Dos franceses llegan a la luna
El d¨²o de electr¨®nica Air pone m¨²sica al rescate del cl¨¢sico del cine de M¨¦li¨¨s
Casi al final de la conversaci¨®n, Nicolas Godin, miembro del d¨²o franc¨¦s Air, sufre un ataque de sinceridad. "?Quieres que te cuente una cosa?", pregunta, sabiendo de antemano la respuesta. "Cuando nos dijeron que era una versi¨®n coloreada del filme pens¨¦: ¡®qu¨¦ cutres. No quiero ser parte de esto". Despu¨¦s supo que el encargo que les hab¨ªan hecho a ¨¦l y a su compa?ero, Jean-Beno?t Dunckel, de ponerle m¨²sica a una versi¨®n restaurada de la seminal obra de Georges M¨¦li¨¨s, Un viaje a la Luna (1902), no ten¨ªa nada que ver con el concepto de coloreo digital. Se trataba de musicar la ¨²ltima copia pintada a mano que existe de la cinta, hallada en los archivos de la Filmoteca de Catalunya en 1993. "Tardaron siete a?os en completar la restauraci¨®n y, bueno, a nosotros nos dieron tres semanas para la banda sonora".
Encerrados en su flamante nuevo estudio, el d¨²o franc¨¦s, ep¨ªgono del French chic de finales de los 90 y responsable de la banda sonora de Las v¨ªrgenes suicidas, se sac¨® de la manga un disco en el que, por una vez, la falta de inspiraci¨®n de la que han adolecido sus ¨²ltimas propuestas, parece finalmente equilibrada por un trabajo de artesan¨ªa sonora impecable. "Tal vez en un arrebato de grandiosidad, hemos pensado en nuestra carrera como en la de M¨¦li¨¨s. ?l fue pionero, nosotros, por muchas de las cosas que escuchas ¨²ltimamente, parece que tambi¨¦n", apunta Godin respecto a un sonido que cuando surgi¨® a finales de los 90 parec¨ªa ideado para contentar a los clubbers que ya no ten¨ªan el empuje de anta?o y empezaban a mirar con nostalgia sus mejores a?os en la pista de baile. Hoy esa pasi¨®n por el instrumental viejo es norma en gran parte de la electr¨®nica m¨¢s celebrada.
Amantes de las atm¨®sferas, amigos de Sophia Coppola y antiguos integrantes de Orange, una banda francesa por la que tambi¨¦n pasaron ?tienne de Cr¨¦cy o Alex Gopher, Air jam¨¢s han tenido ning¨²n pudor a la hora de reivindicar estilos como el rock progresivo, el soft rock o las bandas sonoras de los filmes er¨®ticos de los 70, siendo as¨ª precursores, tanto en el concepto ir¨®nico del pop de tendencia como en el de la recuperaci¨®n de estilos denostados. A pesar de que la modernidad les debe una, parece que ya no cuentan con el tir¨®n de anta?o. Este disco deber¨ªa reubicarlos en la divisi¨®n en la que hoy deber¨ªan jugar. "Estamos pensando en alquilar nuestro estudio, pero me da miedo que lleguen unos j¨®venes y nos roben el equipo. Se me ocurren media docena de bandas actuales que matar¨ªan por lo que tenemos ah¨ª", dice Godin.
En Un voyage dans la lune (que se present¨® como un todo, copia restaurada y banda sonora en el ¨²ltimo Cannes) colaboran Victoria Legrange (Beach House), y miembros de Au revoir Simone: "No quer¨ªamos a nadie demasiado grande, que opacara lo que hac¨ªamos o que sintiera que deb¨ªa dar demasiadas opiniones. Cuando trab¨¢janos con otros m¨²sicos somos como vampiros. Les chupamos la sangre".
Crecidos ante la respuesta que ha recibido el disco y bien alimentados de savia nueva, Godin confirma que la banda va a ponerse manos a la obra con su nuevo largo y que la interpretaci¨®n en directo de Un voyage dans le lune deber¨¢ esperar hasta su pr¨®xima gira. "Queremos hacer algo con la pel¨ªcula, pero son solo 14 minutos. La idea es que proyectemos la cinta en los bises y toquemos una pieza sobre las im¨¢genes. Ser¨¢ el a?o que viene. No hay prisa. Si se pudo esperar m¨¢s de un siglo, se podr¨¢ aguantar unos meses m¨¢s".
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