El periodista que escrib¨ªa novelas
El ingente y brillante trabajo period¨ªstico de Cabrera Infante, cuando firmaba con el seud¨®nimo G. Ca¨ªn, sus cr¨ªticas, entrevistas y reportajes, muchos de ellos in¨¦ditos, se re¨²nen ahora en 'El cronista de cine', con el que se inicia la publicaci¨®n de las 'Obras Completas'
A Guillermo Cabrera Infante le gustaba definirse a s¨ª mismo como ¡°un periodista que escribe novelas¡±. Lo que parec¨ªa casi una broma m¨¢s del autor de Tres Tristes Tigres, que entend¨ªamos como la reivindicaci¨®n de su aparici¨®n continua e iluminadora en la prensa escrita, porque lo hab¨ªamos le¨ªdo primero como novelista, tiene ahora significados nuevos: vocacionales y estrictamente profesionales. Efectivamente, Guillermo Cabrera Infante fue un periodista, un cr¨ªtico y un informador, y de primer¨ªsimo nivel. Este primer tomo de las Obras Completas (Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores), que es tambi¨¦n el primero de los tres dedicados al cine ¡ªsi incluyen finalmente sus guiones¡ª, rescata, en torno a Un oficio del Siglo XX, la infinidad de cr¨ªticas, reportajes, entrevistas y art¨ªculos sobre cine, m¨¢s de 1.500 p¨¢ginas en total, que G. Ca¨ªn, uno de los seud¨®nimos del joven Cabrera Infante, firm¨® en la revista Carteles, entre 1954 y 1960. Es decir, cuando Guillermo Cabrera Infante era un ¡°periodista profesional¡±. Y aparece exactamente cuando se cumplen siete a?os de su muerte.
Antoni Munn¨¦, editor de la obra ¡ªy l¨¦ase la palabra editor en el sentido anglosaj¨®n de la palabra: que ha investigado, contrastado, recuperado y fijado cuanto aparecer¨¢ en los ocho (o nueve) tomos proyectados¡ª, ve en este primer volumen un valor a?adido: ¡°Las cr¨ªticas de cine, y en general sus trabajos period¨ªsticos, son la escuela en que forja su estilo. Cuando publica Ella cantaba boleros, en 1961, o Un oficio del Siglo XX, en 1963, ya est¨¢ formado el gran escritor de sus grandes novelas¡±. Un escritor que, para Toni Munn¨¦, todav¨ªa no ha sido enteramente valorado: ¡°Tres Tristes Tigres y La Habana para un infante difunto ya han sido reconocidas, pero la publicaci¨®n de las Obras Completas va ser una revelaci¨®n. Vamos a ver a ese escritor profundamente renovador, a contracorriente, que fue muy incomprendido en su momento, porque la intelectualidad iba ideol¨®gicamente por otro camino. Yo creo que la escritura de Cabrera Infante pone en duda el canon de la literatura contempor¨¢nea, y que las Obras Completas le pondr¨¢n en el lugar que le corresponde¡±.
Toni Munn¨¦ ha trabajado en ¨ªntima colaboraci¨®n con Miriam G¨®mez, la viuda del escritor, durante m¨¢s de tres a?os. ¡°Se ha sentado aqu¨ª¡±, me dice Miriam G¨®mez, ¡°d¨ªas y d¨ªas, horas y horas. Tra¨ªa sus notas y preguntaba todo. Para que nada se le escapara¡±. Miriam dice de s¨ª misma que s¨®lo es ¡°la m¨¦dium¡± de Guillermo, pero es mucho m¨¢s que eso: no s¨®lo ha custodiado, le¨ªdo y muchas veces ¡°traducido¡± la enorme cantidad de papeles manuscritos, anotados, corregidos, que el escritor dej¨® en un mont¨®n de carpetas. Es que su memoria, y las notas que fue tomando en sus agendas a lo largo de los casi cincuenta a?os de convivencia, han servido de contraste y gu¨ªa para la ordenaci¨®n y localizaci¨®n de los papeles, para su certificaci¨®n. Y hay muchos in¨¦ditos rescatados de las hemerotecas, particularmente en la de la Biblioteca de la Ciudad de Nueva York, donde se guarda la colecci¨®n completa de Carteles, y otras revistas cubanas de la ¨¦poca. De ah¨ª han salido esas mil p¨¢ginas hasta ahora in¨¦ditas en libro. Por ejemplo, el que Miriam recordara todos los seud¨®nimos que utiliz¨® Cabrera Infante, Pastora Ni?o, entre otros, ha permitido la identificaci¨®n y publicaci¨®n de art¨ªculos que ni siquiera se le adjudicaban. Pero el hecho de que Toni Munn¨¦ decidiera actuar como un lector que no da nada por sabido ha descubierto algunas claves. Una, da una vuelta de tuerca al sentido de Un oficio del siglo XX: dice Antoni Munn¨¦ al final de su magn¨ªfico pr¨®logo: ¡°S¨®lo hab¨ªa un detalle que en todos estos a?os parece no haber llamado la atenci¨®n de nadie. Al final del libro se indica, como es habitual, el lugar y las fechas de su escritura (¡) Dice as¨ª: ¡®Taco-Taco, 28 de diciembre de 1961-29 de febrero de 1962¡¯. Triple broma¡±, continua Munn¨¦, ¡°el 28 de diciembre es el D¨ªa de los Inocentes, el 29 de febrero de 1962 nunca existi¨®, no fue aquel un a?o bisiesto. Y el lugar, ?ah el lugar! Taco-Taco, lugar en el que nunca estuvo Guillermo Cabrera Infante, y que nunca m¨¢s aparecer¨¢ en toda su obra, es¡ la prisi¨®n cubana de Pinar del R¨ªo¡±. Por cierto, un lugar clave para la victoria de Fidel Castro, cuya toma permiti¨® su entrada en La Habana. Toda la literatura de Cabrera Infante es un milagroso juego de cajas chinas.
