumetr¨ªa propia del ballet, como pide la m¨²sica.
Formaciones circulares llaman o evocan al Nijinski y al Massine con sus respectivas versiones de la Consagraci¨®n de Stravinski, felizmente reconstruidas, pero tambi¨¦n hay una dotaci¨®n nueva m¨¦trica de suelo que acciona sobre los c¨®digos urbanos y en eso los chicos se explayan exitosamente. Hab¨ªa una media entrada que aplaudi¨® calurosamente y no fue adecuada la colocaci¨®n de ciertos instrumentos en escena, sobre todo la del xil¨®fono, que interrump¨ªa la visi¨®n del baile. La orquesta se tens¨® a fondo en una interpretaci¨®n abrillantada e intensa que muestra las posibilidades y el futuro de esta joven orquesta llena de energ¨ªa y un naciente oficio.
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