El Museo del Prado recuerda a Jorge Sempr¨²n
La pinacoteca rinde homenaje al escritor y exministro, fallecido el pasado d¨ªa 7
"Lo que es absolutamente ins¨®lito es que un ministro de Cultura vaya al Museo del Prado pretendiendo la felicidad, y el acab¨®se es que as¨ª lo sienta y lo proclame". Con esta frase Francisco Calvo Serraller quiso glosar ayer otra de Jorge Sempr¨²n en la que dec¨ªa que el 26 de julio de 1988, pasado en el Museo del Prado, hab¨ªa sido un d¨ªa de "aut¨¦ntica felicidad".
El escritor se refer¨ªa a una visita "total" a la pinacoteca (de los s¨®tanos al ¨¢tico) que el escritor realiz¨® a las tres semanas de ser nombrado ministro de Cultura por Felipe Gonz¨¢lez. As¨ª lo cuenta en Federico S¨¢nchez se despide de ustedes (1993) sus memorias de aquellos a?os y as¨ª lo record¨® Calvo Serraller en un acto programado por la Fundaci¨®n de Amigos del Museo del Prado antes de la muerte de Sempr¨²n el pasado d¨ªa 7 y que esa desaparici¨®n convirti¨® en homenaje p¨®stumo. A ¨¦l acudieron el expresidente Gonz¨¢lez y varios exministros (de Javier Solana a Carlos Solchaga pasando por Enrique M¨²gica o Mercedes Cabrera); editores como Joan Tarrida (de C¨ªrculo de Lectores) o Beatriz de Moura (de Tusquets, el sello espa?ol de Sempr¨²n); el arquitecto Rafael Moneo (discretamente sentado en las ¨²ltimas filas) y ensayistas y periodistas como Javier Pradera, Miguel ?ngel Aguilar, Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao, Juan Cruz o Jorge Lozano. La ministra de Cultura, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, no pudo acudir por encontrarse en el Congreso de los Diputados, pero en su lugar lo hizo el director general del Libro, Rogelio Blanco.
La sobria entrega del premio de la Fundaci¨®n de Amigos del Prado a Dominique, hija del escritor fallecido, cerr¨® un acto que se hab¨ªa abierto hora y media antes con las palabras de bienvenida de los presidentes del patronato del museo, Pl¨¢cido Arango, y de la propia fundaci¨®n de amigos, Carlos Zurita, Duque de Soria. Fue luego el turno de Francisco Calvo Serraller y Bernard-Henri L¨¦vy, que dictaron dos emocionantes lecciones magistrales sobre un intelectual al que conocieron bien y al que Dominique de Villepin, citado ayer por Arango, se refiri¨® a su muerte como "un hombre fuera del tiempo pero en medio de la historia".
Calvo Serraller arranc¨® con el recuerdo de Sempr¨²n como ministro feliz recorriendo una instituci¨®n cuyas salas, lo dijo ¨¦l mismo alguna vez, podr¨ªan haberle servido como hilo conductor para escribir sus memorias. De las visitas dominicales con su padre -que ten¨ªa prohibido los desnudos femeninos, es decir, casi todo Rubens- a las horas pasadas entre cita y cita en los d¨ªas de clandestinidad comunista durante el franquismo o, finalmente, a los recorridos que, como miembro del Gobierno, deb¨ªa repetir como gu¨ªa de las personalidades que visitaban oficialmente Espa?a, ya se tratase de la reina de Inglaterra o de Raisha Gorbachov.
En sus memorias, record¨® Calvo, Sempr¨²n trufa el relato de esos recorridos -siempre El Greco, Vel¨¢zquez, Goya- con sus reflexiones sobre el lugar del Guernica de Picasso, por entonces todav¨ªa en el Cas¨®n del Buen Retiro pero con un destino ya trazado: su instalaci¨®n en el Museo Reina Sof¨ªa. El escritor siempre fue partidario de respetar a la letra el deseo del artista de medirse en el Prado, y concretamente en el edificio central de Villanueva, con los grandes de su tradici¨®n.
Para cerrar el acto, el fil¨®sofo franc¨¦s Bernard-Henri L¨¦vy ley¨®, declam¨® casi, en espa?ol cinco aproximaciones a otras tantas facetas de Jorge Sempr¨²n: el espa?ol marcado por la Guerra Civil, el antifascista, el antitotalitario por antiestalinista, el escritor y el europeo. As¨ª, en un texto que este diario adelant¨® el pasado 9 de junio, BHL situ¨® al autor de La escritura o la vida al lado de Sartre y Malraux entre los grandes intelectuales y hombres de acci¨®n del siglo XX. Un grande que en el Museo del Prado fue feliz.
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