¡°El objetivo es asaltar la cultura¡±
Elige una imagen y la reproduce tal cual. Se apropia de ella, la firma y la vende por cantidades estratosf¨¦ricas La estrategia de este artista es la del apropiacionismo El Museo Picasso de M¨¢laga lo ha retado a hacerlo con el autor del Guernica
Richard Prince es un artista corrosivo. Se r¨ªe de conceptos como los de autor¨ªa y el valor de la obra de arte ¨²nica. No le importa ser incomprendido. Lleva a?os yendo contracorriente, irritando a mucha gente con sus apropiaciones. Hace unos meses un juzgado de Manhattan fall¨® en contra de Prince al encontrarlo culpable de haber utilizado de forma ilegal las fotograf¨ªas de un libro sobre rastafaris. Hizo sin permiso del autor algunos collages con ellas o simplemente refotografi¨® las im¨¢genes sin alterarlas. Las firmadas por el artista se han llegado a vender por 2,5 millones de d¨®lares.
Ahora ha sido invitado al Museo Picasso de M¨¢laga para apropiarse libremente de la obra de Picasso, produciendo casi un centenar de cuadros que se exponen a partir de este lunes bajo el t¨ªtulo de Prince / Picasso. La idea de esta confrontaci¨®n, de este duelo, parti¨® de Bernard Picasso, nieto del pintor, admirador de la obra del norteamericano.
¡°Creo recordar que hice mi primer homenaje a Picasso cuando ten¨ªa 19 a?os. Un dibujo con bol¨ªgrafo y tinta¡±, responde Richard Prince a un cuestionario enviado por correo electr¨®nico. No quiere otro tipo de entrevista. ¡°Picasso era un dibujante extraordinario. La forma en que dibuja la figura con esa indescriptible libertad que aplica a la forma sigue siendo asombrosa para m¨ª¡±, afirma el artista estadounidense nacido en Panam¨¢ en 1949.
Una vez al a?o, el Museo Picasso de M¨¢laga asume un riesgo est¨¦tico enfrentando la obra del autor del Guernica con la de alg¨²n creador contempor¨¢neo. Su director, Jos¨¦ Lebrero Stals, fue c¨®mplice temprano de esta propuesta, que prosper¨® de inmediato. Hace dos a?os que Prince prepara la muestra, que incluir¨¢ algunos de sus trabajos de principios de los a?os setenta. La mayor¨ªa de ellos in¨¦ditos. ¡°La exposici¨®n de M¨¢laga empieza con estudios de figuras que hice en 1972, Gouaches¡±, explica Prince. ¡°No es que est¨¦n inspiradas directamente en Picasso, pero s¨ª ¡°en el esp¨ªritu¡± de Picasso. Casi cuarenta a?os despu¨¦s decid¨ª que era el momento de ajustarme el sombrero y tratar de continuar con el mismo esp¨ªritu. He encontrado fotos de desnudos en blanco y negro y las he transferido a lienzo mediante un esc¨¢ner de inyecci¨®n de tinta, dejando los torsos tal cual y concentr¨¢ndome en cambiar las cabezas, manos y pies de una manera en que se expresan mis sentimientos respecto a Picasso¡±.
En sus primeros a?os como artista, Prince fija su atenci¨®n con insistencia en los grandes maestros: Matisse, Modigliani, Picasso. ¡°Prince tiene una vinculaci¨®n temprana con Picasso¡±, explica Lebrero. ¡°Lo que ha hecho ahora es sacar fotos de libros de Picasso para rehacerlas o elaborar sus collages. Tambi¨¦n ha recurrido a libros de anatom¨ªa o de modelos de desnudo para aprender a dibujar, como base de sus pinturas¡±.
Uno de los primeros empleos que tuvo Richard Prince en Nueva York fue en una hemeroteca. Quiz¨¢ eso explique su fijaci¨®n con las im¨¢genes impresas. Pasaban por sus manos miles de ejemplares de peri¨®dicos y revistas. Lleg¨® un momento en que empez¨® a observar y copiar las fotos que m¨¢s le llamaban la atenci¨®n. Las reencuadr¨®, las fotografi¨®, se apropi¨® de ellas. ¡°Ese fue el arranque formal de su obra¡±, opina Lebrero. ¡°El inter¨¦s de Prince ha sido siempre el de ejercitarse en su posici¨®n cr¨ªtica al american way of life y al arte contempor¨¢neo. Ha estado a menudo en el centro del debate, al igual que el recientemente desaparecido Mike Kelley. Adem¨¢s, hay que se?alar que el propio Picasso tampoco fue un artista aceptado desde el principio, tard¨® bastante en ver reconocido su valor. Hizo falta mucho coraje en su tiempo para hacer lo que ¨¦l hizo¡±, comenta Lebrero. ¡°Prince es tambi¨¦n un artista pol¨¦mico, muy discutido. Y es, como Picasso, un artista de culto. ?l junto a otros como Jeff Wall y Kelley han ayudado a abrir ¨¦pocas, as¨ª como Picasso y T¨¤pies han contribuido a cerrar otras¡±.
