Una tesis de celuloide sobre el supuesto asesinato de Lady Di
El documental financiado por Mohamed al Fayed sobre la muerte de su hijo junto a Diana de Gales llega al mercado de pel¨ªculas paralelo al festival de Cannes
El mercado de pel¨ªculas de Cannes bull¨ªa hoy con la presentaci¨®n de un documental, Unlawful killing, que parec¨ªa llamado a poner los puntos sobre las ¨ªes en el caso de la muerte, accidental o intencionada, de Lady Di y Dodi Al Fayed el 31 de agosto de 1997. En un peque?o cine de la ciudad, periodistas en su mayor parte brit¨¢nicos y compradores y programadores de todo el mundo se han api?ado a media ma?ana para ver el filme que ha dirigido el c¨®mico Keith Allen. Tras los escasos 80 minutos de metraje y plana realizaci¨®n televisiva, la sensaci¨®n de que no contaba nada se ha expandido a la sala.
A grandes rasgos, el documental asegura que a la pareja la mat¨® el establishment brit¨¢nico en general y los servicios secretos en concreto; que Lady Di sab¨ªa que iban a por ella y que ya dej¨® por escrito en una carta en octubre de 1995 que su marido planeaba un accidente de coche contra ella; que la Familia Real no iba a dejar que tuviera un hijo medio musulm¨¢n (la religi¨®n de los Al Fayed); que la posterior investigaci¨®n fue completamente manipulada -lo cierto es que efectivamente fue una chapuza, hecha o no conscientemente-; que la prensa brit¨¢nica no puso ning¨²n inter¨¦s por indagar de verdad en el caso y en realidad se dej¨® manipular tontamente, y que el pr¨ªncipe Felipe tiene un pasado nazi. Pero todo eso ya era conocido.
Por Unlawful killing [t¨ªtulo dif¨ªcilmente traducible al espa?ol, entre asesinato injusto y muerte sin aclarar, y que refleja la calificaci¨®n de los hechos en la sentencia del juicio], que se empez¨® a rodar a la vez que se iniciaba el juicio de 94 d¨ªas en Londres, solo aparecen voces que confirmen la teor¨ªa de la investigaci¨®n de su director. Desde el millonario egipcio Mohamed Al Fayed, que compungido muestra el mausoleo que le ha dedicado a su hijo -retratado como destacado productor de cine- en su casa en Surrey, a psic¨®logos, historiadores, opinadores... Todo el que apoye la teor¨ªa de la conspiraci¨®n es bienvenido. Nunca se aclar¨® quienes conduc¨ªan las motos -los paparazzi se hab¨ªan quedado atr¨¢s y la sentencia del juicio los exonera- que rodeaban al coche de la pareja en su entrada al t¨²nel parisiense en una de cuyas columnas se estrellaron, pero a continuaci¨®n cuenta que el enigm¨¢tico Fiat Uno blanco que circulaba en paralelo al Mercedes de Al Fayed pertenec¨ªa... a otro paparazzi. Insiste todo el rato con el nombre de los tribunales brit¨¢nicos (The Royal Courts of Justice) para remarcar el adjetivo real y apuntar a una posible manipulaci¨®n de la Reina sin pruebas.
O que el MI6 ten¨ªa un plan para matar a Milosevic si iba en coche a base de deslumbrar a flashazos al chofer, y que fue la estratagema para eliminar a la molesta pareja en Par¨ªs. O que la ambulancia tard¨®, desde que lleg¨® al lugar del accidente y all¨ª trataron a Lady Di (Dodi muri¨® en el acto) hasta que la llev¨® al hospital una hora y 43 minutos. Sin embargo, no hay ni una prueba ni nada nuevo. El mensaje que quiere dejar en el espectador Unlawful killing y que suelta la voz en off de su director a mitad del metraje es: Mafia y tiaras.
En un peque?o encuentro con la prensa en el hotel Carlton, Keith Allen se ha defendido con chuler¨ªas ante las preguntas m¨¢s impertinentes (en realidad no ha habido ninguna amable). Sobre la no presencia de Mohamed Al Fayed en Cannes, cuando hab¨ªa prometido lo contrario, dijo que ¨¦l no era el guardi¨¢n del egipcio. Con evasivas acab¨® confirmando que el presupuesto ¨ªntegro proced¨ªa del millonario, y preguntado por el coste del filme, asegur¨® no tener ni idea (un portavoz de Al Fayed revel¨® que unos incre¨ªbles 2,5 millones de d¨®lares gastados en a saber qu¨¦). "Al Fayed lleg¨® cuando ya hab¨ªamos empezado el trabajo, dos meses antes del inicio del juicio", contaba Allen.
El director sac¨® sus peores maneras cuando Martyn Gregory, autor del libro Diana. The last days, le espet¨® si hab¨ªa contado algo que no fuera dictado por Al Fayed, el ¨²nico que ha mantenido que Lady Di estaba embarazada de su hijo (afirmaci¨®n que se da por buena en la pel¨ªcula). Al final de la bronca, y tras insistir que su pel¨ªcula no busca la brillantez, sino que es un filme de an¨¢lisis, Keith Allen dej¨® su frase para la gloria: "Unlawful killing muestra mi punto de vista o, como dir¨ªa un amigo franc¨¦s, es un filme d'auteur".
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