Cuatro kilos de Cigala en fotos
La reportera alemana Anya Bartels-Sermondt publica un libro en gran formato con im¨¢genes de m¨¢s de un a?o de seguimiento al cantaor
"Dentro de cien a?os, cuando alguien vea en una aldea de cualquier lugar del mundo este libro de fotos, entender¨¢ el arte de Diego". La frase es del cantante Andr¨¦s Calamaro, las fotos son de la reportera alemana Anya Bartels-Suermondt y Diego es El Cigala, gitano madrile?o, cantaor, "una voz de caramelo que derrama el coraz¨®n en lo que canta", como dijo Paco de Luc¨ªa. Bartels-Suermondt ha sido la sombra del Cigala durante m¨¢s de un a?o, en giras, ensayos, entre bambalinas, en el camerino, en el cuarto de ba?o, por la calle, con su banda, en Europa y en Am¨¦rica.
Lo que ha nacido de ese seguimiento es Garganta de arena (editorial Lunwerg), cuatro kilos de libro, de 28,5 por 36,5 cent¨ªmetros y 400 fotos in¨¦ditas para retratar al hombre que naci¨® Ram¨®n Jim¨¦nez Salazar hace 43 a?os. La obra se present¨® anoche en el hotel de las Letras, en Madrid. ?Y qu¨¦ dijo Cigala? "Nunca pens¨¦ que el mundo de la foto plasmara tanto. Simplemente intent¨¦ demostrar c¨®mo soy, con mis errores y virtudes, ha sido una experiencia muy bonita aunque Anya -bromea- siempre me pillaba de marr¨®n. Nunca pod¨ªa decirle 'espera que voy a posar".
"Nunca pens¨¦ que el mundo de la foto plasmara tanto", dice El Cigala del trabajo de la fot¨®grafa
"Diego es un tipo que hasta en ba?ador est¨¢ elegante", dijo Andr¨¦s Calamaro, presentador del acto
Este libro surgi¨® de otro, Jos¨¦ Tom¨¢s, serenata de un amanecer. Diego el Cigala, aficionado del torero de Galapagar -aunque a¨²n m¨¢s de Morante de la Puebla- se qued¨® "maravillado" con las fotos del matador que hab¨ªa hecho la alemana. A su vez, Anya estaba "impactada" desde que le oy¨® cantar. Un amigo com¨²n les present¨® y entonces Cigala le dijo: "Ni?a, yo quiero que me hagas un libro igualico que el de Jos¨¦ Tom¨¢s".
Comenz¨® entonces un "mano a mano", como llama Anya a su relaci¨®n con Cigala, durante la grabaci¨®n del disco Dos l¨¢grimas, de 2008. As¨ª, mientras Cigala cantaba, entre otros cl¨¢sicos, Compromiso: (Tu destino es como el m¨ªo / si eres vela yo soy viento / si eres cauce yo soy r¨ªo / si eres llaga yo lamento...), la fot¨®grafa comenz¨® a disparar. En los meses siguientes fue a?adiendo material de los conciertos en Argentina, M¨¦xico, Chile... y de actuaciones especiales, como en la c¨¢rcel de Mallorca.
Molestias
"Yo le avis¨¦ desde el principio que si le molestaba en alg¨²n momento mi presencia me hiciera un gesto, y entonces desaparecer¨ªa", contaba la reportera horas antes de la presentaci¨®n del libro. Esa circunstancia solo se dio un par de veces: "Anya, d¨¦jame un minuto, por favor". En seguida, volv¨ªa a llamarla. "Yo qu¨¦ s¨¦ lo que har¨ªa en esos instantes", cuenta ella.
Los centenares de fotos de Garganta de arena -t¨ªtulo tomado de la letra de un tango- no tienen pies de foto. "He preferido que las im¨¢genes hablen por s¨ª solas, tampoco tienen un orden cronol¨®gico. Solo he querido reflejar al personaje". ?C¨®mo es ese artista? "La naturalidad en persona, si est¨¢ triste se pone a llorar a l¨¢grima viva, si hay que re¨ªrse se parte. Trata a todo el mundo por igual y es muy gracioso. Como tiene un o¨ªdo prodigioso, lo aprovecha para hacer buenas imitaciones". Anoche, entre las fotos que destac¨® Calamaro, presentador del acto, estaban las del cantaor en una playa dando pases con una toalla: "Diego es un tipo que hasta en ba?ador est¨¢ elegante".
La inmensa mayor¨ªa de las instant¨¢neas son en blanco y negro porque "Cigala lleva en sus giras una est¨¦tica muy de los a?os veinte", explica Bartels-Suermondt. "Las pocas en color son de una prueba de sonido en la que se puso un poncho, y adem¨¢s hab¨ªa una luz muy bella". ?Alguna man¨ªa tiene el artista? "Solo una, cuando est¨¢ nervioso se pasa media hora pein¨¢ndose en el cuarto de ba?o. Aparte de eso, antes de salir siempre le da un beso a su mujer y se santigua. Luego tiene sus amuletos, que cuelgan del cuello".
En el plano m¨¢s ¨ªntimo, la reportera repite varias veces que la esposa del Cigala, Amparo, adem¨¢s de m¨¢nager es clave en su vida. Otra mujer, la madre del artista, es tambi¨¦n fundamental, y lo ilustra con una an¨¦cdota: "Est¨¢bamos a punto de coger un vuelo a Chile, entonces la llama, se ponen a hablar y como ten¨ªa que pasar el control, dej¨® el m¨®vil en la bandeja y le grit¨® 'mami, no me cuelgues que ahora seguimos'. Pas¨® corriendo el arco de seguridad para volver a coger el m¨®vil".
En una noche de tanta emoci¨®n, Calamaro, siempre tras sus gafas de sol, no pudo ocultar los nervios: "?Se puede fumar, pero si gan¨® Rajoy?". Al final acabaron los tres con un cigarrillo y el argentino, excesivo como casi siempre, apunt¨® el inicio de una nueva religi¨®n: el cigalismo: "Este tipo es Messi, es Dal¨ª, es Dios...", aunque ¨¦l mismo ya lo hab¨ªa advertido antes: "No hay que esperar sentido com¨²n de lo que digan los artistas". A su lado, el Cigala se part¨ªa de risa.
Babelia
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