En memoria de Luis M. Mansilla
El arquitecto recuerda al que fuera su colaborador durante 10 a?os

Luis Moreno Mansilla estaba entre los mejores, por no decir era el mejor, de los arquitectos que han pasado por el estudio. Su p¨¦rdida deja atr¨¢s una obra valiosa desgraciadamente interrumpida. El estudio deber¨¢ ahora reajustarse y hay que confiar en que no se convierta en otra cosa. Por m¨¢s que el trabajo de los dos pueda considerarse como hecho al un¨ªsono, los matices de una personalidad tan compleja, sutil y sensible como la de Luis Mansilla hac¨ªan que su contribuci¨®n fuera tan definitiva como imprevisible. Se har¨¢ sentir su falta.
El mi¨¦rcoles, con la noticia, me temblaban las piernas. Pero al buscar la proximidad en sus palabras, al encontrarme con lo que Luis Mansilla escribi¨® en la dedicatoria de su tesis Apuntes de viaje al interior del tiempo, publicado por la Caja de Arquitectos, el temblor se convirti¨® en sobresalto: ¡°A mi abuelo Luis, oculista, entre cuyos aparatos ¨®pticos crec¨ª. Muri¨® como a todos nos gustar¨ªa morir, de improviso, mientras dorm¨ªa, la misma ma?ana en la que deb¨ªa partir hacia Roma y comenzar esta tesis que ahora le dedico. Conmigo llev¨¦ sus antiguas gu¨ªas de Italia originales Badoeker de 1870 que el d¨ªa anterior me hab¨ªa regalado¡±.
No es una premonici¨®n pero estremecen sus palabras, si bien hay en ellas algo que hoy tambi¨¦n resulta consolador. Acompa?a a esta dedicatoria en otra p¨¢gina una constelaci¨®n de iniciales. ET, por Emilio Tu?¨®n, CP, por su mujer Carmen Pinart. Cabe tambi¨¦n pensar que otras aluden a Juan Navarro Baldeweg, a Enric Miralles, a Pedro Feduchi, a Alvaro Soto¡ a m¨ª mismo, como me hizo saber al envolver mis iniciales, RM, en un c¨ªrculo¡ La dedicatoria muestra la sensibilidad de Luis. Su tesis, resultado de un viaje a Suecia siguiendo a Asplund que m¨¢s tarde se prolong¨® en Roma, nos hace sentir todav¨ªa la presencia de Luis a trav¨¦s de aquellas im¨¢genes que lo atra¨ªan. No hay dibujos suyos, pero est¨¢ repleta de los de otros que describen precisamente su modo de entender la arquitectura.
Se le ve¨ªa contento. Disfrut¨® de muchas de las cosas que la arquitectura puede dar. Era una persona sofisticada en la elecci¨®n de todo aquello que lo rodeaba, sofisticaci¨®n que trasladaba al tono que quer¨ªa para su arquitectura. A pesar de la madurez de su trabajo, no hab¨ªa perdido la condici¨®n juvenil, casi de estudiante, que llegaba a ser gr¨¢cil, de una frescura adolescente. Seguramente Luis Mansilla ha estado muy atento al trabajo de su mujer, la pintora Carmen Pinart, con quien compart¨ªa una sensibilidad com¨²n. Estaba contento con sus hijas. Se puede decir que tuvo una vida plena. Pero tambi¨¦n que le hubiera apetecido hacer muchas otras cosas. Tambi¨¦n a nosotros que las hubiera hecho. Las ocupaciones a las que nos lleva la vida cotidiana hac¨ªan que nos vi¨¦semos menos ahora y su inesperada desaparici¨®n hace que se despierte la conciencia del mal uso que hacemos de nuestro tiempo. Siento no haber podido compartir con ¨¦l una visita al hotel Atrio de C¨¢ceres. Tambi¨¦n me hubiera gustado ense?arle los trabajos que estamos haciendo en La Mejorada.
Lo recuerdo dibujando el edificio de La Previsi¨®n Espa?ola, el aeropuerto de Sevilla, el Museo Thyssen Bornemisza, la Fundaci¨®n Mir¨® y tantas otras obras. Vivi¨® con nosotros cuatro meses mientras est¨¢bamos en Cambridge. Luego, ya en la d¨¦cada de los noventa, la mayor¨ªa de edad y los primeros encargos dieron lugar al comienzo de su carrera independiente: la uni¨®n de dos personas que sent¨ªan de un modo com¨²n pero con cualidades diversas. Emilio Tu?¨®n tiene unas grandes dotes de arquitecto. Luis ten¨ªa la capacidad de pensar en todo aquello que la arquitectura puede expresar. Ha sido la feliz conjunci¨®n de estos dos arquitectos la que ha dado lugar a una obra propia, singular y atractiva, valorada dentro y fuera de Espa?a. La obra que hasta ahora han construido siempre fue s¨®lida y fresca, madura desde el principio. Con el MUSAC abrieron la visi¨®n de lo que iba a ser la nueva idea figurativa de los noventa: no ligada a problemas estructurales o formales sino deudora de la nueva cultura digital que da lugar a una nueva versi¨®n de la obra abierta.
Hace dos semanas me pidieron de la Glasgow School of Art una referencia porque quer¨ªan nombrar a Tu?¨®n y Mansilla profesores honorarios. Termin¨¦ la carta diciendo que era dif¨ªcil encontrar otros dos con tanto m¨¦rito. Cab¨ªa esperar grandes cosas y seguro que el estudio las lograr¨¢. Por simpat¨ªa, en el sentido etimol¨®gico del t¨¦rmino, por ese contacto diario con Luis, algo de las virtudes de Luis est¨¢ ya en Emilio. Y aunque la triste p¨¦rdida haga inevitable establecer un antes y un despu¨¦s, ser¨ªa una gran cosa que el trabajo del estudio se produzca sin discontinuidad.
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