Arte curativo tras los muros del claustro
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa presenta en la Abad¨ªa de Santo Domingo de Silos la exposici¨®n de 'medicinal' de la artista belga Lili Dujourie
En la antec¨¢mara de la galer¨ªa de la abad¨ªa de Santo Domingo de Silos, en Burgos, cuelgan dos cortinas de terciopelo verde oliva y granate. Casi de manera escenogr¨¢fica, reciben al visitante como en un cuadro del pintor flamenco Van Dyck. Es la bienvenida de la artista belga Lili Dujourie a su Naturaleza sabia, la exposici¨®n que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa organiza hasta el 25 de septiembre en la abad¨ªa.
Al cruzar el umbral de terciopelo llamado Maagdendale (1982), primera de la serie escult¨®rica que Dujourie comenz¨® en la d¨¦cada de los 80 cuando abandon¨® la creaci¨®n en v¨ªdeo, la sala alberga las otras dos partes que completan la exposici¨®n. Repartidas en tres mesas, peque?as figuras de arcilla cocida, modelada a mano simulan hojas y follaje, v¨¦rtebras de animales y fragmentos de maceta. Peque?as esculturas que responden al t¨ªtulo Initialen der stilte (2007). "Naturalezas muertas que recrean la tensi¨®n entre lo ef¨ªmero que representan, y lo duradero de un material que el hombre ha utilizado durante siglos para fabricar sus utensilios", ha dicho Lynne Cooke, comisaria de la exposici¨®n y subdirectora del Reina Sof¨ªa en representaci¨®n de la artista (que no ha podido asistir por estar enferma).
La tercera parte de la muestra se exhibe en una mesa alargada, dividida en peque?os compartimentos en los que Dujourie ha colocado sus Ballade (2011). Obras inspiradas en flores medicinales que la artista ha concebido para este espacio en la Abad¨ªa de Silos. Como ha recordado la comisaria Cooke, fueron los monjes, los monasterios, quienes se dedicaron al cultivo de estas plantas a partir de la Edad Media. La artista ha interpretado en papel mach¨¦ aquellas partes de las flores que serv¨ªan como remedio. "Se ha alejado del concepto m¨¢s est¨¦tico, nost¨¢lgico y bello de la planta como se entiende en la cultura occidental, para centrarse en el aspecto m¨¢s espiritual", apostillaba la comisaria. La apariencia de fragilidad se contrapone con la esencia tan valiosa que encierran estas flores, la propiedad curativa.
Dujourie no solo le ha hecho un gui?o al trabajo de los monasterios, sino en concreto a la botica del siglo XVII de la abad¨ªa que administraba remedios a la congregaci¨®n benedictina. El Padre Abad, presente en la inauguraci¨®n, ha recogido el guante y ha hecho las veces de gu¨ªa en esta farmacia que mantiene en su rebotica los ung¨¹entos que se utilizaban anta?o. La sala en la que se atend¨ªan las peticiones mantiene la atm¨®sfera de la ¨¦poca. Mientras el monje muestra la botica, el canto gregoriano se cuela entre los estantes de las paredes se pueblan de vasijas de cer¨¢mica de Talavera de la Reina a buen recaudo tras altas cristaleras, adem¨¢s de toda clase de libros de farmacia e historia natural.
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