La preservaci¨®n de los mecanismos del pasado cinematogr¨¢fico
El estreno de La Invenci¨®n de Hugo, ¨²ltima pel¨ªcula de MartinScorsese, nos lleva directamente al nacimiento del cine, a su evoluci¨®n e historia. Y lo hace precisamente de la mano de las ¨²ltimas tecnolog¨ªas.
Si bien la pel¨ªcula ha sido grabada con la Arri Alexa, una c¨¢mara digital tan nueva que ni siquiera hab¨ªa salido al mercado cuando empez¨® el rodaje, cabe recordar que Arri lleva fabricando c¨¢maras de cine desde 1917. Tampoco debiera resultar parad¨®jico que Scorsese se haya decantado por el 3D pues ¨¦ste le confiere un valor a?adido al recuerdo del cine m¨¢s pionero. Seg¨²n cuenta la leyenda, la proyecci¨®n de la pel¨ªcula de los hermanos Lumi¨¨re Llegada de un tren a la estaci¨®n de La Ciotat provoc¨® tal impresi¨®n a finales del S. XIX que los espectadores saltaron de sus asientos al ver un tren acercarse en la pantalla. Los Lumi¨¨re volver¨ªan a grabar la llegada del tren a?os despu¨¦s, empleando una c¨¢mara estereosc¨®pica y tratando de conseguir un verdadero efecto 3D en su proyecci¨®n, ya en 1935.
La Invenci¨®n de Hugo, un claro homenaje al pasado, pone de manifiesto esta continuidad en la historia del cine, sus mecanismos y sus resultados. Desde la primera imagen se introduce al espectador en un engranaje que se funde con el Arco de Triunfo y las calles iluminadas del bullicioso Par¨ªs, la ciudad industrial que acogi¨® por primera vez una proyecci¨®n p¨²blica de cine en 1895. Hugo Cabret, el joven protagonista, como un espectador m¨¢s, contempla la vista desde lo alto del reloj de la estaci¨®n de tren en la que vive, y desde all¨ª observa las distintas secuencias que integran el filme. Persecuciones, romances o gags se suceden ante su mirada; y cada una de estas vi?etas o peque?as subtramas bien podr¨ªa evocar un cortometraje individual al m¨¢s puro estilo del primer cine mudo, incluida la llegada del tren. Es a trav¨¦s de los ojos de Hugo como nos vamos sumergiendo en ese reencuentro con los inicios del cine.
De todos los directores contempor¨¢neos, quiz¨¢ sea Scorsese el m¨¢s indicado para dirigir una pel¨ªcula que trate la historia, el olvido, y el redescubrimiento del cine antiguo. Consciente de que en su trabajo la violencia ha jugado un papel principal (Taxi Driver, Toro Salvaje, El cabo del miedo, Gangs of New York, Infiltrados, Shutter Island), eligi¨® adaptar el libro infantil que da t¨ªtulo al filme, escrito e ilustrado por Brian Selznick, para que su hija menor pudiera ver, al fin, una pel¨ªcula suya. Nos encontramos, por tanto, ante un proyecto tremendamente personal. El realizador no solo dirige su trabajo a las futuras generaciones, sino que lo hace transmitiendo todo su conocimiento y cari?o hacia el cine del pasado para que ¨¦ste pueda ser disfrutado por un nuevo p¨²blico que crecer¨¢ en un mundo lleno de im¨¢genes, aunque carentes de celuloide.
Cada fotograma de la pel¨ªcula (que, recordemos, nace en digital) destila este mensaje de profunda admiraci¨®n y deuda con el pasado. El cineasta, junto a Robert Richardson, director de fotograf¨ªa, busc¨® inspiraci¨®n en uno de los primeros procedimientos fotogr¨¢ficos en color, el autocromo, patentado por los hermanos Lumi¨¨re en 1903. El cuidado y detalle de cada plano es absoluto, incluidos los decorados y carteles que adornan la ciudad y estaci¨®n, o la m¨²sica y figurantes que salpican la pel¨ªcula: personajes que evocan a James Joyce, Django Reinhardt o Salvador Dal¨ª cruzan su mirada con la del p¨²blico; incluso el propio Scorsese hace una breve aparici¨®n como fot¨®grafo.
Es en este entorno donde Hugo se encuentra con el verdadero protagonista del filme: Georges M¨¦li¨¨s, pionero del cine. ?l es el principal s¨ªmbolo de la pel¨ªcula y su figura, reivindicada a gritos, sirve para poder traer al frente la importancia del cine y su preservaci¨®n. M¨¦li¨¨s es presentado como una figura olvidada que poco a poco es rescatada, al igual que ir¨¢ sucediendo con sus pel¨ªculas. Hugo y su amiga Isabelle ir¨¢n descubriendo qui¨¦n es M¨¦li¨¨s y c¨®mo era aquel cine de anta?o. A trav¨¦s de su aprendizaje se proyectan fragmentos de versiones restauradas e impecables de los hermanos Lumi¨¨re, Edwin S. Porter, D. W. Griffith, Buster Keaton, Charles Chaplin, Harold Lloyd o del mismo Georges M¨¦li¨¨s. Son im¨¢genes que, como nos recuerda la pel¨ªcula, bien podr¨ªan haber desaparecido hace tiempo y, sin embargo, perviven.
