Cuatro retos para la presidenta
Al traspasar los simb¨®licos 100 d¨ªas, Sheinbaum da pasos hasta hoy sin grandes crisis y aglutinando al obradorismo de hueso guinda
Las encuestas certifican que Claudia Sheinbaum ha tenido en sus tres primeros meses el doble acierto de encarnar una presidencia cl¨¢sica y, simult¨¢neamente, conjurar el riesgo pol¨ªtico de que dentro del morenismo se abriera un vac¨ªo al retirarse su l¨ªder y fundador.
Uno a uno los estudios que sondean la opini¨®n p¨²blica revelados en la ¨²ltima semana despejan las dudas de quienes supon¨ªan que el arrastre del anterior presidente impedir¨ªa, o al menos complicar¨ªa, el asentamiento en Palacio Nacional de la nueva mandataria.
Igualmente, quienes le regateaban capacidad pol¨ªtica han de revisar sus presunciones: Sheinbaum goza de id¨¦ntica aprobaci¨®n que su antecesor, una que incluso rebasa en m¨¢s de diez puntos la cosecha que obtuvo en la elecci¨®n, cuando capt¨® 60 por ciento de votos.
Al traspasar los simb¨®licos 100 d¨ªas, la presidenta da pasos en una ruta, hasta hoy sin grandes crisis end¨®genas, para afianzarse en el puesto, de igual forma que cualquiera de sus antecesores recientes; y lo hace aglutinando sin estridencias al obradorismo de hueso guinda.
Ese ser¨ªa el balance m¨¢s puntual de este arranque de sexenio, donde ha tenido que lidiar con la insidia de quienes no le conceden criterio propio, desde expresidentes como Zedillo hasta cartonistas, y con compa?eros de movimiento que operan para sus agendas personales.
Hay presidenta. Y retos inminentes como la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca el 20 de enero, con las turbulencias econ¨®micas y pol¨ªticas que desatar¨¢, supondr¨¢n la nueva gran prueba a quien de entrada logr¨® sentarse mejor que Ernesto Zedillo en la silla del ¨¢guila.
Trump, empero, no es por supuesto la ¨²nica amenaza en el panorama de la jefa del Estado mexicano. Si en sus memorias Miguel de la Madrid dice que el principal trabajo de un presidente es lidiar con las crisis, hay motivos de preocupaci¨®n que no tienen que ver con Estados Unidos.
No sobra decir que cada uno de los temas que se enlistan enseguida no se entienden aislados, que esos mismos factores incidir¨¢n para bien o para mal en otros. Son a la vez condiciones o coyunturas cuya resoluci¨®n potencialmente impactar¨¢ a todo el ecosistema pol¨ªtico.
Despejar la zozobra econ¨®mica
La semana entrante se anunciar¨¢n los esfuerzos claudistas para impulsar la inversi¨®n en las regiones del pa¨ªs. Se dar¨¢n detalles sobre la articulaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas en las que resulta crucial una alianza efectiva con la iniciativa privada.
El reto de la presidenta es infundir una certidumbre que mitigue los temores por la cancelaci¨®n de ¨®rganos reguladores y contrapesos al gobierno, y por la reforma judicial; y al mismo tiempo, el aportar razones para el optimismo a la conversaci¨®n sobre si habr¨¢ recesi¨®n.
Es un asunto netamente de liderazgo. El respaldo del que goza el gobierno de Sheinbaum ha de servir para que la gente tenga elementos para creer que habr¨¢ empleo, y que una crisis como las del pasado est¨¢ lejos; para, incluso, confiar en que se tiene con qu¨¦ resistir los coletazos si Washington impone aranceles.
Eliminar ¨®rganos aut¨®nomos o los esperp¨¦nticos primeros pasos de la reforma judicial no le han costado en popularidad a Sheinbaum, porque la gente ve eso como algo no ligado al bolsillo. La econom¨ªa es todo lo contrario. Y sobre todas las cosas es un asunto de confianza. ?In Claudia we trust?
Muchos balazos y muchas detenciones
Parte de la opini¨®n p¨²blica respira con cierta tranquilidad ante la evidencia de que la nueva administraci¨®n decidi¨® enfrentar el problema de la violencia y la inseguridad con enfoque propio.
Tanto a nivel institucional como en t¨¦rminos de liderazgo, el discurso es bien distinto desde octubre, cuando por primera vez en seis a?os fue designado para esa tarea un personaje de alto calibre y desde entonces hubo serios cambios legales para dotarlo de capacidades.
La decisi¨®n de la presidenta no pudo ser m¨¢s oportuna. La crisis de Sinaloa estall¨® d¨ªas antes de su toma de protesta, pero es solo una de las entidades en las que el poder¨ªo del crimen supera las capacidades institucionales.
