Cumplea?os musical en Tel-Aviv
La Orquesta Filarm¨®nica de Israel celebra 75 a?os de vida con una lluvia de estrellas musicales invitadas. Zubin Mehta, director vitalicio de la formaci¨®n hebrea, festeja tambi¨¦n 50 a?os de relaci¨®n con la orquesta
Cuando ma?ana por la noche Kurt Masur dirija los celebrados compases de la Oda a la Alegr¨ªa de la Novena Sinfon¨ªa de Beethoven pondr¨¢ un broche de oro a dos semanas de celebraciones que han tra¨ªdo a Israel una lluvia de estrellas internacionales de la m¨²sica cl¨¢sica.
El motivo de la fiesta no es otro que celebrar los 75 a?os de vida de la Orquesta Filarm¨®nica de Israel (IPO, en sus siglas inglesas) y los 50 de la relaci¨®n que une a Zubin Mehta con esta orquesta, buque insignia cultural del Estado hebreo. Una orquesta que tiene una historia muy peculiar, que la hace (casi) ¨²nica en el mundo.
Esta historia comienza en 1936, cuando el violinista polaco Bronislaw Huberman, en vistas del panorama pol¨ªtico provocado en Europa por la imparable ascensi¨®n de la Alemania nazi decide emigrar a lo que era entonces el mandato brit¨¢nico de Palestina. El previsor int¨¦rprete invit¨® a instalarse en las dunas de Tel-Aviv a 75 m¨²sicos jud¨ªos elegidos entre los miembros de algunas de las mejores orquestas de Europa. Como recuerdan a¨²n hoy los m¨¢s veteranos de la orquesta, "quienes oyeron su llamado, salvaron la vida. Los dem¨¢s, desaparecieron en los campos nazis".
Ese n¨²cleo duro form¨® la que entonces se llamaba Orquesta Sinf¨®nica de Palestina, cuyo concierto inaugural fue dirigido nada menos que por Arturo Toscanini. En aquella ocasi¨®n el legendario director italiano, y notorio combatiente anti fascista, afirm¨®: "hago esto por la Humanidad". Se iniciaba as¨ª un linaje de grandes directores entre los que destacan Leonard Bernstein, y un indio de Bombay llegado por primera vez a Israel en 1961 como director invitado.
Bach con m¨¢scara de gas
Se trataba de Zubin Mehta, director vitalicio de la Orquesta Filarm¨®nica de Israel (IPO, en sus siglas inglesas) desde el a?o 1981. Dicho nombramiento sellaba una larga amistad iniciada cuando el jovencito Mehta llegaba para un remplazo de ¨²ltimo minuto. Seg¨²n cuenta la leyenda, el maestro de Bombay habr¨ªa llegado a Israel en un avi¨®n de transporte de armas, sentado sobre una caja de obuses. Sea exacta o no, la imagen es poderosa.
De hecho, el compromiso del artista hind¨², de creencia zoroastriana, con Israel no deja de ser curioso. Tal como explicaba un directivo de la orquesta, Mehta es "ciudadano de honor de Tel-Aviv", pero nunca se convirti¨® al juda¨ªsmo y mantiene su nacionalidad india. Pero ello no le impidi¨® dirigir la IPO en situaciones de alto riesgo.
Y es que la IPO est¨¢ ¨ªntimamente ligada a la historia de su pa¨ªs y a los sucesivos conflictos b¨¦licos que han jalonado la corta vida del Estado de Israel. Si hay algo que hace realmente inhabitual a la IPO es esta capacidad de trabajar en condiciones extremas, ya que es dudoso que haya alguna otra formaci¨®n sinf¨®nica de primer nivel habituada a tocar bajo fuego de cohetes o en terreno de combate.
Avi Shoshani, director gerente de la IPO, explica al cronista: "Yo estuve presente el d¨ªa en que Isaac Stern dio un recital de Bach ante un auditorio en el que todo el mundo llevaba m¨¢scara de gas. Lo asombroso es que nadie dej¨® la sala, a pesar de que ca¨ªan cohetes ¨¢rabes. O cuando Leonard Bernstein dirigi¨® en el Monte Scopus para los heridos de guerra. O el d¨ªa en que Zubin Mehta dirigi¨® en plena primera Guerra del Golfo. No pod¨ªamos tocar en nuestra sede, y tuvimos que ir a Jaffo por el peligro. Son momentos que no se olvidan, sobretodo porque las salas estaban llenas. La gente buscaba valores humanos profundos, y los encontr¨® en la m¨²sica. Mientras la gente est¨¦ dispuesta a arriesgar la vida por ir a un concierto, hay esperanza".
Pero, a pesar del canto de esperanza, el hecho de ser "el buque insignia de la cultura israel¨ª" no es algo sin consecuencias. Aunque la IPO afirma recibir ¨ªnfimas subvenciones estatales, inferiores a un 10 % de su presupuesto global, la orquesta es vista por una parte de la opini¨®n p¨²blica internacional como una "extensi¨®n" del Gobierno de Israel que sirve para legitimar su pol¨ªtica, y por ello ha vivido situaciones de conflicto tambi¨¦n en Europa. Como, por ejemplo, durante la reciente gira de conciertos que les trajo en oto?o pasado a Espa?a.
