Recorrer el mundo en busca de un reto
Los viajeros del siglo XXI abrazan el globo buscando una meta que no entiende de fronteras
Tres meses despu¨¦s de empezar su viaje por el mundo Kepa Acero despert¨® en la cubierta de un barco pesquero, en alg¨²n punto entre Java y Sumatra. Se dirig¨ªa a la peque?a isla de Panait¨¢n, una reserva natural donde "no hay nada ni nadie". A su lado, dos pescadores de la zona. Al frente, la ola que llevaba meses buscando por todo el mundo. Este vizca¨ªno de 31 a?os lo describe como uno de los momentos ¨¢lgidos de su experiencia en Five Waves, un proyecto que le llev¨® a dar la vuelta al mundo en busca de la ola prefecta.
Kepa Acero no sabe cu¨¢ntos pa¨ªses ha visitado. Lleva viajando desde los 15 a?os, cuando recibi¨® su primera beca para surfear en EEUU y en Australia. De su etapa como surfista profesional guarda amigos, buenos recuerdos y t¨ªtulos como el de campe¨®n de Europa sub-18. Pero hab¨ªa algo que no acababa de convencerle. "Ten¨ªa la sensaci¨®n de viajar por todo el mundo y no conocer nada. Ibas 20 minutos de competici¨®n a una sola playa y de ah¨ª a tu hotel" recuerda Acero en conversaci¨®n telef¨®nica.
Kepa Acero no sabe cu¨¢ntos pa¨ªses ha visitado. Lleva viajando desde los 15 a?os, cuando recibi¨® su primera beca para surfear en EEUU y en Australia.
Los hermanos Pou est¨¢n en los Alpes y en las pr¨®ximas semanas se ir¨¢n a Brasil. Antes han estado en Madagascar, Australia, Pakist¨¢n... as¨ª hasta 70 nuevas rutas, muchas de ellas inexploradas
As¨ª que un d¨ªa decidi¨® hacer lo que siempre hab¨ªa hecho, pero alejado de los circuitos profesionales. "Cog¨ª la mochila y las tablas y decid¨ª conocer las tierras andando, desde las ra¨ªces" De eso hace ahora dos a?os. Diferentes proyectos como Five Waves o La Ruta Norte le han llevado por los rincones m¨¢s escondidos del mundo. Para financiarlos necesita la presencia de un patrocinador, pero de momento las expediciones de Acero han levantado el suficiente inter¨¦s como para que alguien se los financie. La que est¨¢ preparando ahora, La ¨²ltima frontera, le llevar¨¢ hasta los c¨ªrculos polares. Un destino cuanto menos ex¨®tico para un surfista. "Es la exploraci¨®n pura. Para eso tienes que irte a sitios muy salvajes, esa dificultad tiene el encanto y el romanticismo que estoy buscando". El pr¨®ximo 21 de agosto Kepa Acero partir¨¢ hacia lo desconocido. Primero ir¨¢ al norte, a cazar olas a Alaska hasta que desaparezcan los d¨ªas y empiece la noche polar. Luego pondr¨¢ rumbo al sur, a la Patagonia en busca de sol, persiguiendo un verano que tiene una temperatura m¨¢xima de 10 grados cent¨ªgrados.
Kepa Acero habla a trompicones, vomita palabras con precisi¨®n de ametralladora, call¨¢ndose a veces en busca de munici¨®n. Tiene las cosas claras. No siempre fue as¨ª. Cuando empez¨® esta aventura estaba perdido. "Ten¨ªa las ideas sin ordenar" recuerda Acero de aquella ¨¦poca. Les dio forma en una conversaci¨®n con Eneko e Iker Pou. Los hermanos Pou acababan de finalizar con ¨¦xito un proyecto similar al de Acero, solo que en lugar de viajar buscando olas, ellos buscaban paredes que escalar. Dieron la vuelta al mundo en vertical. Pasaron el d¨ªa de Navidad del 2007 escalando en la Ant¨¢rtida. Un d¨ªa y una hora para coronar The Three Pigs, la ¨²ltima pared que les separaba de conseguir completar su ambicioso proyecto, Siete Paredes Siete Continentes.
La familia Pou est¨¢ acostumbrada a su ausencia. Cada a?o, desde hace doce, estos dos hermanos pasan entre seis y ocho meses fuera de casa. Iker y Eneko se llevan tres a?os (tienen 37 y 34 a?os respectivamente) y siempre han tenido aficiones en com¨²n. El monta?ismo ha sido una de ellas. "En el 2003 idee el proyecto Siete continentes, siete paredes porque quer¨ªa hacer algo bonito con mi hermano" cuenta Eneko en su p¨¢gina web www.pouanaiak.com . Desde entonces hasta ahora han recorrido todo el mundo en pos de un nuevo reto que confiesan es cada vez m¨¢s dif¨ªcil de encontrar. Es una vida n¨®mada e inestable, que depende en gran medida de la financiaci¨®n de un sponsor. Pero de momento no les faltan marcas que patrocinen sus escaladas. Ahora mismo est¨¢n en los Alpes y en las pr¨®ximas semanas se ir¨¢n a Brasil, probablemente a R¨ªo de Janeiro aunque a¨²n no lo tienen decidido. Antes han estado en Madagascar, Australia, Pakist¨¢n... as¨ª hasta 70 nuevas rutas en otras tantas paredes del mundo, muchas de ellas inexploradas hasta su paso, como la espa?ola del Naranjo de Bulmes, considerada la pared m¨¢s dif¨ªcil a nivel mundial.
