Talking Heads: c¨®mo convertir en arte el rock
El dvd 'Talking Heads: Chronology' hace un repaso visual de la historia del cuarteto de Nueva York Un grupo fundamental para entender el pop de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas
Viendo la imagen de los tres m¨²sicos que se hac¨ªan llamar Talking Heads en 1976, nada pod¨ªa hacer presagiar que, en cuesti¨®n de meses, har¨ªan mutar al rock hasta convertirlo en paradigma de la modernidad del momento. David Byrne, t¨ªmido hasta lo patol¨®gico, vestido como si acabara de llegar de trabajar en una ferreter¨ªa, prueba su micro antes de comenzar una actuaci¨®n en The Kitchen en el pr¨®logo del DVD Talking Heads: Chronology (Eagle Vision). En ¨¦l se explica la historia del grupo a trav¨¦s de temas grabados en directo y en plat¨®s de televisi¨®n entre 1975 y 1983, con su actuaci¨®n en 2002 en la gala del Rock & Roll Hall Of Fame como colof¨®n. Tras la prueba de micro llega la primera canci¨®n, un With Our Love registrado en el CBGB en 1975, ratificando que, desde sus mism¨ªsimos comienzos, aquel grupo no se parec¨ªa a nadie m¨¢s. Y precisamente esa imagen, que rechazaba de plano cualquier implicaci¨®n con el rock, exenta de cualquier elemento cool y cimentada a base de vaqueros de camal ancho, camisetas y camisas vulgares y alg¨²n polo Lacoste como ¨²nica licencia para la sofisticaci¨®n, era la primer se?al de ello. La segunda era un sonido extra?o, minimalista, presidido por David Byrne, el hombre de la nerviosa figura, cuya guitarra sonaba m¨¢s nerviosa a¨²n que ¨¦l. ¡°Quer¨ªa que mi guitarra sonara fina y limpia, ni densa ni distorsionada¡±, dice Byrne, ese ¡°Fred Astaire esp¨¢stico llegado de Marte con el baile de San Vito¡±, tal como lo describe Lester Bangs en un ensayo que escribi¨® para el Village Voice y que es reproducido ¨ªntegramente en el libreto del DVD.
El mundo tiende a identificar a los Talking Heads con Byrne, pero durante sus mejores a?os fueron un grupo que trabajaba en equipo, dirigido, eso s¨ª, por un dictador que escond¨ªa su totalitarismo bajo una timidez enfermiza. ¡°Viv¨ªamos en el mismo loft en Chrystie St. pero no dorm¨ªamos juntos¡±, cont¨® Byrne acerca de los primeros d¨ªas del grupo, cuando se mud¨® al hogar de Chris Frantz y Tina Weymouth, donde ensayaban tambi¨¦n, sin vecinos que pudieran quejarse. Los tres se hab¨ªan conocido estudiando en la Rhode Island School Of Design. Quer¨ªan ser artistas pl¨¢sticos pero terminaron dedic¨¢ndose a la m¨²sica y aplicando a esta mucho de lo que hab¨ªan aprendido en clase. Byrne y Frantz tocaron juntos en The Autistics, que luego pasaron ser The Artistics. Tina, la novia de Chris era su principal fan. Cuando The Artistics se separaron y no encontraban a nadie para montar un nuevo grupo, Chris le sugiri¨® a Tina que aprendiera a tocar el bajo. Todo esto pas¨® a lo largo de 1974.