La imagen impresa ejerce sobre este artista una atracci¨®n irresistible, pero tambi¨¦n es adicto a los textos editados. ¡°Prince es un gran lector, un bibli¨®filo que tiene una enorme biblioteca en la que no solo acumula todo tipo de libros de arte, sino tambi¨¦n cantidad documentos y fotograf¨ªas tanto de m¨²sicos como Jimi Hendrix o de escritores de la beat generation. Burroughs fue uno de sus primeros vecinos en uno de los s¨®rdidos alojamientos en los que vivi¨® al llegar a Nueva York¡±, cuenta Lebrero.
Respecto a la pr¨¢ctica de apropiaci¨®n de Prince, el director del museo malague?o explica: ¡°?l forma parte de una generaci¨®n de artistas estadounidenses que madur¨® en Nueva York en los a?os setenta. Tanto Prince como Barbara Kruger llegaron a la gran ciudad desde otros Estados perif¨¦ricos y encontraron trabajo en hemerotecas de peri¨®dicos. De alguna manera eran herederos del pop art, aunque Prince coincide con la irrupci¨®n del punk, que le interes¨® m¨¢s. En su b¨²squeda de un lenguaje o una manera de expresi¨®n art¨ªstica, encuentra que el apropiacionismo es una forma de narrar la historia del arte. ?l es un artista que, como Picasso, canibaliza y se apropia de otros artistas. Y lo hace a trav¨¦s de im¨¢genes que son a su vez an¨¢lisis cr¨ªticos de los iconos norteamericanos, del fetichismo hollywoodiano de ese pa¨ªs que se apropia de las im¨¢genes de sus ¨ªdolos¡±.
Las palabras de Prince sobre el apropiacionismo siguen hoy cargadas de ese esp¨ªritu punk: ¡°Pide, toma prestado, roba. Por todos los medios posibles¡±, responde a Babelia. ¡°No esperes la luz verde. Esto de creer en el todo gratis ha estado ah¨ª durante mucho tiempo. La pregunta ahora es ¡°?qui¨¦n te has cre¨ªdo que eres?¡±¡ Y la respuesta es ¡°quien me d¨¦ la gana de ser¡±. El objetivo es asaltar la cultura. Y la manera que tengo de hacerlo es dejar ondear mi bandera freak¡¡±.
Pero ?c¨®mo se le explica esa actitud a un juez? ?l responde: ¡°Las im¨¢genes realmente buenas hacen a la gente sentirse bien. Y hacer sentir bien a la gente no es algo que deber¨ªa ser controlado por una Administraci¨®n¡±.
¡°Prince es hijo de una sociedad c¨ªnica¡±, apunta Lebrero. Se siente absolutamente libre de orientar su carrera en cualquier sentido. ¡°Es interesante que Prince, despu¨¦s de lo que ha hecho en arte, vuelva ahora la vista atr¨¢s, primero fue hacia De Kooning y ahora hacia Picasso¡±.
?Hacia la obra del artista malague?o o es que Prince se siente atra¨ªdo tambi¨¦n por la leyenda? Picasso el artista, el amante, el hombre, est¨¢n detr¨¢s de buena parte de sus trabajos. La forma en que vivi¨® su sensualidad sigue siendo parte del mito. Prince declara que ese aspecto del artista le seduce, pero cada vez menos. Se siente absolutamente libre para crear, pero vitalmente no es muy picassiano. ¡°La salvaje historia de Picasso¡ Ese culebr¨®n es importante en cualquier lectura de Picasso. Me gustar¨ªa poder decir que tengo recursos para ocupar el compartimento de amante, pero estoy felizmente casado. Ese tipo de ¡®viva la vida¡¯ es una libertad que ha quedado afortunadamente atr¨¢s para m¨ª¡±.
¡°Me gusta pensar que el arte es la ¨²ltima cosa sobre la tierra que Dios dej¨® inacabada¡±, a?ade Prince. ¡°Alguien tiene que sentirse totalmente libre en esta sociedad. No todo el mundo, pero s¨ª alguien. Y ese alguien soy yo¡±.
Prince / Picasso. Museo Picasso de M¨¢laga. San Agust¨ªn, 8. M¨¢laga. Del 27 de febrero al 27 de mayo.
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