Que adem¨¢s estados como Chiapas y Tabasco tengan nuevos gobernadores ha supuesto un revulsivo en lo que a todas luces era una permisividad, o cuando menos una negligente abulia, frente a los criminales.
El cambio de la estrategia, sin embargo, no garantiza ni ¨¦xito, pronto o a mediano plazo, ni una ansiada pacificaci¨®n. Sheinbaum puede probar por a?os la hiel por lo que se hizo mal en otros gobiernos, incluido el sexenio 2018-2024.
Sobran casos de presidentes ¡ªdesde De la Madrid hasta Felipe Calder¨®n¡ª que han visto chamuscado su prestigio por eventos y tragedias por el narcotr¨¢fico. Y no por mucho detener ¡°generadores de violencia¡± se debilita a las organizaciones o reina la legalidad.
Pretender a golpe de estad¨ªsticas ¡ªque como en cualquier sexenio pueden ser manipuladas¡ª instalar la idea de que se va ganando esta guerra podr¨ªa llevarnos, meses m¨¢s meses menos, al escenario donde el Gobierno declare victorias que la poblaci¨®n no palpe en absoluto.
De leyes y medicinas
El equipo que se presenta con credenciales t¨¦cnicas ser¨¢ evaluado cada tanto por las capacidades que despliegue tanto para corregir los gigantescos fallos del gobierno anterior, como la instrumentaci¨®n de cada reforma del Plan C.
Comienza la cuenta atr¨¢s del periodo de gracia del que goz¨® la presidenta a su arribo. En problem¨¢ticas como el abasto de medicinas, o la operaci¨®n de empresas como Mexicana, deben mostrar que hay nuevas capacidades, y nuevos criterios.
El antecesor de Sheinbaum gobernaba con s¨ªmbolos mientras agotaba todo tipo de bolsas millonarias que hered¨® de los gobiernos de la transici¨®n. La carencia de recursos gubernamentales es la principal coartada a la hora de cancelar onerosas ideas u ocurrencias.
La presidenta ha de asumir su responsabilidad en el manejo de los recursos para marginar las iniciativas que cancelan posibilidades de bienestar para la poblaci¨®n. Clausurar Mexicana supondr¨ªa ruido medi¨¢tico, quejas internas, y sentido patri¨®tico. ?Se atrever¨¢?
De igual forma, m¨¢s pronto que tarde ha de sentirse que ella y su equipo s¨ª hacen diferencia en el abasto de medicinas y equipos para la salud de las y los m¨¢s pobres. Si en eso no se refleja un nuevo estilo de gobernar, ser¨¢ a costa de la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable.
Econom¨ªa, seguridad y mejora en los servicios p¨²blicos ser¨¢n tres rubros donde incidir¨¢ el cuarto factor que supone un reto para la presidenta: sus compa?eros de movimiento, incluyendo liderazgos en el Congreso de la Uni¨®n, en las y los gobernadores y en el partido.
Claudia Sheinbaum ha de lograr equilibrios y control en sus relaciones con quienes hoy tienen mayores responsabilidades (no necesariamente reales atributos) dentro del movimiento que se cree llamado a instalar un nuevo modelo de Gobierno.
El liderazgo reflejado en las encuestas es la mejor noticia: as¨ª como durante la precampa?a Sheinbaum logr¨® desplazar a pol¨ªticos que se dec¨ªan due?os de mayores dotes, as¨ª el arranque del sexenio confirma que dentro de Morena no hay qui¨¦n le haga sombra.
Eso no significa que la mandataria pueda, de buenas a primeras, desplazar a su antojo a militantes que vienen de a?os. Tiene que ser un factor de unidad al mismo tiempo que ha de procurar que le estorben lo menos posible gente con capacidades nulas.
Constituirse en un factor de confianza para una econom¨ªa en horas complicadas, estar a la altura de lo que se espera de un equipo que promete eficiencia y eficacia gubernamental, y no ser consumida por una violencia que no pocos gobernantes de su partido dejaron crecer, supone un reto may¨²sculo cuando, precisamente, sus compa?eros de movimiento se afanan en minimizar los problemas o polarizar m¨¢s el debate.
Sheinbaum recorre cada fin de semanas la naci¨®n repartiendo abrazos. La presidenta se ha reencontrado con su pueblo y este le agradece la calidez y cercan¨ªa de alguien a quien se hab¨ªa criticado por fr¨ªa o poco carism¨¢tica.
En estos primeros 100 d¨ªas, eso de amor con amor se paga parece funcionarle. Pero obras son amores, tambi¨¦n dicen por ah¨ª, y en varios frentes la presidenta Claudia Sheinbaum ser¨¢ exigida para que est¨¦, ni m¨¢s ni menos, a la altura de su promesa de gobernante acad¨¦mica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.