El primer ensayo de la plaza Tahrir
Una misi¨®n arqueol¨®gica espa?ola reconstruye el templo y la memoria del fara¨®n Tutmosis III, el hacedor del gran Egipto
El valle de Tebas guarda tantas historias que hasta las m¨¢s grandes gestas han quedado ensombrecidas por el resplandor medi¨¢tico de personajes como Tutankam¨®n, Rams¨¦s II o Nefertari. El que encabeza el ej¨¦rcito de los silenciados por la era moderna es, sin duda, Tutmosis III (circa 1490-1436 antes de Cristo). El gobernante, bautizado por algunos historiadores como el Napole¨®n egipcio, forj¨® el mayor imperio que ha tenido nunca Egipto, anexion¨¢ndose Siria y llegando hasta la cuarta catarata del Nilo, en Sud¨¢n.
El paso del tiempo ha borrado la mayor parte de su legado arquitect¨®nico y eso ha hecho que cayera en el olvido este fara¨®n a quien, por varios siglos, respetaron tanto su pueblo como sus enemigos, y cuyas conquistas enriquecieron a Egipto econ¨®mica y culturalmente. Un equipo espa?ol, encabezado por la arque¨®loga sevillana Myriam Seco, se ha propuesto recuperar parte de la memoria de Tutmosis III de entre las ruinas de su templo funerario, ubicado en la orilla oeste del Nilo, y escenario de la primera huelga de la historia de la humanidad de la que se tiene noticia.
Este ensayo de plaza Tahrir, centro cairota de todas las protestas -primero contra la dictadura de Mubarak y ahora contra la Junta Militar que ha tomado las riendas en Egipto-, ocurri¨® durante el reinado de Rams¨¦s III, en el siglo XII a. de C., cuando el imperio que cre¨® Tutmosis III empieza a desmoronarse. "Hay un papiro en el Museo Egipcio de Tur¨ªn en el que se relata que los suministros escasean y los artesanos del fara¨®n, a los que se pagaba en especies, se plantan ante este templo y dicen que no trabajar¨¢n m¨¢s hasta que no reciban lo que les corresponde. Ante las falsas promesas de los funcionarios, los artesanos de Deir el-Medina se organizan y reanudan la protesta. No sabemos c¨®mo acab¨® todo porque falta el final del papiro, pero podemos afirmar que se trata del primer ensayo de huelga documentado", explica el epigrafista Javier Mart¨ªnez Bab¨®n, del Museo Egipcio de Barcelona, uno de los 34 miembros del equipo multidisciplinar del que forman parte top¨®grafos, antrop¨®logos, restauradores, ge¨®logos, arquitectos, dibujantes y hasta un especialista en animaciones en 3D que est¨¢ reconstruyendo el templo por ordenador.
El proyecto, con campa?as de tres meses por a?o, cuenta con la colaboraci¨®n de las universidades de Granada y Barcelona, y est¨¢ patrocinado por Cepsa y la Fundaci¨®n Bot¨ªn. El Gobierno egipcio, como en el resto de las misiones arqueol¨®gicas de Tebas, controla los trabajos con sus inspectores, pero no realiza aportaciones econ¨®micas.
Un puzle de 13.450 metros cuadrados
Muy cerca del famoso Ramesseum, el templo mortuorio de Rams¨¦s II, los t¨¦cnicos -casi todos espa?oles- y 130 operarios se afanan en recomponer un puzle de 13.450 metros cuadrados en el que esperan encontrar respuesta a muchas de las inc¨®gnitas que rodean la figura de Tutmosis III, quien subi¨® al trono en 1468 a. de C. y gobern¨® durante 32 a?os.
"El templo funerario, o templo de millones de a?os, de Tutmosis III es una construcci¨®n en tres terrazas realizada, fundamentalmente, de adobe. El avance del desierto, que lo cubri¨® casi en su totalidad al estar en un plano inclinado, y la fragilidad del material no hac¨ªan de ¨¦l un objeto de deseo por parte de las primeras misiones arqueol¨®gicas", explica sobre el terreno Myriam Seco, al frente del proyecto desde su inicio en 2008. La expedici¨®n culmin¨® el pasado 15 de diciembre. Se trata de la cuarta campa?a,y la doctora en Arqueolog¨ªa y egipt¨®loga est¨¢ convencida de que podr¨¢ reconstruir la b¨®veda de una de las capillas, realizada en piedra arenisca y decorada con un texto funerario en el techo.
