Exc¨¦ntrico Billy Bob Thornton y convencional Zhang Yimou
El rostro del actor recuerda el de Humphrey Bogart y alg¨²n tipo que ha encarnado, como el taciturno peluquero de 'El hombre que nunca estuvo all¨ª'
Billy Bob Thornton es un actor con aura, en posesi¨®n de un magnetismo que hace dif¨ªcil que te desentiendas de su cara y de su voz, aunque el personaje que est¨¢ interpretando no tenga cosas demasiado atractivas que hacer ni que decir, aunque la pel¨ªcula sea mediocre. Su rostro inevitablemente te recuerda el de Humphrey Bogart y en alg¨²n tipo que ha encarnado, como el taciturno peluquero de El hombre que nunca estuvo all¨ª, ese parecido f¨ªsico y esa gestualidad son alarmantes. Cuentan de su personalidad que es explosiva y existe algo en su mirada y en su actitud que denota su supervivencia a muchas cosas. Tambi¨¦n compone m¨²sica y escribe. Y alguna vez se ha colocado detr¨¢s de la c¨¢mara para hacer documentales o contar sus propias historias.
El coche de Jayne Mansfield est¨¢ ambientada en un pueblo de Alabama en el a?o 1969. Lo primero que percibes en la factura de la producci¨®n es que Billy Bob Thornton no ha estado sobrado de presupuesto. Pero lo suple con la creaci¨®n de un clima pintoresco y real. Y tienes la sensaci¨®n de que los actores que la pueblan deben de ser aut¨¦nticos colegas del hombre que les dirige. O sea, que probablemente han rebajado su cach¨¦ para trabajar en el proyecto de un amigo, actores tan notables como Robert Duvall, Kevin Bacon y John Hurt. Igualmente, Thornton se reserva como actor a un personaje que le da mucho juego. Y saca adelante un retrato tragic¨®mico sobre una familia rica del sur profundo cuyos miembros tienen una relaci¨®n volc¨¢nica. Hay hermanos tradicionales y otros jipis, subversivos y conservadores, abstemios y drogotas. Pero todos ellos y un padre anciano y obsesionado con los accidentes de coche comparten un trauma id¨¦ntico y es el haberse alistado en una u otra guerra en las que ha participado su pa¨ªs, haber contactado con el sufrimiento extremo y con la muerte, arrastrar fantasmas imposibles de desterrar. El entierro de la madre, se?ora que les abandon¨® para crear una nueva familia en Inglaterra, y el forzado encuentro que van a tener ambas familias de la dama dan lugar a una trama agridulce, con equ¨ªvocos que funcionan, con comprensi¨®n y cari?o por parte del director hacia esta gente que ¨ªntimamente est¨¢ muy perdida. Es una pel¨ªcula que en sus peores momentos tiene aire de telefilme con pretensiones y en los mejores resulta graciosa e incluso conmovedora. Y c¨®mo no, lleva la huella permanente de que su autor posee un cerebro extra?o, alucinado, singular.
Sin embargo, el director chino Zhang Yimou, alguien que goz¨® durante una d¨¦cada del mayor prestigio cr¨ªtico en Occidente, no parece haber tenido el menor problema de producci¨®n en la muy lujosa Flores de guerra, que se desarrolla al igual que la excelente Ciudad de vida y muerte en Nanking y describe las salvajadas que cometi¨® all¨ª el ej¨¦rcito japon¨¦s despu¨¦s de conquistarla. Yimou despliega su ancestral y transparente poder¨ªo visual para describir los intentos de supervivencia en esa masacrada ciudad de un coro de ni?as que viven en una iglesia, las habitantes del burdel m¨¢s florido de Nanking que han logrado colarse en ese recinto sagrado al que supuestamente deben respetar los invasores y un aventurero estadounidense que anda buscando fortuna en medio del caos.
Hay varias novedades en Flores de guerra respecto al lenguaje y los posibles objetivos del cine de Yimou. Por primera vez en su obra la protagoniza una estrella del cine internacional como es Christian Bale. Y consecuentemente la mayor¨ªa de los di¨¢logos son en ingl¨¦s, algo que resulta un poco extra?o ya que no concibes que en esa ¨¦poca tantos personajes chinos y japoneses pudieran expresarse en esa lengua. En cuanto a su argumento es molestamente previsible todo lo que va a ocurrir. Las sofisticadas putas ser¨¢n finalmente generosas, sacrificadas y heroicas para salvarle la vida a las ni?as cantoras, el aventurero sin escr¨²pulos demostrar¨¢ que su actitud solo era una fachada y que en el fondo posee un coraz¨®n de oro, habr¨¢ la consecuente historia de amor y la sensaci¨®n por mi parte de que Yimou ha estudiado concienzudamente las claves convencionales de cierto cine estadounidense que arrasa en las taquillas. Para reproducirlas en sus pel¨ªculas, para dejar de ser exclusivamente el pope del cine chino y que su obra triunfe masivamente en Occidente.
Flores de guerra es grata de ver, ya que el sentido pl¨¢stico de su autor no ha perdido la brillantez, pero nada en su guion te sorprende. Te remite una y otra vez a los mecanismos t¨®picos de un cine que has visto muchas veces y que no es precisamente el mejor. Es una pel¨ªcula que huele a c¨¢lculo.
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