El amor de Jack Sparrow
En el a?o 1948, la Metro-Goldwyn-Mayer decidi¨® abordar Los tres mosqueteros, cl¨¢sico de la literatura de aventuras, desde el tono que le estaba haciendo c¨¦lebre como productora: el musical. Encarg¨® su direcci¨®n a George Sidney, especialista en el g¨¦nero, y el papel protagonista y parte de la coreograf¨ªa de las escenas de acci¨®n a Gene Kelly, extraordinario bailar¨ªn. El resultado fue una efervescente pel¨ªcula de aventuras sin canciones ni n¨²meros de baile, que sin embargo parec¨ªa un musical. Hasta entonces nadie hab¨ªa captado tan bien en el cine la esencia de la novela de Alejandro Dumas y, lo m¨¢s sorprendente a pesar de las numerosas adaptaciones posteriores, nadie lo ha hecho despu¨¦s.
PIRATAS DEL CARIBE EN MAREAS MISTERIOSAS
Direcci¨®n: Rob Marshall. Int¨¦rpretes: Johnny Depp, Pen¨¦lope Cruz, Geoffrey Rush, Ian McShane. G¨¦nero: aventuras. EE UU, 2011. Duraci¨®n: 137 minutos.
Quiz¨¢ conscientes de que en realidad la genialidad como h¨¦roes de la aventura de la sant¨ªsima trinidad formada por Douglas Fairbanks, Errol Flynn y Burt Lancaster ten¨ªa mucho que ver con la puesta en escena del musical cl¨¢sico y los movimientos corporales de sus personajes, los responsables de la saga Piratas del Caribe han encargado su cuarta entrega, Piratas del Caribe en mareas misteriosas, a Rob Marshall, core¨®grafo, director de musicales en Broadway, y realizador de Chicago y Nine. El resultado es una pel¨ªcula de aroma m¨¢s cl¨¢sico, con una planificaci¨®n m¨¢s limpia y sin menos ayuda del montaje para apabullar al respetable simplemente con cortes que no dejan ver nada, sello de f¨¢brica de las tres entregas anteriores, facturadas (nunca mejor dicho) por un Gore Verbinski que, parad¨®jicamente, resulta m¨¢s interesante conforme m¨¢s profundo se pone (El hombre del tiempo, Rango). Una producci¨®n que, de todos modos, solo aguanta una hora de las dos y cuarto que dura, sobre todo porque buena parte de los defectos gen¨¦ticos de la serie, y alg¨²n otro de nuevo cu?o, contin¨²an en plena circulaci¨®n: la superficialidad de los personajes, una visi¨®n del hero¨ªsmo alejada de cualquier ideal, la sobredosis de tramas paralelas sin apenas inter¨¦s, un intento de sello de calidad a trav¨¦s de un metraje absolutamente desmesurado para lo que se est¨¢ contando, y una mirada al espect¨¢culo del cine cercana a un bono de fin de semana para un parque de atracciones.
Y aunque en beneficio de la pel¨ªcula juegue el protagonismo absoluto de Jack Sparrow, convertido, mal que nos pese a algunos, en un hito de la cultura popular contempor¨¢nea, este sale malparado por una relaci¨®n imposible, la de amor-odio con el personaje de la pirata que interpreta Pen¨¦lope Cruz. Primero, porque la actriz madrile?a siempre ha estado lejos de la apariencia de ¨¢gil hero¨ªna de acci¨®n (recuperen una carrera suya en una escena de La mandolina del capit¨¢n Corelli en la que hace honor a la tan machista como realista expresi¨®n "corres como una chica"). Y segundo, porque plantear una relaci¨®n amorosa heterosexual alrededor de un personaje con la pluma de Sparrow est¨¢ fuera de las leyes de la qu¨ªmica sexual y de la l¨®gica cinematogr¨¢fica.
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