Manolete y Jos¨¦ Tom¨¢s: odiosas comparaciones en Linares
El diestro madrile?o rinde fallida pleites¨ªa al mito en la plaza en la que este muri¨®
Sobrecoge todav¨ªa esta plaza de toros de Linares porque toda ella guarda en su interior el olor y el imperecedero e infausto recuerdo de aquella tragedia que visti¨® de luto a Espa?a el 28 de agosto de 1947. Han transcurrido ya 64 a?os, pero el fantasma de Manolete sigue vivo. Es la fuerza del mito, la personalidad de un hombre posiblemente irrepetible que fue el santo y se?a de una sociedad descoyuntada por las consecuencias de la Guerra Civil. A?os de hambre, de miseria, de duelos y rencores que encontraron en el diestro de C¨®rdoba el b¨¢lsamo para tanta tristeza.
Manolete fue el ¨ªdolo de una Espa?a que quer¨ªa volver a vivir, y encontr¨® en el torero razones para la esperanza. Manolete fue un diestro valiente y comprometido, que enloqueci¨® a la gente con aquel toro chico de la ¨¦poca, al que se arrim¨® como nadie y aguant¨® a una distancia considerada entonces inveros¨ªmil.
Hoy, la plaza, otra vez, est¨¢ llena hasta la bandera. Hace calor. Se escucha el run run de las tardes cargadas de expectaci¨®n. Jos¨¦ Tom¨¢s, declarado admirador del Califa cordob¨¦s, ha vuelto para rendir pleites¨ªa a la historia. Su presencia es un homenaje al h¨¦roe. Pero algo falla. El espect¨¢culo no se desarrolla seg¨²n lo previsto. El toro no es de Miura, como lo fue Islero; ni puede presumir de movilidad. Y todo queda deslucido a pesar de la actitud voluntariosa del torero. Emotivas las ver¨®nicas ce?idas en el centro del ruedo a su primero, que se hunde, finalmente, en la miseria de su falta de casta, se acobarda, y se torna en birria. Intentos bald¨ªos -medios pases sin gracia- y un mitin impropio de figura a la hora de matar. Que pase este c¨¢liz cuanto antes... El p¨²blico generoso y olvidadizo aplaude y oculta lo que debi¨® ser un silencio de reprobaci¨®n. En su fuero interno, Tom¨¢s debe saber que al homenaje a Manolete hay que venir con otros toros. Muy protestado fue el quinto por su mansedumbre. In¨¦dito con el capote. A los sones del pasodoble Manolete, aprovech¨® Tom¨¢s las embestidas de su oponente en una labor por ambas manos que no alcanz¨® nunca el vuelo deseado.
Semejanzas y diferencias
A pesar de todo, en esta plaza surge la pregunta: ?Se parece o no Jos¨¦ Tom¨¢s al monstruo de C¨®rdoba? Mucho se ha hablado, y el que menos, sin duda, el torero vivo, que se ha limitado a expresar su profunda admiraci¨®n por el mito de los a?os cuarenta.
Hay un parecido fundamental: ambos son figuras sobresalientes del toreo. Ambos son protagonistas de su propia leyenda.
Los separa su origen: Manolete, hijo de la ¨¦poca del hambre y de una familia torera; Tom¨¢s, nacido en el seno de la clase media, sin ascendentes taurinos y con sue?os infantiles de triunfar en el mundo del f¨²tbol. Y los separa el tipo de toreo: el primero pisa el terreno de su oponente, pero recorta los pases y se adapta a la movilidad del terciado toro de la posguerra; y Tom¨¢s sigue su estela valerosa, pero alarga los muletazos y busca la pureza con la embestida noble, pastue?a y templada del toro actual.
Los une, eso s¨ª, una filosof¨ªa de vida. Ambos desprenden un halo de seriedad, misterio, ascetismo, misticismo... Uno y otro portan en sus genes una cualidad fundamental: una personalidad radiante, indiscutible y sobrecogedora -dentro y fuera de la plaza- que les permite interesar a los aficionados con pasi¨®n y arrastrar a las multitudes. Manolete fue un ¨ªdolo por m¨¦ritos propios, un h¨¦roe, uno de los toreros m¨¢s importantes de la historia. De ¨¦l se ha destacado su honestidad, su entrega y su verg¨¹enza torera, de tal modo que aceptaba una voltereta para conseguir un triunfo.
Padilla y D¨ªaz
A uno y otro los une el valor; un valor sobrenatural que les permite pisar un sitio que no pisan los dem¨¢s. Los dos llevan a gala el compromiso de hacer faena a todos los toros. Les une, adem¨¢s, su entra?able relaci¨®n con la Am¨¦rica taurina. Manolete fue all¨ª un ¨ªdolo de multitudes, y Tom¨¢s ascendi¨® al escalaf¨®n de matador en M¨¦xico, y se enorgullece de llevar sangre mejicana en sus venas.
A Manolete y Jos¨¦ Tom¨¢s los separa, no obstante, su forma de matar a los toros. El torero cordob¨¦s ha sido "el mejor matador que he conocido nunca", en palabras del maestro Pepe Luis V¨¢zquez. Y no es, precisamente, la suerte suprema la mejor cualidad del torero madrile?o. Sea como fuere, con semejanzas y diferencias, y visto lo de ayer, las comparaciones siguen siendo odiosas.
No decepcionaron, sin embargo, Juan Jos¨¦ Padilla y Curro D¨ªaz, cada cual a su manera. El primero cort¨® una oreja despu¨¦s de divertir a la concurrencia con pases de todas las marcas a dos toros sin fuelle. D¨ªaz se llev¨® una fea voltereta en su primero, al que mulete¨® con destellos de elegancia. Cerrada la noche y al calor de sus paisanos, aprovech¨® la inv¨¢lida bondad del sexto y justific¨® el cari?o recibido.
Finalizada la corrida, queda en el ruedo una silueta, un recortable en la penumbra. Es la imagen de Islero, ese quinto toro de Miura que hace 64 a?os hundi¨® el pit¨®n en el muslo derecho de Manolete a la hora de matar, y lo convirti¨® en mito. El torero sigue vivo en el recuerdo de todos; incluso en el de quienes no lo vimos. Es el sino extraordinario de los h¨¦roes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.