'Fosfofagia', o el arte de comer luz
El ganador de una estrella Michel¨ªn Jes¨²s S¨¢nchez y el artista Alfonso Borrag¨¢n crean una exposici¨®n con aperitivos fluorescentes donde el p¨²blico es quien termina la obra
Once de la noche. En la calle Sol de Santander, punto de encuentro de artistas y espacios para la cultura, unas setenta personas aguardan frente a una puerta con m¨¢s pinta de entrada peatonal a un garaje que a una galer¨ªa de arte. "?Ven¨ªs tambi¨¦n a la Fosfofagia?", pregunta desconcertado el ¨²ltimo en llegar al lugar sin se?alizar. Hay cierta expectaci¨®n creada en el ambiente debido a la comida fluorescente a degustar en el interior de la sala. Pero quiz¨¢ se ignore que la exposici¨®n creada por Alfonso Borrag¨¢n (Santander, 1983) no acaba aqu¨ª. "Yo solo genero el espacio, la obra la termina el p¨²blico", advierte el artista.
Tras bajar una escalera medio en penumbra, que recuerda a la entrada de aquellos garitos recreados en el cine negro, se recibe a los invitados con una crema pastosa hecha con perifollo que se unta sobre el reverso de la mano. Despu¨¦s de simular el acto previo del que toma un tequila, el cocinero c¨¢ntabro -y ganador de una estrella Michel¨ªn- Jes¨²s S¨¢nchez pulveriza sobre la boca de cada individuo un combinado de ginebra con aroma de avellana a golpe de espray. Varias c¨¢maras de v¨ªdeo inmortalizan el momento.
Lo que aparentemente parece una fiesta (no falta bebida, comida y m¨²sica) se denomina happening, una manifestaci¨®n art¨ªstica multidisciplinar donde se requiere la participaci¨®n del espectador para completar la obra. Una faceta del arte contempor¨¢neo que han trabajado artistas como Roy Lichtenstein, Robert Rauschenberg o la mism¨ªsima Yoko Ono.
"No busco la satisfacci¨®n del p¨²blico, solo espero que vivan esta experiencia y permanezca en la memoria. Lo importante no es que sea buena o mala, sino que la recuerden y tengan ilusi¨®n por ir a la pr¨®xima", asegura el artista santanderino mientras observa la reacci¨®n de la gente.
Con "fluoresce¨ªna"
Como seres hambrientos, los invitados se acercan a los alimentos fosforescentes. Terrones de az¨²car en forma de coraz¨®n, jeringuillas rellenas de ginebra, paneles pegajosos de merengue seco o c¨¢psulas de regaliz brillan en la oscuridad de la galer¨ªa Demolden. "Est¨¢n elaborados con fluoresce¨ªna, una sustancia colorante que se utiliza en medicina", explica el cocinero. A los pies de los comensales, una lona iluminada sustituye gran parte del parqu¨¦ levantado. Cada cinco minutos, los fogonazos de luz del techo deber¨ªan proyectar un fotograma sobre el simulado mar de ardora, pero tan solo sirven para vislumbrar a zombies desorientados y sin mucha consciencia de lo que est¨¢n tomando.
"Est¨¢n ingiriendo luz; todos los que est¨¢n aqu¨ª son portadores de esa luz que se llevan a casa. Por eso la obra est¨¢ inacabada", explica el autor que sigue los pasos de artistas como Antoni Miralda o Rirkrit Tiravanija. "Esta obra de arte termina cuando ma?ana todos vayamos al v¨¢ter. Vamos a mear fluorescente", dice convencido Borrag¨¢n con una amplia sonrisa.
De forma intencionada o no, la m¨²sica no ayuda; el arte de envolver el espacio con melod¨ªa experimental provoca en el invitado una sensaci¨®n de agobio. "Es una idea original y divertida, pero no la he disfrutado porque me agobiaba con tanta gente y hab¨ªa demasiado ruido", dice Rosa Casuso, de 41 a?os, que asegura volver a entrar cuando se despeje "un poco" la sala. Mientras quedaba buf¨¦, el lleno estaba asegurado. Pero ahora los corrillos de gente han vuelto a la calle.
No hay duda de que el ritual social en torno a la comida funciona en Espa?a, pero no en otros pa¨ªses europeos. "Con los anglosajones me cuesta m¨¢s atraerlos", confiesa Borrag¨¢n, que cursa un m¨¢ster en la Universidad de Slade en Londres (UCL), una de las escuelas "m¨¢s prestigiosas" de arte contempor¨¢neo. "La gente aqu¨ª tiene m¨¢s fe, se mete mejor en el papel de la fiesta".
Pero Borrag¨¢n no se da por vencido. La pr¨®xima fosfofagia, "la 01", se organiza precisamente en Londres, donde adem¨¢s quedar¨¢n expuestos los registros de audio y v¨ªdeo recogidos en Santander e incluso los restos de comida. "Restos que con el tiempo ser¨¢n como un cad¨¢ver, ir¨¢n muriendo con el tiempo como ocurre con la memoria".
Lo que queda de 'Fosfofagia' puede visitarse en la galer¨ªa Demolden Video Project los viernes y s¨¢bados, entre las 18.30 y 21.30, hasta el 30 de septiembre. (Calle del Sol, 12. Santander)
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