Misterio en la Divisi¨®n Azul

Un lago helado del que emergen los cuerpos de un grupo de caballos cuyo movimiento se ha suspendido en el tiempo proporciona la poderosa imagen de partida a Silencio en la nieve, adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de la novela El tiempo de los emperadores extra?os, de Ignacio del Valle, obra que ya se levantaba sobre una premisa exc¨¦ntrica, llamativa e inusual: la investigaci¨®n de unos asesinatos en serie en el seno de la Divisi¨®n Azul. Hac¨ªa mucho tiempo que Gerardo Herrero no afrontaba un proyecto tan aparatoso, pero el resultado ¡ªdiscutible e imperfecto-¡ªes lo m¨¢s estimulante que ha dado su carrera en muchos a?os: la pel¨ªcula no se mantiene a la altura de la fuerza on¨ªrica y enigm¨¢tica de esa imagen de apertura, pero supone una encomiable aproximaci¨®n a un territorio in¨¦dito en el imaginario del pasado hist¨®rico, con el firme prop¨®sito de poner en cuarentena inercias de representaci¨®n y arquetipos gastados por el uso.

La pareja de investigadores a la fuerza encarnada por Juan Diego Botto y Carmelo G¨®mez ¡ªel soldado Andrade y el sargento Espinosa¡ª se sirve en una clave dramat¨²rgica contenida que parece toda una declaraci¨®n de principios, pero que tambi¨¦n condiciona el tono general de un relato que parec¨ªa reclamar m¨¢s nervio. Las secuencias puntuales que la pel¨ªcula dise?a a la medida de los personajes m¨¢s extremos de la funci¨®n ¡ªlos encarnados por Andr¨¦s Gertrudix y Sergi Calleja¡ª permiten intuir esa otra pel¨ªcula posible, recorrida por el trastorno y la locura, que Silencio en la nieve decide no ser. Uno sentir¨ªa la sensaci¨®n de cablear a esos dos actores secundarios para que proporcionaran algo de su excedente de energ¨ªa a todo lo que les rodea.

En otras secuencias de Silencio en la nieve, en las que se habla de la fotograf¨ªa en relaci¨®n a cierta conciencia de la posteridad, apunta otra de esas pel¨ªculas posibles que Herrero parece tantear para desestimar al instante. Es una l¨¢stima, porque lo mejor de Silencio en la nieve acaba estando en sus m¨¢rgenes y sus apuestas por la convencionalidad ¡ªla trama rom¨¢ntica, la identificaci¨®n del verdadero villano¡ª acaban asumiendo la funci¨®n de disonancias en un proyecto que ¡ªah¨ª est¨¢ el plano final de Juan Diego Botto para demostrarlo¡ª delata su autoconciencia de poder haber sido m¨¢s de lo que es.