Santiago Sierra convierte en pel¨ªcula su airado 'No' al Estado y al sistema
El autor que rechaz¨® el Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas firma una obra experimental con aires de 'road movie'.- Una 'performance' estuvo en el origen del proyecto
Como una suerte de aparici¨®n prof¨¦tica que prefiguraba la oleada de indignaci¨®n que nos invade, la escultura de un NO gigantesco (3,2 metros de alto por cuatro de ancho; media tonelada de peso y desafiante color negro) ha viajado por todo el mundo (para ser m¨¢s concretos, el primer mundo) durante dos a?os. Encaramada a la plataforma de un cami¨®n, se ergu¨ªa como una sonora de oposici¨®n al sistema. Tanta indignaci¨®n era cosa del iconoclasta artista Santiago Sierra (Madrid, 1966).
La performance, que eleg¨ªa escenarios donde demostrar ol¨ªmpico desprecio a todos los centros del poder y del consumo, se convierte ahora en la pel¨ªcula: NO, Global Tour. The film, estrenada el lunes en la Academia del cine. ?Y c¨®mo resulta? Como un filme experimental con aires de road movie rodado en blanco y negro que retrata en 120 minutos el enfado universal de su autor, uno de los artistas espa?oles m¨¢s respetados de la ¨²ltima d¨¦cada.
Sierra no asisti¨® al estreno ni quiso explicar a la prensa su largometraje
Los centros de poder y de consumo son dos de sus blancos favoritos
Radical hasta el extremo de rechazar el Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas 2010 por su oposici¨®n frontal a "un Estado que es c¨®mplice de guerras dementes y que, entre otras muchas cosas, dona el dinero com¨²n a la banca" su No podr¨ªa leerse como un provocador resumen de sus principios pol¨ªticos.
La pel¨ªcula, atravesada por el dramatismo de la dura fotograf¨ªa en blanco y negro, transcurre entre distritos financieros y pol¨ªticos, zonas industriales o suburbios deprimidos. Las autopistas, las fronteras con sus controles de mercanc¨ªas y las trabas burocr¨¢ticas dan a menudo con el cami¨®n aparcado, solitario, en una penumbra en la que solo se oye la lluvia. Esa po¨¦tica del abandono deja paso en otras partes del metraje al desquiciante sonido que emite una sierra al atravesar una viga de hierro o el ruido de una rueda reventada al arrastrarse sobre el asfalto.
Tambi¨¦n hay material humano. En cada parada del cami¨®n, por la pantalla desfilan los espont¨¢neos que festejan o miran con curiosidad la caravana. Todos los rostros est¨¢n pixelados o la c¨¢mara enfoca la espalda de quienes participan voluntariamente en la performance. Solo hay una excepci¨®n: el pr¨ªncipe Felipe. Fue filmado durante su presencia en la Feria de ARCO de 2010 (la edici¨®n en la que la instalaci¨®n de Sierra atraves¨® los pabellones de norte a sur). Los primeros planos del pr¨ªncipe ocupan varios segundos la pantalla y el NO se funde con su rostro. Igual ocurre con la bandera espa?ola que ondea en los recintos feriales.
Como una parte m¨¢s de la performance, Santiago Sierra no asisti¨® al estreno de la pel¨ªcula, aunque su galerista (Helga de Alvear) aseguraba que se encontraba en alg¨²n lugar cercano a la sala. Cercano pero sin identificar, claro est¨¢. Es parte habitual de su juego. Despu¨¦s acept¨® ser entrevistado solo por correo electr¨®nico. Al final, tampoco respondi¨® a las preguntas. Consider¨® que no hay nada que a?adir a su obra. Un enorme y contundente NO, ahora tambi¨¦n (o mejor, tampoco) en pantalla grande.
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