Solo nos quedan 160
El lince ib¨¦rico (Lynx pardina) ha llegado a un punto en el que cualquier rodeo le puede llevar directamente a la desaparici¨®n. Nicol¨¢s Guzm¨¢n, coordinador de la Estrategia Nacional para la Conservaci¨®n del Lince Ib¨¦rico, es directo: "Se ha confirmado lo que tem¨ªamos. Quedan menos de 200. Fuera de And¨²jar y Carde?a-Montoro (Sierra Morena oriental, Ja¨¦n) y Do?ana (parque nacional y parque natural), no hemos podido confirmar la presencia permanente de linces, de poblaciones viables ahora mismo". ?Menos de 200? "Y eso dejando abiertas muchas esperanzas; contando con que haya ejemplares dispersos. Yo creo que la cifra real hay que situarla en 150 o 160, en un territorio de s¨®lo unas 14.000 o 15.000 hect¨¢reas". ?150 o 160? "Pero es que hembras reproductoras, que son las que garantizan la supervivencia de una especie, que es la aut¨¦ntica forma de contabilizar una poblaci¨®n en la vida silvestre, quedan entre 22 y 32".
?sta es la conclusi¨®n matem¨¢tica, desnuda y cruda, del inventario realizado entre 2000 y este oto?o con sistemas de precisi¨®n como c¨¢maras fotogr¨¢ficas que se disparan autom¨¢ticamente en el campo y recogida de excrementos e identificaci¨®n a trav¨¦s del ADN. El principal problema, y en eso coinciden todos los expertos, es la escasez de conejos -ingrediente fundamental en la dieta del lince-, agotados por dos enfermedades que se han ensa?ado con ellos: la mixomatosis y la neumon¨ªa hemorr¨¢gica v¨ªrica. "El mapa del conejo es desesperanzador", dice Guzm¨¢n. Y los intentos de repoblaci¨®n no han dado a¨²n resultados que cambien esta perspectiva.
Si desaparecen esos 160, se extingue el Lynx pardina. Porque no existe en ning¨²n otro punto que no sea la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Y porque los espa?oles no hemos sido capaces de disponer de un m¨ªnimo ret¨¦n de animales en cautividad para poner en marcha un plan de cr¨ªa y garantizar que, al menos, haya linces ib¨¦ricos en alg¨²n sitio.
Es el felino en una situaci¨®n m¨¢s vulnerable en todo el planeta. Ya entr¨® en esa lista roja en 1996. "Mire, se lo digo claramente. Si desaparece, ser¨¢ una verg¨¹enza nacional. Un rid¨ªculo espantoso. A ver con qu¨¦ cara vamos luego por ah¨ª de europeos, ense?ando a pa¨ªses en desarrollo c¨®mo hay que actuar en medio ambiente. Salvando las distancias, la India ha sido capaz de llegar a acuerdos para garantizar la supervivencia del tigre de Bengala. ?Y nosotros?", se pregunta Rosa Garc¨ªa Perea, investigadora en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y miembro del grupo de expertos en felinos de la UICN (Uni¨®n Mundial para la Naturaleza), la organizaci¨®n de referencia en el mundo sobre la conservaci¨®n de especies. "La UICN lo ha incluido este a?o en la categor¨ªa de 'en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n". ?C¨®mo ven los expertos de UICN lo que se est¨¢ haciendo en Espa?a por esta especie? "Ven un... llam¨¦moslo... exceso de organizaci¨®n en torno al lince. De comisiones y subcomisiones, grupos y subgrupos. Yo creo que hay muchas ansias de protagonismo y que sobre la mesa no se ha puesto realmente la voluntad de salvar el lince".
Descoordinaci¨®n, exceso de burocracia. Estrategias nacionales que piden planes que han de desarrollar comisiones que han de nombrar coordinadores para realizar estudios que analicen impactos que aprueben expertos que remitan a los responsables pol¨ªticos para que firmen convenios que den permisos para realizar pactos y acuerdos y consensuar programas. No es broma ni caricatura.
