?Por qu¨¦ se esconden algunas estrellas del pop detr¨¢s de la m¨¢scara?
Desde los Residents a John Talabot, el pop lleva 40 a?os alumbrando artistas que se esconden detr¨¢s de una m¨¢scara El anonimato y el celo por la vida privada multiplica el inter¨¦s del p¨²blico
Hay algo obsesivo en ponerle cara a lo desconocido. En suponerle un rostro al due?o de una voz o en jugar a adivinar hasta qu¨¦ punto puede llegar a ser humano alguien con determinados poderes, aunque sean musicales. El principio del superh¨¦roe est¨¢ claro: la m¨¢scara pertenece al ¨¢mbito laboral y permite desarrollar la profesi¨®n sin las inc¨®modas interferencias de la vida real. Y al rev¨¦s, dir¨ªamos que ayuda a vivir entre el resto de humanos lo m¨¢s discretamente posible para no perder de vista cierta perspectiva. Al superh¨¦roe de verdad no le interesa el reconocimiento mundano por sus haza?as: ?imaginan a Clark Kent bebiendo champ¨¢n en una fiesta rodeado de mujeres guapas dispuestas a recompensar lo m¨¢s terrenalmente posible sus ¨¦xitos como travestido de mallas azules? Y ah¨ª, en ese extra?o trauma freudiano entre lo p¨²blico y lo privado de uno mismo, parece que los personajes de las vi?etas se encuentran con una estirpe de m¨²sicos que han utilizado en los ¨²ltimos a?os una m¨¢scara para ocultar su identidad. Y de paso, multiplicar por cien el inter¨¦s que despiertan.
El ¨²ltimo socio en entrar al club que fundaron The Residents ha sido el barcelon¨¦s John Talabot, que en realidad se llama Oriol Riverola y que utiliz¨® el nombre de su antigua escuela para titular su proyecto art¨ªstico. No le gusta hacerse fotos ni ense?ar la cara (en este peri¨®dico aparece siempre con el rostro tapado con papel de aluminio o sobreiluminado) y acaba de sacar un impresionante ¨¢lbum titulado fIN). Tampoco le entusiasma aparecer demasiado seguido en los medios ni saturar al p¨²blico con su imagen. Una aparente combinaci¨®n de cuidado exquisito por su carrera y una protecci¨®n desmesurada a una fama sobrevenida. Cuando le han preguntado por el asunto ha argumentado que lo importante es la m¨²sica, no ¨¦l. Un contraste radical con la figura del productor/dj de finales de los noventa que se convirti¨® en la versi¨®n nuevo rico de una rockstar. En eso hemos avanzado algo.
El problema, como pasa con todos estos enmascarados del pop, es hasta qu¨¦ punto esa especie de timidez o voluntad de permanecer en el segundo plano no causa justo el efecto contrario. Est¨¢ claro que si eres un mamarracho sin ninguna aptitud art¨ªstica, llevar una m¨¢scara no har¨¢ que tu m¨²sica suene mejor. Sonar¨¢ a la m¨²sica de un mamarracho con m¨¢scara. Poseyendo un talento fuera de discusi¨®n como el de Talabot o, pongamos, el rapero MFDoom, el artificio de la careta se convierte en una especie de fen¨®meno viral en toda regla y en uno de los principios fundamentales del marketing de los ¨²ltimos a?os. Adjetivos como ¡°misterioso¡± o ¡°enigm¨¢tico¡±, que tan bien le sientan, por ejemplo, al casi desconocido Burial (¨¦l lo lleva al extremo renunciando incluso a actuar en directo), son la etiqueta perfecta para vender un producto musical que aroma a aut¨¦ntico.
En el caso de MfDoom (bautizado como Daniel Dumile e inspirado en un supervillano de Marvel para su nueva identidad), la m¨¢scara es una suerte de cr¨ªtica al culto a la persona que se estableci¨® en el hip-hop de los noventa, con est¨¦ticas como el bling-bling y el insoportable macarreo del g¨¦nero. Su m¨¢scara, sacada del superh¨¦roe de Marvel XXX tambi¨¦n ha acabado formando parte de su potent¨ªsima imagen de culto y estandarte del hip-hop independiente, pero como dec¨ªa David Broc recientemente en estas p¨¢ginas ¡°el mensaje ha calado: a Dumile no le interesa la fama, la celebridad, el reconocimiento y el estrellato, solo le importa que sus grabaciones sean relevantes. Si nos lo cruzamos por la calle nunca sabremos qui¨¦n es y qu¨¦ ha hecho¡±. Digamos que no eligi¨® ser rapero para tener una vida determinada, sino que la m¨²sica le eligi¨® a ¨¦l.
SBTRKT, lo ¨²ltimo surgido de las cenizas del dubstep, ha alcanzado notoriedad desde que se oculta detr¨¢s de una m¨¢scara tribal
El problema es que la broma de la m¨¢scara (o la man¨ªa de ocultarse de la manera que sea) empieza ya a ser muy habitual. En Inglaterra, surgido de las cenizas del dubstep y, como no, de las fiestas Plastic People d¨®nde se juntaron muchos de los productores que hoy han empezado a virar hacia el house, emerge ahora SBTRKT. Dedicado a la m¨²sica desde hace tiempo, no ha sido hasta que ha abrazado este nuevo proyecto, oculto detr¨¢s de m¨¢scaras tribales, cuando ha alcanzado un grado de notoriedad cpmsoderable en Inglaterra (y poco a poco en el resto de Europa). Su talento est¨¢ fuera de duda, pero su sonido, pese a ser muy personal y cuidado, est¨¢ dentro de una corriente que podr¨ªa enmascarar mas su singularidad, si no fuera, precisamente, por la m¨¢scara.
Algo muy distinto de lo que ocurri¨® con Daft Punk. El d¨²o franc¨¦s, que se conoci¨® en el instituto y empezaron como una banda indie, hizo algo tan ¨²nico en su momento, de un personalidad tan fuerte e incomparable para lo que corr¨ªa entonces, que el hecho de que cubrieran siempre sus rostros con un casco (y que circulase la leyenda urbana de que en sus actuaciones contrataban a una pareja de dobles), era casi lo de menos. El lanzamiento de Homework, un hito absoluto en la m¨²sica de baile, eclips¨® cualquier otra dimensi¨®n que pudiera tener el proyecto. Hoy, consagrados, con la banda sonora de Tron Legacy como ¨²ltimo trabajo editado, todav¨ªa no se dejan fotografiar sin sus cascos, aunque muestren su rostro al entrevistador y circulen algunas fotograf¨ªas de su etapa pre-robot.
Babelia
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