Martin Boyce, un premio Turner de consenso

El escoc¨¦s Martin Boyce y sus instalaciones inspiradas en ideales y formas modernistas obtuvieron anoche el premio Turner en una edici¨®n exenta de la controversia que suele definir a uno de los eventos m¨¢s prestigiosos del arte contempor¨¢neo. El fot¨®grafo Mario Testino ejerci¨® de maestro de ceremonias en la velada anual que, por primera vez en los 27 a?os de historia del galard¨®n, no se celebr¨® en una de las sedes de los museos Tate, sino en el Baltic Centre de la localidad de Gateshead.

Profesor de la Escuela de Arte de Glasgow, Boyce (Hamilton, 1967) ha convertido una de las salas de esta galer¨ªa del nordeste de Inglaterra en esa arboleda que escenifican las "hojas" de metal blanco colgadas de las luces del techo, y toman a las columnas de la habitaci¨®n como troncos imaginarios. Ese espectacular despliegue enmarca a la protagonista central de la instalaci¨®n, la variaci¨®n escult¨®rica elaborada a partir de una mesa de trabajo de dise?o modernista.

En nombre del jurado Testino quiso subrayar la calidad pareja de los cuatro finalistas, todos ellos menores de 50 a?os y que han protagonizado una exposici¨®n destacada este a?o. Porque, ir¨®nicamente, el t¨ªtulo de uno de los cuadros que firma el nominado George Shaw, The Same Old Crap (algo as¨ª como La misma mierda de siempre), podr¨ªa parafrasear a un sector de la cr¨ªtica que a lo largo de los ¨²ltimos a?os ha denunciado la supuesta predilecci¨®n del Turner por el impacto publicitario, y en detrimento de la verdadera calidad. Aunque pretende representar a todo el universo de las artes pl¨¢sticas, la convocatoria viene siendo asociada con las propuestas m¨¢s impactantes del arte conceptual, y en especial con uno de sus ganadores m¨¢s controvertidos y famosos, el artista brit¨¢nico Damien Hirst.

El Turner ha querido en esa ocasi¨®n mostrar la "variedad y vitalidad" de la escena contempor¨¢nea brit¨¢nica. Un artista de instalaciones, un pintor, una escultora y una videoartista optaban al premio dotado con 25.000 libras (algo m¨¢s de 29.000 euros) y una proyecci¨®n impagable de su nombre. La respuesta del p¨²blico al despliegue de las obras de Boyce, Shaw, Karla Black y Hilary Lloyd se ha traducido en m¨¢s de 100.000 visitantes desde octubre, a pesar de su emplazamiento lejos de Londres. ?nicamente en una ocasi¨®n (la Tate Liverpool, en 2007), el galard¨®n hab¨ªa instalado su cuartel general fuera de la capital brit¨¢nica.

Si en el mundillo nadie contest¨® el nombre de Boyce como depositario del premio, sus contrincantes tambi¨¦n merecieron la aprobaci¨®n general de los cr¨ªticos. Especialmente en el caso de Shaw, profesor de arte en el Royal College of Art de Londres, que inspira su trabajo en el paisaje de los suburbios de su Coventry natal. Recurriendo a un material dif¨ªcil para la pintura sobre lienzo ?el esmalte que suele utilizarse para decorar las maquetas de aeroplanos?, el artista se enfrenta a las im¨¢genes de su infancia con desoladores bloques de protecci¨®n oficial, ventanas rotas, ¨¢rboles carbonizados y la notoria ausencia de personas.

Karla Black utiliza pintura en polvo de tonos pastel, productos de ba?o y otros materiales tan poco ortodoxos para crear unas esculturas "crom¨¢ticas y t¨¢ctiles", que incluso huelen. Maestra de arte y filosof¨ªa tambi¨¦n en Glasgow, confronta la escultura, "que es real, est¨¢ presente y es f¨ªsica", a la pintura "creada para llevarnos a otro lugar".

La segunda mujer nominada al Turner es la videoartista Hilary Lloyd, gracias a unos trabajos que exploran los v¨ªnculos entre imagen, sonido y formas escult¨®ricas. La obra de esta escocesa busca reflexionar sobre los espacios urbanos y los lugares cotidianos en instalaciones pensadas para interactuar con el p¨²blico, y utiliza los equipos tecnol¨®gicos como un medio escult¨®rico.

Todos ellos han protagonizado una edici¨®n que acaba de inaugurar la "descentralizaci¨®n" o condici¨®n itinerante del premio por sucesivas ciudades del Reino Unido, despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres 2012.