EPS public¨® en el verano de 2001 un reportaje sobre la situaci¨®n ya cr¨ªtica del lince. Entonces se hablaba de 400 ejemplares. Todas las personas consultadas conclu¨ªan en la urgencia de tomar medidas, de coordinar -sobre todo, a la Junta de Andaluc¨ªa y al Ministerio de Medio Ambiente- y poner en marcha -"ya"- la cr¨ªa en cautividad. "Si esto se retrasa otro a?o, nos acercaremos a una situaci¨®n muy, muy peligrosa", advert¨ªan los expertos. Ha pasado a?o y medio, y poco ha cambiado. La mayor¨ªa de las 20 personas entrevistadas para estos dos reportajes hablan de tensiones, enfrentamientos, zancadillas; pero con la boca peque?a. Las explicaciones oficiales, las publicables, no dicen toda la verdad. "No vaya a poner eso en mi boca; lo que necesita el lince es consenso y una actitud positiva", suele ser la advertencia habitual al periodista. ?Qu¨¦ hacer entonces? ?Seguir alimentando esa actitud positiva que busca infructuosamente el entendimiento desde hace una d¨¦cada mientras la cuenta atr¨¢s del lince entra en la franja de lo irremediable? ?O airear los aut¨¦nticos cuellos de botella? Hasta el propietario de una gran finca (un tesoro en biodiversidad, con linces, ¨¢guilas imperiales y buitres negros) en Sierra Morena lo dice, refugi¨¢ndose tambi¨¦n en la petici¨®n de anonimato: "Veo una aparente falta de coordinaci¨®n y entendimiento entre la Administraci¨®n central y la auton¨®mica de Andaluc¨ªa. Si se trata de un trasfondo pol¨ªtico, el resultado s¨®lo es negativo. Hay que unificar urgentemente criterios, estrategias, responsabilidades. El lince no puede pagar los platos rotos por falta de entendimiento". La Junta de Andaluc¨ªa est¨¢ en manos del PSOE; en el ministerio gobierna el PP.
Tras una reuni¨®n en And¨²jar (Ja¨¦n), a finales de octubre, de todos los sectores implicados en la conservaci¨®n del gran gato manchado, el ministerio public¨® una nota que aseveraba: "Est¨¢ previsto que los trabajos para capturar ejemplares comiencen en noviembre". Cuando se le pregunta por este punto a Miguel ?ngel Sim¨®n, coordinador para el lince de la Junta de Andaluc¨ªa, contesta, para desconcierto de muchos: "Bueno, bueno..., eso no est¨¢ nada claro. Faltan estudios. Y el ministerio no nos ha hecho una solicitud formal". Ahora mismo (10 de diciembre, fecha en que se cerr¨® este reportaje), sigue sin haber una pareja sana de linces en cautividad que garantice la reproducci¨®n; aunque desde la Junta de Andaluc¨ªa se asegura que "est¨¢ cercana" la captura de un macho en Do?ana ("ya est¨¢ localizado"), que presenta unas condiciones f¨ªsicas no muy boyantes para sobrevivir en libertad y que pasar¨ªa a El Acebuche pr¨®ximamente. Repasa la situaci¨®n ??igo S¨¢nchez, director del Zoo de Jerez de la Frontera y coordinador del plan nacional de cr¨ªa en cautividad: "Tenemos dos hembras en Do?ana, en el centro de El Acebuche. Morena, ya muy mayor, de 13 a?os, y Esperanza, de 21 meses. Tenemos otras dos hembras en Jerez, recogidas del campo en abril por pertenecer a camadas de m¨¢s de dos cachorros, inviables ahora mismo: Aura y Saliega. Y tenemos un macho, que del Centro de Los Villares (C¨®rdoba), dependiente de la Junta, ha pasado a Do?ana, a El Acebuche; fue capturado en julio en And¨²jar, porque estaba ciego y pesaba s¨®lo cinco kilos, estaba muy mal, hasta com¨ªa carne muerta. Pero con ¨¦l no podemos contar para la reproducci¨®n natural, y por ahora no queremos recurrir a la reproducci¨®n asistida, queremos que sea lo m¨¢s natural posible".
Cuesta entenderlo. ?Qu¨¦ dice Fuensanta Coves, consejera de Medio Ambiente de Andaluc¨ªa? "Estamos pendientes de que el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) termine un estudio, bajo la coordinaci¨®n de Miguel Delibes, y entregue los resultados sobre el impacto en las poblaciones en la naturaleza de la captura de ejemplares machos". ?Y si desaconseja la captura? "Pues habr¨¢ que revisar todo el plan". En junio de 2001 explicaban que este estudio se pod¨ªa demorar meses. Ha pasado a?o y medio. ?Por qu¨¦ no han hecho antes esos estudios, no se est¨¢ perdiendo un tiempo precioso? "Antes no hab¨ªa consenso cient¨ªfico sobre la cr¨ªa en cautividad".
