?Se apropiar¨ªa de un alijo de hach¨ªs?
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez del Corral plantea un dilema moral entre el dinero f¨¢cil y el dolor ajeno La novela 'Blues de Trafalgar', inspirada en hechos reales, gan¨® el premio Caf¨¦ Gij¨®n
En el cuento La chaqueta embrujada, de Dino Buzzati, cada vez que el protagonista introduce su mano en un bolsillo extrae dinero. Sin saber ni c¨®mo ni por qu¨¦ el hechizo se reproduce una y otra vez, billete tras billete. Pronto, sin embargo, tendr¨¢ una certeza: todo el dinero que llega a sus manos desaparece de la vida de otros de forma traum¨¢tica, sin excluir las muertes.
A los cuatro amigos que protagonizan la novela Blues de Trafalgar (Siruela), que recibi¨® el ¨²ltimo premio Caf¨¦ Gij¨®n, les ocurre algo similar. Otros sufren por el tren de vida del que ellos disfrutan gracias al azar. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez del Corral (Mor¨®n de la Frontera, Sevilla, 1959) tard¨® apenas nueve meses en escribir este libro, pero la historia le cortejaba desde mucho antes. Tal vez dos d¨¦cadas, cuando ocurri¨® un suceso inesperado en una playa gaditana, del que fue testigo y beneficiario: ¡°Unos amigos encontraron el resto de un alijo de hach¨ªs, lo suficiente para repartir alegremente. Nos lo fumamos y no le dimos m¨¢s importancia¡±. Un par de a?os despu¨¦s, Rodr¨ªguez del Corral ley¨® en un peri¨®dico gaditano que una banda de traficantes hab¨ªa secuestrado a un muchacho de Barbate porque hab¨ªa fallado al custodiar un cargamento y le piden cuentas a la familia, un acontecimiento sin relaci¨®n con el anterior. Inevitable la cuesti¨®n: ?Qu¨¦ har¨ªa alguien si tropieza con fardos de droga? Es m¨¢s: ?Qu¨¦ har¨ªa a sabiendas de que una tercera persona peligra por ello?
Blues de Trafalgar nace de la yuxtaposici¨®n de ambos hechos reales, gen¨¦ticamente modificados, al que se suman ese dilema moral que plantea Buzzati con su chaqueta hechizada y un contexto sociol¨®gico en el que ¡°la droga ha sustituido como transgresi¨®n a la pol¨ªtica¡±, en palabras del autor. Los cuatro amigos de la novela se apropian de 400 kilos de hach¨ªs camuflados en una cueva de Zahara de los Atunes, cuando a¨²n era una encantadora localidad de C¨¢diz reci¨¦n descubierta por los bohemios. Al averiguar que los narcos han secuestrado a un joven por la desaparici¨®n del material, los escr¨²pulos no les alcanzan para frenar la millonaria operaci¨®n de venta con la que ya fantasean. La riqueza a cualquier precio tiene un precio. ¡°Les ocurre como en el cuento, como no padecen el da?o se olvidan; no creen que vayan a sentir ni padecer y piensan que no van a causar ning¨²n dolor¡±, expone Rodr¨ªguez del Corral.
La droga hab¨ªa sustituido como transgresi¨®n a la pol¨ªtica en los ochenta"
La novela avanza con la conciencia de Andr¨¦s, escritor de cierto ¨¦xito y uno de los cuatro favorecidos por la reventa del hach¨ªs. Su reflexi¨®n, su huida y su remordimiento son la argamasa sobre la que se cimenta la obra, aunque la actuaci¨®n de un personaje insospechado ¨Cy que por el bien del inter¨¦s mantendremos en el anonimato- eleva la narraci¨®n. ¡°Esta novela es buena porque est¨¢ ese personaje, si no ser¨ªa un cuento¡±, opina. La tentaci¨®n de encontrar un retrato generacional en Blues de Trafalgar es intensa por la viveza con que dibuja un contexto muy singular: una cierta Sevilla que nace a finales de los ochenta, se multiplica con la Expo del 92 y languidece en cierta laxitud moral que roza a menudo la corrupci¨®n. Pero Rodr¨ªguez del Corral ni considera que la obra sea un retrato generacional ni que profiera un ¨¢cido reproche al socialismo que ha gobernado durante toda la democracia en Andaluc¨ªa. ¡°Esos personajes pueden ganar dinero pero pierden la posibilidad de hacer las grandes cosas con las que so?aron, se envilecen, pero es el retrato de unas personas, no de una generaci¨®n¡±.
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez del Corral salt¨® a la escena literaria con la novela Ll¨¢malo deseo, que mereci¨® el 25? premio La Sonrisa Vertical en 2003. Hasta entonces hab¨ªa sido el fundador y propietario de la librer¨ªa universitaria La Roldana, en Sevilla. "Era un escritor de fin de semana, de domingo... en realidad sigo siendo un escritor de noches y fines de semana, me da verg¨¹enza levantarme un lunes por la ma?ana y ponerme a escribir", confiesa entre risas, ahora que ya no tiene que atender la librer¨ªa y que su vida discurre entre guiones, novelas y otros proyectos literarios.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.