En dicha ocasi¨®n, los m¨²sicos fueron interrumpidos por activistas pro palestinos en plena presentaci¨®n en el Royal Albert Hall londinense, durante los m¨ªticos Proms. Una situaci¨®n inc¨®moda (por decir poco) que se sald¨® con un apoyo masivo del p¨²blico ingl¨¦s a la causa de la m¨²sica, y con el arresto de los militantes. Pero cuando la fiesta es en casa, los conflictos desaparecen.
Celebraci¨®n musical a orillas del Mediterr¨¢neo
La zona conocida como Namal es el puerto de Tel-Aviv, donde todos los d¨ªas turistas y j¨®venes israel¨ªes pasean por sus centros comerciales, cenan en sofisticados restaurantes y bailan en discotecas hasta que salga el sol. Este entorno l¨²dico (e inhabitual) ha sido el escenario de las celebraciones de la IPO. Dado que se est¨¢ reconstruyendo la hist¨®rica sede del Mann Auditorium, vetusto y desangelado edificio que necesitaba una remodelaci¨®n, sus directivos han optado por llevar a los invitados a orillas del mar y tocar en una gigantesca tienda con capacidad para m¨¢s de 2.000 personas conocida como Hangar 11.
Abri¨® el fuego la noche del 17 de este mes Valeri Gergiev, quien junto a la IPO acompa?¨® al violinista Gil Shaham en una marat¨®nica sesi¨®n en la que propusieron sendos conciertos de Bruch y Tchaikovsky retransmitidos por la TV israel¨ª y ARTE a Europa. A ellos se sumaron en d¨ªas sucesivos los pianistas Evgueny Kissin y Murray Perahia en recital, o los directores Christoph Von Dohnayi, Kurt Masur, Gianandrea Noseda y el ubicuo Zubin Mehta acompa?ando a solistas como la diva china del piano Yuja Wang, las estrellas americanas del viol¨ªn Pinchas Zukerman y Joshua Bell o el inesperado "pianista rock" Shlomi Shaban.
Este nombre, sin duda desconocido para el lector espa?ol, fue una gran sorpresa. El joven Shlomi Shaban es una estrella pop naciente en Israel, cruce entre Paolo Conte y Vincent Delerm, quien altern¨® sus composiciones con lecturas "propias" de cl¨¢sicos de Ravel, Mozart o Leonard Cohen. Todo ello aderezado por proyecciones de v¨ªdeo arte e incluso con los muy respetables m¨²sicos de la IPO tocando sus violines con arcos luminosos, como si de Darth Vaders sinf¨®nicos se tratara. Una concesi¨®n "pop" que, de m¨¢s est¨¢ decir, fue un ¨¦xito rotundo que atrajo al "tout Tel-Aviv" a o¨ªr una orquesta que dista mucho de interesar al p¨²blico joven.
El desaf¨ªo de rejuvenecer las audiencias
Y llegamos aqu¨ª al punto clave de la renovaci¨®n del p¨²blico orquestal. Un problema que une a Toronto con Buenos Aires, y a Londres con Tel-Aviv. "El desinter¨¦s por la m¨²sica de las j¨®venes generaciones es dram¨¢tico, e incomprensible", lamenta Avi Shoshani. Un misterio que parece insondable para todas las orquestas de todos los pa¨ªses, a excepci¨®n de China, donde seg¨²n Shoshani, "la m¨²sica cl¨¢sica europea se ha convertido en un ascensor social".
"A diferencia de lo que ocurre en Occidente, en China la m¨²sica cl¨¢sica es popular y atractiva", explica. "En un mercado donde 200 millones de personas entran en la clase media, hay muchas posibilidades de conseguir un nicho de 40 o 50.000 suscriptores. Algo que en Occidente hoy es, simple y llanamente, imposible".
La IPO cuenta con 28.000 abonados, e intenta iniciativas para atraer a sus conciertos a una juventud israel¨ª hedonista y l¨²dica, volcada en las playas y la vertiginosa vida nocturna de Tel-Aviv. Pero lo cierto es que, como este cronista pudo comprobar, el p¨²blico de la IPO es muy mayor; rayano en la ancianidad. Y ello provoca que esta reputada orquesta sea conocida en el mundillo musical como una instituci¨®n conservadora, que cuenta con una audiencia muy apegada a los cl¨¢sicos del repertorio y poco amiga de fantas¨ªas. Pero la orquesta intenta educar a los ni?os y propone conciertos con aperitivos, o en vaqueros para los m¨¢s j¨®venes.
Y una curiosidad m¨¢s antes de terminar. En el Hangar 11 del puerto de Tel-Aviv no se ven logos. No hay sponsors visibles, ni se ven las habituales propagandas de cajas de ahorro, marcas de relojes suizos ni instituciones oficiales. O sea: quienes habitualmente financian los conciertos. Y es que esta orquesta tiene un "arma secreta", que no est¨¢ al alcance de sus competidoras: la di¨¢spora jud¨ªa.
De hecho, la parte del le¨®n de los presupuestos de esta celebraci¨®n musical por todo lo alto sale de los (muy abultados) bolsillos de las asociaciones de "amigos de la IPO" en Nueva York, Londres, Amsterdam, Par¨ªs o Z¨¹rich. Un raro privilegio que les permite no hacer concesiones art¨ªsticas ni rendirse a intereses comerciales. Todo un lujo en estos tiempos de total dependencia de marcas y corporaciones internacionales.
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