Las instalaciones en Do?ana para la cr¨ªa en cautividad del Lynx pardina se inauguraron por todo lo alto en 1992. Pero fueron languideciendo en los ¨²ltimos a?os, habitadas s¨®lo por dos hembras ancianas, sin posibilidad de reproducirse. En una reuni¨®n en Caba?eros en 1998, ya hubo acuerdo entre las administraciones para poner en marcha el plan de cr¨ªa en cautividad. En febrero de 1999 se aprob¨® la Estrategia Nacional para la Conservaci¨®n del Lince por la Comisi¨®n Nacional de Protecci¨®n de la Naturaleza (donde participa el Ministerio de Medio Ambiente y los Gobiernos aut¨®nomos). Y el 8 de febrero de 2001 esta comisi¨®n aprobaba el plan de cr¨ªa en cautividad: se preve¨ªa capturar cinco ejemplares en una primera fase y otros cinco en una segunda etapa, combinando Do?ana con Sierra Morena para evitar una consanguinidad alta.
Hasta hoy. Como mucho, terminar¨¢ el a?o con tres hembras j¨®venes y dos machos de salud precaria.
Despu¨¦s de todos esos pasos, ahora la Junta de Andaluc¨ªa se descuelga con una propuesta de convenio en colaboraci¨®n con el ministerio, lanzada el 11 de noviembre: "Para la determinaci¨®n y coordinaci¨®n de las actividades que se incluir¨¢n en este programa se crea un equipo t¨¦cnico director, integrado por dos miembros nombrados, respectivamente, por el Ministerio de Medio Ambiente y la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de Andaluc¨ªa y un coordinador cient¨ªfico nombrado por el CSIC. Este equipo decidir¨¢ por consenso las actividades a realizar y la forma de hacerlo, y asumir¨¢ la coordinaci¨®n y revisi¨®n del seguimiento del programa, teniendo como marco obligado de referencia la estrategia nacional y el acuerdo de consejo de gobierno del Pacto Andaluz por el Lince...". Seg¨²n apuntan en la Junta, el objetivo ¨²ltimo es que Miguel Delibes sea el eje de todo, "incluidas decisiones cient¨ªficas y el manejo del dinero".
?Por qu¨¦ a¨²n no ha aprobado la Junta el Plan de Recuperaci¨®n del Lince Ib¨¦rico, exigido por la Ley de Conservaci¨®n de la Naturaleza, que data de 1989? Coves: "No lo vamos a hacer s¨®lo para el lince, sino para todas las especies vulnerables. Est¨¢ en el Parlamento aut¨®nomo la Ley de Conservaci¨®n de Fauna y Flora de Andaluc¨ªa". Como explica Guzm¨¢n, ni Andaluc¨ªa ni ninguna otra comunidad susceptible de que haya linces o que puedan expandirse hacia su territorio en el futuro, como Extremadura o Castilla-La Mancha, han aprobado a¨²n esos planes.
Se queja adem¨¢s la Junta de Andaluc¨ªa de que no encuentra un interlocutor v¨¢lido en el ministerio, alguien que sepa y tenga capacidad decisoria. Algunos les dan la raz¨®n a la vista de c¨®mo hablaba del lince y de las medidas a adoptar para su recuperaci¨®n Carmen Martorell, secretaria general de Medio Ambiente, durante una comparecencia en el Senado el 26 de junio: "Espero que sea suficientemente inteligente para adaptarse a las nuevas circunstancias, porque en esta vida ocurren esas cosas (...). El hombre, por suerte, es m¨¢s inteligente y es capaz de adaptarse. El lince parece bastante menos inteligente de lo que cre¨ªamos que era. Quiz¨¢ tenga muy buena vista, pero, despu¨¦s, en sus conductas, es un animal que corre much¨ªsimo, hay veces que no ve, no se para a ver adonde tiene que ir (...). Creo que tiene que haber un factor de adaptaci¨®n al medio, como lo han tenido otros, para sobrevivir. (...) Hay otros animales, como el quebrantahuesos, de los que hace unos a?os ten¨ªamos poqu¨ªsimos, mientras que en este momento no recuerdo si son 300 o 600 las parejas existentes en los Pirineos. (...) Ojal¨¢ podamos decir en breve, porque no hay muchos, que nuestros linces se est¨¢n adaptando a las circunstancias".