¡°Qu¨¦ bien que hay¨¢is decidido tener un chica en el grupo. ?Os imagin¨¢is lo que os ha inspirado semejante idea, ?no?¡±, le dijo Lou Reed a Frantz en uno de los encuentros que mantuvo con el grupo durante el invierno que conect¨® 1975 con 1976. Reed, que se hab¨ªa hecho admirador de Talking Heads, se refer¨ªa, c¨®mo no, al hecho de que en Velvet Underground la bater¨ªa era una mujer. Talking Heads eran entonces uno de los nombres m¨¢s calientes del CBGB desde que debutaran all¨ª unos meses antes teloneando a Ramones. Reed, que frecuentaba el club para contar uno por uno a los posibles herederos de los Velvet, inici¨® un coqueteo que implicaba la posibilidad de que produjera al tr¨ªo. Al final la posibilidad se quedar¨ªa solo en eso, pero antes de que Reed deje de aparecer por Chrysie St., ya les ha regalado perlas memorables. Como cuando sus tutelados le preguntaron cu¨¢l era el proceso para conseguir un contrato discogr¨¢fico. ¡°Si no sab¨¦is eso, entonces yo no puedo dec¨ªroslo¡±, les respondi¨®.
Jerry Harrison lleg¨® a Talking Heads in extremis. Se convirti¨® en el cuarto miembro del grupo cuando este ya ten¨ªa contrato con Sire Records, el sello que, al contratar tambi¨¦n a Ramones, Richard Hell y Dead Boys, se convirti¨® en el gran escaparate del nuevo rock neoyorquino. Byrne ten¨ªa claro que el sonido del grupo ten¨ªa que fortalecerse, y buscaba un cuarto miembro. Se lo hab¨ªa propuesto al chelista Arthur Russell, que abri¨® las puertas de la sala The Kitchen (dedicada a las artes audiovisuales, la interpretaci¨®n de vanguardia y la m¨²sica experimental) al rock. Russell lleg¨® a tocar el chelo en la versi¨®n alternativa de Psycho Killer (aparecida en la cara B del consiguiente maxi single y recuperada en la reedici¨®n en CD de Talking Heads: 77) pero prefiri¨® seguir trabajando por su cuenta. Su amigo Ernie Brooks, que hab¨ªa formado parte de Modern Lovers, le habl¨® de Harrison, que tambi¨¦n andaba sin trabajo tras la disoluci¨®n de este grupo. Harrison hizo la prueba en septiembre de 1976 y fue elegido, pero no pudo incorporarse definitivamente hasta enero de 1977. Lleg¨® a tiempo para grabar Talking Heads: 77, el disco que les dio a conocer en Europa en plena fiebre punk. Recordando Don¡¯t Worry About The Government, una de las canciones de ese primer ¨¢lbum, Dave Eggers escribir¨ªa a?os despu¨¦s: ¡°[Byrne] Ten¨ªa una voz muy rara. ?no se lo hab¨ªa dicho nadie? As¨ª y todo, ?por qu¨¦ sonaba tan contento? ?Y c¨®mo se le ocurr¨ªa cantar sobre un edificio. Nadie que yo conociese cantaba canciones sobre sus compa?eros de trabajo y las comodidades de la oficina. Aquello fue, de eso estoy seguro, mi introducci¨®n a lo que un amigo defini¨® como alta banalidad. Todav¨ªa pienso que es una buena definici¨®n de lo que Byrne escrib¨ªa entonces. A fecha de hoy, esas son algunas de las palabras m¨¢s extra?as que haya cantado hombre alguno¡±.