Pero el reto no solo espera en las empinadas paredes o en la cresta de la ola. Para llegar hasta la Ant¨¢rtida, los Pou zarparon de un peque?o velero desde Ushuaia y surcaron el traicionero Mar de Drake. Para cabalgar olas namibias rodeado de focas, Kepa Acero tuvo que recorrer el desierto con un peque?o golf blanco. "En esos momentos de soledad tu cabeza da muchas vueltas y te sientes muy peque?o" recuerda Acero de su traves¨ªa por el desierto." Te acuerdas de lo que has hecho bien lo que has hecho mal... A veces lloraba por las noches. Es como si tu vida se parara y pudieras observarla. Luego contin¨²as, pero igual habiendo aprendido algo m¨¢s de ti mismo."
Nick Risinger hizo m¨¢s de 37 mil fotos de su viaje por Norteam¨¦rica y Sud¨¢frica. Este estadounidense no aparece en ninguna de sus instant¨¢neas. Tampoco hizo ninguna foto de la gente que conoci¨® a lo largo del a?o que pas¨® viajando por varios desiertos. Sus fotograf¨ªas ten¨ªan un ¨²nico objetivo. El cielo.
Risinger no es un deportista de ¨¦lite como Kepa Acero y los hermanos Pou. Tiene 28 a?os, lleva gafas y le gustan el cine y la astronom¨ªa. Pero por perseguir su sue?o corri¨® un destino muy similar al de estos tres vascos. Decidi¨® dejar su trabajo como director de marketing en Seatle, EEUU, para dedicarse en cuerpo y alma fotografiar el firmamento. Se meti¨® en el cuerpo 72.500 kil¨®metros por aire, y casi 25.000 por tierra para cazar estrellas. Para hacer miles de fotograf¨ªas del cielo y despu¨¦s juntarlas en un complicado collage celestial. Lo hizo acompa?ado de Tom, su padre. "No fue una decisi¨®n f¨¢cil" recuerda Risinger en conversaci¨®n con EL PA?S. Pero ha sido una experiencia "maravillosa y enriquecedora".
Para realizar sus fotograf¨ªas, Risinger tuvo que viajar a los rincones m¨¢s inh¨®spitos de EEUU, a los desiertos m¨¢s profundos, donde la luz de la noche no viene de las farolas sino de las estrellas. Nevada, Oreg¨®n, Texas y Colorado fueron algunos de sus destinos. Despu¨¦s cogi¨® sus seis c¨¢maras sincronizadas, cogi¨® su tr¨ªpode que gira al comp¨¢s de la rotaci¨®n de la tierra. Risinger cogi¨® su maleta y se fue a Cabo Septentrional, una regi¨®n semides¨¦rtica que pasa por ser la m¨¢s despoblada de Sud¨¢frica. Ten¨ªa que hacerlo para retratar las estrellas visibles desde el hemisferio sur. All¨ª pas¨® tres semanas, en el refugio de unos campesinos locales. La vida, la gente, el paisaje tanto celestial como terrestre de Sud¨¢frica, es el mejor recuerdo que guarda de sus viajes por los desiertos americanos y las estepas africanas.
Tambi¨¦n recuerda las largas horas en la carretera, el peregrinaje continuo en busca de un lugar sin contaminaci¨®n lum¨ªnica. Y las noches enteras sin dormir, viendo como sus seis c¨¢maras no paraban de fotografiar el cielo (hasta 2.000 instant¨¢neas pod¨ªan tomar en una noche) mientras su padre dorm¨ªa en el coche.
El pasado enero, Risinger termin¨® su trabajo de campo y se encerr¨® en su piso de Seattle. Despu¨¦s de unos meses ten¨ªa montada la fotograf¨ªa final. Hab¨ªa conseguido su objetivo despu¨¦s de recorrer m¨¢s de dos veces la longitud del ecuador terrestre. Hab¨ªa puesto fin a su viaje. A principios de mayo colg¨® el resultado final en su p¨¢gina web www.skysurvey.org. Es una macrofotograf¨ªa de 5.000 megap¨ªxeles, un mapa interactivo de las estrellas, en el que el usuario puede acercarse y explorar todas las constelaciones visibles desde la tierra. "He pasado infinidad de horas mir¨¢ndolo" confiesa Risinger, "y justo cuando creo que no hay nada m¨¢s que ver, me sorprende un nuevo descubrimiento."
Su trabajo ha recibido el reconocimiento de la comunidad cient¨ªfica, adem¨¢s de conseguir m¨¢s de dos millones y medio de visitas a su web."Me pagu¨¦ esto de mi bolsillo, no ten¨ªa intenci¨®n de hacer dinero con ello, pero igual ahora puedo aprovechar la oportunidad" comenta Risinger desde su apartamento en Seattle. De momento no tiene planes de volver a abandonar su ciudad. Quiere rentabilizar su proyecto y no hay nada ah¨ª afuera que le llame la atenci¨®n lo suficiente.
Mientras tanto, en Bizkaia, Kepa Acero contin¨²a planeando rutas, investigando en Internet. Preparando un viaje que le llevar¨¢ de Alaska a la Patagonia, en busca de nuevas olas, de nuevos lugares. El mar, a diferencia de las estrellas, es cambiante y siempre ofrece nuevos retos. "Cada uno tiene un sue?o", concluye Acero pensativo. "Este es el m¨ªo, y no voy a dejarlo por las imposiciones de la sociedad. Tienes que luchar por aquello que te gusta. Pero a la vez soy realista, s¨¦ que llegar¨¢ el d¨ªa en que tenga que dejarlo, pero ahora no pienso en ese momento", sentencia. Y su discurso vuelve a las olas, a las nuevas culturas por conocer, a los rincones olvidados. Ahora no piensa en ese momento. Ahora piensa en Alaska.
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