Quedan 160... inadaptados linces.
Los celos por protagonismos se dejan ver cuando Fuensanta Coves acusa: "?Qu¨¦ hac¨ªa el ministro (Jaume Matas) viniendo a soltar conejos en primavera a Andaluc¨ªa y convocando a la prensa sin comunicarnos nada a la Junta? Eso no resuelve nada". Remata: "Mire, el lince se ha usado como confrontaci¨®n pol¨ªtica. Vamos a ver si es verdad que hay voluntad de salvarlo. Porque la propuesta de convenio es un gesto de gran generosidad por nuestra parte".
"?Generosidad? Pero si llevan dos a?os poniendo peros; se muestran muy dispuestos, pero a la hora de ejecutar una decisi¨®n, siempre hay alguna traba, alg¨²n papel que falta...", se?ala un experto en conservaci¨®n, que tambi¨¦n prefiere, a la hora de hablar claro, no ser identificado. "Mire, ponen unas exigencias que ellos mismos se saltan cuando quieren". Las acusaciones de utilizar al lince como arma pol¨ªtica se lanzan en los dos sentidos. Varias personas consultadas, y no todas adscritas al ministerio, coinciden en el an¨¢lisis, aunque prefieren que sea el periodista quien lo ponga en su boca. ?Qu¨¦ pasa? Muy sencillo: "Si se coge un animal en la naturaleza, ?ad¨®nde lo llevan? La Junta de Andaluc¨ªa no podr¨ªa soportar que el ministerio se apuntara el tanto de hacerse las primeras fotos con los primeros linces nacidos en cautividad en Do?ana. De ah¨ª que presione para que haya nuevas instalaciones en el Zoo de Jerez". A¨²n m¨¢s. Es ya vox populi la mala sinton¨ªa entre Pablo Pereira, responsable de los centros de cr¨ªa de fauna amenazada en el parque nacional de Do?ana, cuya mujer, Celia, es veterinaria en estas instalaciones, y Miguel Delibes, cuya esposa, Isabel Mateo, es viceconsejera de Medio Ambiente en Andaluc¨ªa. La Junta de Andaluc¨ªa no da un paso sin el asesoramiento de Delibes, que se ha ganado el prestigio como m¨¢ximo experto en Lynx pardina tras muchos a?os de trabajo y estudios, y el ministerio considera que no se puede prescindir de unas instalaciones y unos expertos como los de Do?ana. El ministerio subraya adem¨¢s el car¨¢cter nacional del plan para salvar al lince; es decir, insiste en la implicaci¨®n de otras comunidades aut¨®nomas. Pero Andaluc¨ªa reclama su leg¨ªtimo derecho al protagonismo, ya que, hoy por hoy, parece que s¨®lo hay linces en su territorio.
Lo cierto es que cuando Miguel Delibes rescat¨® del campo de Do?ana a Esperanza, la lince beb¨¦ deshidratada, a punto de morir, no la llev¨® a El Acebuche, con Pablo Pereira, sino al Zool¨®gico de Jerez de la Frontera (C¨¢diz), para que la cuidara ??igo S¨¢nchez, ahora director del zoo y coordinador del plan nacional de cr¨ªa en cautividad.