Entre esos jerogl¨ªficos, Mart¨ªnez Bab¨®n espera hallar pistas sobre la vida de este fara¨®n desde que muri¨® su padre, Tutmosis II, cuando ¨¦l era a¨²n un ni?o, hasta que tom¨® el mando del reino. "Desconocemos d¨®nde estaba y qu¨¦ papel desempe?¨® Tutmosis III en el gobierno durante el periodo de co-regencia con su madrastra, la reina Hatshepsut, media hermana y esposa principal de Tutmosis II. Ella gobern¨® Egipto durante el periodo de formaci¨®n del joven y hay lugares en los que aparecen los nombres de ambos, aunque llega un momento en que Hatshepsut se autoproclama rey. No sabemos si ten¨ªan buenas relaciones o si ella lo apart¨® de Tebas con la excusa de ofrecerle una formaci¨®n militar en Menfis", explica Mart¨ªnez Bab¨®n, mientras vaga entre un mar de piedras con fragmentos epigr¨¢ficos que ya han sido estudiados, dibujados y catalogados.
"Estamos muy satisfechos con la marcha del trabajo. Cuando empezamos, el templo estaba bajo la arena y tan solo dispon¨ªamos de la informaci¨®n de los estudios que realizaron Daressy, Weigall y Ricke entre finales del XIX y principios del XX. Ante la abrumadora abundancia de los restos de Tebas, con complejos tan imponentes como los templos de Karnak y Luxor, las primeras misiones arqueol¨®gicas no prestaron demasiada atenci¨®n al templo funerario de Tutmosis III", explica Seco, quien adem¨¢s dirige desde 2006 otra campa?a de arqueolog¨ªa subacu¨¢tica en Tiro (L¨ªbano) para rescatar un pecio fenicio del siglo V antes de Cristo.
Objetivo, el pilono del templo
La arque¨®loga, quien desde las seis hasta la una de la ma?ana, controla hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle, vara de mando en mano, de lo que hace su ej¨¦rcito de operarios, quiere cerrar la campa?a de este a?o con la consolidaci¨®n y reconstrucci¨®n del pilono del templo. Un gigante de adobe -fue Rams¨¦s II quien comenz¨® a levantar en piedra estos enormes muros que proteg¨ªan la entrada a los templos- de 42 metros de largo por 15 de alto y 9 de ancho. "El adobe es un material muy fr¨¢gil, por eso es tan dif¨ªcil encontrar una macroestructura como esta que haya sobrevivido desde la XVIII dinast¨ªa. Est¨¢ siendo una gran fuente de informaci¨®n", apunta la directora del proyecto mientras calcula cu¨¢ntos bloques de adobe nuevo se han hecho este a?o para cubrir el muro perimetral y el pilono: 50.000.
"La ¨²nica forma de proteger el adobe es con otro adobe. Los hacemos aqu¨ª, con limo (arcilla) del Nilo, paja triturada y arena. Cuando se consolida el original, metemos una malla de fibra de vidrio que los separe de los nuevos y a?adimos una capa con uno o dos bloques", afirma Agust¨ªn Gamarra, restaurador de estructuras arqueol¨®gicas.
A pesar de las visitas, la arque¨®loga sevillana, que no tiene problemas en dar ¨®rdenes en ¨¢rabe, vigila como los operarios elevan grandes piedras del pozo funerario de una de las siete tumbas que han aparecido, hasta ahora, debajo del templo. Los enterramientos forman parte de una necr¨®polis anterior a la construcci¨®n del templo pero, como es costumbre por estos lares, todas hab¨ªan sido saqueadas. Incluso una de ellas, que estaba sellada y albergaba los restos de tres adultos y de un ni?o, hab¨ªa sido profanada con anterioridad. Sus actuales moradores, de la dinast¨ªa XVII, ten¨ªan una jarra cer¨¢mica por todo ajuar. Pero esta es otra historia, de las muchas que traer¨¢ consigo el templo de Tutmosis III.
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