Reencontrarse con aquello que se cre¨ªa perdido en el mundo del cine es algo que Scorsese conoce perfectamente y ha sabido transmitir. Fue ¨¦l mismo quien fund¨® en 1990 The Film Foundation, fundaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que se dedica a proteger y preservar el cine americano, apoyando proyectos de preservaci¨®n y restauraci¨®n f¨ªlmica en diferentes archivos. A ¨¦l se unieron sus compa?eros de profesi¨®n, continuando una importante labor de concienciaci¨®n. Y es en el a?o 2007 cuando funda el World Cinema Foundation para ayudar a los archivos internacionales y garantizar la supervivencia del patrimonio f¨ªlmico en pa¨ªses menos favorecidos econ¨®micamente.
Al recibir el premio Cecil B. DeMille en el a?o 2010, Scorsese citaba a William Faulkner: ¡°El pasado nunca muere, ni siquiera es pasado¡±, a lo que el propio cineasta a?adir¨ªa: ¡°Para mi, hacer pel¨ªculas o preservarlas es lo mismo.¡± Esta reivindicaci¨®n ha quedado clara en su ultimo trabajo, que se nos presenta en forma de cuento para ni?os, pero en su fondo esconde un poema nost¨¢lgico aunque esperanzador dedicado al arte cinematogr¨¢fico y su supervivencia. Desafortunadamente, el material f¨ªlmico est¨¢ sujeto a la labor destructora del tiempo. La misi¨®n de los archivos es salvaguardar y garantizar la conservaci¨®n prolongada del celuloide. Filmotecas, archivos y fundaciones colaboran en ese esfuerzo por rescatar aquellos t¨ªtulos que muestran signos de deterioro. Se reproducen los originales, pero tambi¨¦n se conservan estos ¨²ltimos. El fin es promover el conocimiento del patrimonio cinematogr¨¢fico y hacer accesibles los t¨ªtulos preservados, para que im¨¢genes pasadas est¨¦n a disposici¨®n de todos en el futuro.
Merece la pena recordar el hallazgo en Barcelona de la ¨²nica copia completa coloreada a mano que hoy se conoce de Un viaje a la Luna (1902), la pel¨ªcula m¨¢s popular de Georges M¨¦li¨¨s y, tambi¨¦n, el primer film de ciencia ficci¨®n, lleno de innovadores efectos especiales. La copia de nitrato se localiz¨® en la Filmoteca de Catalunya en 1993, aunque estaba en un estado de descomposici¨®n muy avanzado. El nitrato de celulosa es un soporte f¨ªlmico inestable y altamente inflamable, su descomposici¨®n no tiene vuelta a atr¨¢s. La restauraci¨®n de las im¨¢genes presentaba, por tanto, un gran desaf¨ªo al que Serge Bromberg (Lobster Films) decidi¨® enfrentarse. Con tes¨®n, financiaci¨®n, y 18 a?os despu¨¦s, ver¨ªa recompensando su esfuerzo. Bromberg y su socio, Eric Lange, ya hab¨ªan descubierto a?os atr¨¢s 17 cortometrajes de M¨¦li¨¨s que se cre¨ªan perdidos. ?D¨®nde los encontraron? En un armario. Es as¨ª como aparecen los tesoros perdidos, y el cine no es excepci¨®n. A M¨¦li¨¨s, que comenz¨® su andadura art¨ªstica como mago, le hubiera encantado esta sorprendente aparici¨®n.
Sin embargo, de los m¨¢s de 500 t¨ªtulos que Georges M¨¦li¨¨s realiz¨® en su d¨ªa solamente han sido localizados unos 200. De hecho, se calcula que cerca del 80% de la producci¨®n mundial de cine mudo ha desaparecido. En muchas ocasiones, cuando una pel¨ªcula terminaba su circuito comercial era destruida. Fue tiempo despu¨¦s cuando se toma conciencia de la importancia del cine como testimonio art¨ªstico e hist¨®rico. Henri Langlois y Georges Franju estaban entre aquellos que pronto empezaron a archivar pel¨ªculas, y fueron ellos quienes otorgaron a M¨¦li¨¨s la llave de la sede que en 1936 pasar¨ªa a ser la Cin¨¦math¨¨que Fran?aise. M¨¦li¨¨s se convert¨ªa as¨ª en el primer conservador y archivista de una de las filmotecas m¨¢s pioneras del mundo, pocos a?os antes de su muerte. Scorsese ha recogido el testigo, y ha firmado Hugo en el 150 aniversario del nacimiento del mago M¨¦li¨¨s. Un merecido homenaje a un genio y a un patrimonio que a punto estuvo de desaparecer.
In¨¦s Toharia Ter¨¢n, especialista en preservaci¨®n de cine, ha trabajado en archivos como George Eastman House, la Filmoteca UNAM, en el proyecto de La maleta mexicana, y en los archivos de cine y v¨ªdeo de la ONU en Nueva York.
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