Lo ha dicho Fuensanta Coves: "No hab¨ªa consenso cient¨ªfico sobre la cr¨ªa en cautividad". De hecho, Miguel Delibes siempre puso el acento en tratar de preservar al lince en libertad, cuidando su h¨¢bitat, adoptando medidas en el campo, y durante un tiempo desaprob¨® que la cr¨ªa en cautividad fuera el objetivo prioritario por miedo a descuidar los otros aspectos. ?Qu¨¦ dice ahora Delibes? "Me parece desafortunado poner tanto ¨¦nfasis en la cr¨ªa en cautividad, pues se transmite a la sociedad que eso es lo ¨²nico importante para el lince, y adem¨¢s se coloca demasiada presi¨®n sobre los que tienen que autorizarla y llevarla a cabo, haci¨¦ndoles m¨¢s dif¨ªcil la toma de decisiones. En el ¨²ltimo a?o y medio se han puesto en marcha muchas e importantes medidas para conservar a los ¨²ltimos linces en el campo. Sin embargo, parecer¨ªa que no se hace nada, por el mero hecho de que a¨²n no se cr¨ªan linces cautivos. Lo anterior no es ¨®bice para que personalmente defienda que es imprescindible y urgente aprender a criarlos en cautividad (es un salvavidas que a¨²n no sabemos si funciona, ni c¨®mo lo hace, y necesitamos saberlo). La s¨ªntesis del excelente plan aprobado en 2001 se concreta en una primera frase que dice: 'Para comenzar el programa de cr¨ªa es prioritario contar con individuos reproductores en buen estado sanitario, al igual que con una organizaci¨®n clara y un compromiso financiero s¨®lido'. Quiz¨¢ la falta de individuos reproductores sea lo que m¨¢s llama la atenci¨®n a d¨ªa de hoy, pero lo cierto es que tampoco se han hecho todos los esfuerzos necesarios para clarificar la estructura ni para garantizar la financiaci¨®n a largo plazo. Creo que es exigible del ministerio y las comunidades aut¨®nomas (en particular, Andaluc¨ªa) que de inmediato lleguen a un acuerdo para plasmar las recomendaciones del plan en un proyecto".
Otra peculiaridad. Aqu¨ª el dinero no parece obst¨¢culo. ?Hay problemas presupuestarios? "En absoluto, ¨¦se no es el problema", resume Guzm¨¢n. Puede ser todo lo contrario. El propietario de la finca pone otro dedo en la llaga: "Creo que las administraciones est¨¢n haciendo mal al airear en exceso cifras econ¨®micas de ayuda que provocan ciertamente la codicia de oportunistas. El dinero es necesario, pero personalmente desconf¨ªo de alardes monetarios, y de sus practicantes". Una de las medidas en que m¨¢s se ha puesto el acento en los dos ¨²ltimos a?os son los convenios con propietarios de fincas donde vive el lince o por donde puede expandirse; convenios para mejorar el h¨¢bitat y permitir que se recupere la poblaci¨®n de conejo y, con ¨¦l, la poblaci¨®n lincera, y que suelen incluir el arrendamiento de la caza menor. Sim¨®n se?ala que el lince est¨¢ en un 80% en terrenos privados; por eso, lo p¨²blico ha de pactar con lo privado. Estos convenios los est¨¢n firmando, sobre todo, la Junta de Andaluc¨ªa y el Ministerio de Medio Ambiente, m¨¢s la activa participaci¨®n de fundaciones y ONG como WWF/Adena. "En total hay entre 80 y 90 fincas con convenios, que pueden abarcar casi 100.000 hect¨¢reas", calcula Sim¨®n. ?Falta alguna finca importante? "Una".
Y el ministerio hace cuentas del desembolso general dedicado a este animal entre 2000 y 2006: Proyectos LIFE (financiados por la UE) de Andaluc¨ªa y Castilla-La Mancha: 11 millones de euros. Conservaci¨®n en parques nacionales y fincas estatales: 7,5 millones. Conservaci¨®n en fincas privadas: 5,1 millones. Estudios sobre gen¨¦tica, conejo...: 5,5 millones. M¨¢s casi otro mill¨®n para censos, coordinaci¨®n general, seguimientos, cr¨ªa en cautividad... Total: 30,17 millones de euros (en pesetas: m¨¢s de 5.000 millones). Recursos no faltan. Adem¨¢s, el lince se ha convertido en un animal emblem¨¢tico -fotog¨¦nico s¨ªmbolo de la fauna amenazada- y muchas empresas han decidido volcarse en ayudarlo, con campa?as de divulgaci¨®n y sensibilizaci¨®n, y aportando tambi¨¦n sustanciosas cantidades. Empresas como Coca-Cola y BP/Lubricantes Visco; m¨¢s fundaciones como CBD H¨¢bitat, la Marcelino Bot¨ªn y la Territori i Paisatge (ligada a Caixa Catalunya).
Aunque todas esas inversiones sirvan tambi¨¦n para el cuidado del maltratado campo espa?ol, tocando a m¨¢s de 190.000 euros (m¨¢s de 30 millones de pesetas) por lince, ?no habr¨¢ capacidad para asegurar su futuro?