Talking Heads hicieron m¨¢s canciones sobre edificios. De hecho titularon su segundo ¨¢lbum M¨¢s canciones sobre edificios y comida [More Songs About Buildings And Food, 1978] y en ¨¦l Byrne segu¨ªa analizando la vida cotidiana en unas canciones que ahora se nutr¨ªan de la producci¨®n de Brian Eno. Por entonces, Eno andaba hambriento de nuevos talentos a los que producir y con los que experimentar nuevas ideas. Lo hab¨ªa logrado con Devo y hab¨ªa fallado con Television, con los que no sintoniz¨® en el estudio. A Talking Heads los conoci¨® en 1977, durante su primera gira brit¨¢nica. El ADN del rock dislocado del cuarteto se vio modificado gracias a esa alianza. La electr¨®nica esot¨¦rica de Eno transform¨® las canciones y as¨ª consiguieron que The Big Country fuese un tema country que no sonaba como tal, y que la histeria del cuarteto se viera rebozada en efectos rob¨®ticos. ¡°Con Found A Job, The Big Country y Girls Want To Be With The Girls nos ense?aron hacia d¨®nde deb¨ªa ir la m¨²sica, y de lo que esta era capaz¡±, escribi¨® Michael Stipe en la reedici¨®n del disco. Un a?o despu¨¦s aparec¨ªa su tercer ¨¢lbum, para el que originalmente se barajaron t¨ªtulos como Ghosts y Where Do Correct Ideas Come From? Pero fue Fear of Music, inspirado en una enfermedad real que hace que quienes la padecen tengan n¨¢useas si escuchan m¨²sica, la frase que titul¨® el nuevo hito del cuarteto, que romp¨ªa el tab¨² que separaba a los grupos new wave de la m¨²sica disco y a la vez acrecentaba el tono ca¨®tico del mundo Byrne. Eno, que estaba tan cercano a la banda que casi se le sent¨ªa como un quinto miembro, volv¨ªa a producir. Los sonidos de ra¨ªz funk se intensificaron en el monumental Remain In Light (1980). El ritmo se apoder¨® del grupo cuando Eno y Byrne llamaron a bajistas negros para tocar en las sesiones. Tina Weymouth nunca lleg¨® a asimilarlo. La banda que ese a?o sali¨® de gira era una avasalladora orquesta funk ampliada a nueve m¨²sicos, algunos de ellos provenientes de Funkadelic. Para entonces, la decisi¨®n de que el grupo no seguir¨ªa trabajando con Eno estaba tomada. Byrne lo explic¨® as¨ª a?os m¨¢s tarde: ¡°Al contrario que muchos otros productores de rock, Eno nos pill¨® el punto. Tiene un gran sentido del humor y de la aventura. Fue fant¨¢stico trabajar con ¨¦l hasta que el resto del grupo y yo nos sent¨ªamos como si fu¨¦semos su grupo de acompa?amiento, su fuente de ideas... aunque no era ¨¦l quien compon¨ªa las canciones¡±.
Si con Remain In Light se cerr¨® la tetralog¨ªa con la que Talking Heads hicieron historia, con Speaking In Tongues (1982) se cerr¨® definitivamente una etapa. La gira con la que lo promocionaron fue la ¨²ltima que dar¨ªan. Uno de esos conciertos fue elegido para que Jonathan Demme grabara su pel¨ªcula-concierto, Stop Making Sense, estrenada en 1984 y que tuvo como acompa?amiento un disco en directo que volv¨ªa a reflejar la energ¨ªa del grupo sobre el escenario. La sobresaliente pel¨ªcula de Demme (considerada como una de las mejores en su g¨¦nero), simbolizada por el enorme traje que Byrne luc¨ªa en ella, fue el testamento que los Talking Heads, el grupo de intelectuales neoyorquinos, dejaba antes de convertirse en un grupo de canciones m¨¢s tradicionales. La ¨²nica vez que volvieron a tocar juntos fue en 2002, cuando entraron a formar parte del Rock & Roll Hall Of Fame. Llevaban once a?os separados y veinte sin actuar. La versi¨®n que esa noche hicieron de Life During Wartime hizo que el tiempo retrocediera y que volvieran aquellos Talking Heads que consiguieron que el arte y el rock se fusionaran. Como fiel repaso de la evoluci¨®n del grupo que es, Chronology est¨¢ lleno de momentos reveladores. Como cuando el presentador del programa American Bandstand le pregunta a Tina Weymouth a qu¨¦ aspiran despu¨¦s de haber tocado su versi¨®n de Take Me To The River, y ella contesta: ¡°Me gustar¨ªa que Talking Heads dejen su marca en la historia de la m¨²sica¡±.
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