Historia de (una) 'Esperanza'
Fue recogida el 26 de marzo de 2001 en el campo, al norte de Do?ana, en el paraje conocido como Coto del Rey. Ten¨ªa s¨®lo seis d¨ªas, s¨®lo 200 gramos. Tres hermanos: panorama oscuro. Hoy d¨ªa, con la escasez de comida, de conejos, es pr¨¢cticamente imposible que una hembra saque adelante una camada de cuatro cachorros. De hecho, uno ya hab¨ªa muerto. A ella la recogi¨® un gran experto en linces, el bi¨®logo Miguel Delibes, y la llev¨® inmediatamente al Zool¨®gico de Jerez de la Frontera (C¨¢diz), centro con experiencia en la cr¨ªa de felinos a biber¨®n. A sus dos hermanos machos los dej¨® en el campo. Uno de ellos, al que se llam¨® Jimeno, fue atropellado el pasado verano en una carretera del t¨¦rmino de Hinojos. La lince beb¨¦ lleg¨® al zoo muy mal, desnutrida y deshidratada, con peque?os problemas de musculaci¨®n. Pero respondi¨® bien a los cuidados intensivos que le dispensaron y creci¨® con normalidad. Fue bautizada Esperanza, porque despertaba muchas esperanzas, abr¨ªa la puerta a la cr¨ªa en cautividad de linces ib¨¦ricos; un programa que en el verano de 2001 se pensaba que ya iba a despegar. Calcularon mal muchos. S¨ª sirvi¨® la experiencia de Esperanza para acordar la recogida de peque?os linces en su mismo estado; es decir, cuando se detectaran camadas numerosas se recoger¨ªan los cachorros tercero (y cuarto si lo hubiere) para engrosar los efectivos de la cr¨ªa en cautividad. As¨ª, el pasado abril se incorporaban al Zoo de Jerez otras dos hembras de camadas de m¨¢s de dos cr¨ªas: Aura y Saliega (que quiere decir tierra arenosa donde hay linces), procedentes de Do?ana y And¨²jar, respectivamente.
Alberto Larramendi, director del parque nacional de Do?ana, cuenta que Esperanza regres¨® a Do?ana el 21 de agosto de 2001, con cinco meses de edad, con buen estado de salud y cinco kilos. Hasta febrero de este a?o comparti¨® espacio con una lince mayor y coja, Celia, que muri¨® al final del invierno de un tumor. Poco antes, Esperanza, ya con ocho kilos, pas¨® a ocupar ella sola una de las espaciosas jaulas de El Acebuche, expresamente dise?adas para criar linces. Son ocho jaulas de unos 15 por 10 metros, donde se ha reproducido la vegetaci¨®n mediterr¨¢nea que constituye el h¨¢bitat caracter¨ªstico del Lynx pardina. "Ahora Esperanza pesa 15 kilos; lo habitual para una hembra adulta son 12-13 kilos", dice Larramendi. "A finales de a?o o comienzos de 2003 entrar¨¢ ya en celo y ser¨¢ apta para reproducirse". Esperanza ha cumplido 21 meses y comparte las instalaciones de El Acebuche con otra hembra muy anciana, Morena, de 13 a?os.
Hace 10 d¨ªas se decidi¨® trasladar al centro de Do?ana al macho de la edad de Esperanza que estaba acogido en Los Villares (C¨®rdoba), y que fue capturado en el campo el pasado 7 de julio -le llaman Ferm¨ªn-, ciego y moribundo. Sin embargo, los principales responsables de la cr¨ªa en cautividad opinan que este animal no es v¨¢lido para acometer un plan de reproducci¨®n que se pretende que sea lo m¨¢s natural y eficaz posible. Ferm¨ªn est¨¢ ciego, no puede ser ese macho sano que haga viable la cr¨ªa, ese macho sano que desde que se abrieron las instalaciones de Do?ana hace 10 a?os, por unas cosas u otras, no acaba de llegar.
Por ahora, el consenso es capturar ejemplares machos adolescentes (unos ocho meses), de los que se encuentran en fase de dispersi¨®n; ¨¦sos que deben abandonar el terreno de los mayores, de sus padres, para buscarse la vida. Son animales sometidos a muchos peligros; de hecho, suelen ser los que mueren por atropellos cuando abandonan la protegida Do?ana. "Esperanza est¨¢ magn¨ªfica", termina Larramendi. "Sana y activa; adem¨¢s, con buen car¨¢cter, manejable, perfecta para la reproducci¨®n en cautividad".
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