¡°La edici¨®n de la obra completa de Cabrera Infante es un work in progress¡±, dice Toni Munn¨¦. ¡°Cuando empec¨¦ a trabajar con Miriam G¨®mez me di cuenta de que Guillermo hab¨ªa publicado en libro una parte muy peque?a de lo escrito. Hay mucho papel in¨¦dito y todo un ingente trabajo de periodista, no s¨®lo en la prensa cubana de su juventud, o en la espa?ola y latinoamericana durante el exilio, sino tambi¨¦n en la prensa inglesa, europea y norteamericana¡±. S¨®lo en este peri¨®dico, seg¨²n datos de su servicio de documentaci¨®n, Cabrera Infante ha publicado 224 art¨ªculos, desde el 17 de abril de 1977, en que inaugur¨® su secci¨®n Icosaedros en el dominical, al 27 de febrero de 2005, en que se public¨®, ya p¨®stumo, La castroenteritis aguda, sin duda su ¨²ltimo art¨ªculo. A¨²n el 28 de mayo, sali¨® en Babelia ¡®Una pesadilla con personajes cubanos¡¯, el relato breve que hab¨ªa enviado a Esther Tusquets para su antolog¨ªa El libro de los sue?os, poco antes de morir.
La escritura de Cabrera Infante pone en cuesti¨®n el canon de la literatura contempor¨¢nea. Antoni Munn¨¦
El trabajo de Miriam G¨®mez y Antoni Munn¨¦ tiene que ordenar todo ese material, en dos direcciones: por un lado, ir cumpliendo el proyecto de las Completas, que no ha hecho m¨¢s que crecer a medida que se descifraban y ordenaban los papeles, entre los que hay un importante material escrito en ingl¨¦s. Como ¨¦ste, todos los ocho tomos ¡ªque pueden ser nueve ¡ª ir¨¢n vertebrados en torno a un libro publicado en vida, de modo que las piezas se vayan ajustando como en un puzle. (Pienso que a Guillermo, que tantas veces combin¨® sus textos en ordenaciones distintas, siempre con significados nuevos, le hubiera encantado este juego). Por otro lado, tienen que ir dando a conocer las obras cerradas pero in¨¦ditas. Cuando Guillermo muri¨®, hab¨ªa, al menos, cuatro novelas in¨¦ditas, Cuerpos divinos y La ninfa inconstante, que ya han visto la luz, y dos m¨¢s: La ciudad perdida, escrita a partir del gui¨®n de cine que hizo para Andy Garc¨ªa, y la que muchas veces hab¨ªa anunciado como Itaca vuelta a visitar, o Mapa dibujado por un esp¨ªa, en la que, dice Munn¨¦, que la ha le¨ªdo, ¡°relata los cuatro meses que pas¨® retenido en La Habana, adonde hab¨ªa regresado a la muerte de su madre, y de resultas de los cuales fue el exilio¡±. No va a ser la pr¨®xima que se publique. Dice Miriam G¨®mez: ¡°Necesito tiempo. Tengo que leerla, y todav¨ªa no he sido capaz. Este texto lo escribi¨® Guillermo en Londres, despu¨¦s de lo que ¨¦l llamaba ¡®su locura¡¯. Se refiere a los cuatro meses que pas¨® retenido en Cuba, en su ¨²ltimo viaje, cuando fue al entierro de su madre. Y cuenta el horror y el terror que pas¨®. Como yo le recib¨ª tal como volvi¨®, destrozado, s¨¦ que aquel viaje fue indescriptible. Creo que escribir el Mapa¡ fue una suerte de terapia, que contribuy¨® a su curaci¨®n. Lo escribi¨® del tir¨®n y lo guard¨®, y nunca me lo dej¨® leer, ni volvi¨® sobre ello, aunque alguna vez lo mencion¨®. Toni s¨ª lo ha le¨ªdo y est¨¢ entusiasmado, pero respeta mis ritmos. En cualquier caso, ya est¨¢ en un disco duro, bueno, en varios, como todo el resto de los papeles. Y una vez que me sienta con fuerzas para leerlo, se publicar¨¢¡±.
Tampoco estar¨¢n los cuentos de Las lecciones de agosto. Lo primero que aparecer¨¢ como obra individual e independiente ser¨¢ El cartucho. Se trata de un proyecto de la d¨¦cada de los ochenta: una caja, un envoltorio, un cucurucho, que en cubano ¡ªcomo aqu¨ª, cuando se trataba de chocolatinas en los cincuenta¡ª se llama cartucho. Lleno de papelitos con ideas sueltas, bromas, hallazgos¡ ¡°Queremos hacer dos ediciones: una en libro convencional, con esas notas sueltas que Guillermo tomaba al hilo de las lecturas, de la tele, de la vida, ordenadas por temas, y otra, una tirada corta, de doscientos o trescientos ejemplares, como ¨¦l la quer¨ªa: un cartucho con los papelitos sueltos, dentro. Guillermo empez¨® a hablar de ¨¦l, y a guardar esos papelitos, hace muchos a?os¡±. Yo creo que un doble sentido no se le habr¨¢ escapado a Guillermo, el de proyectil de escopeta, para que me entiendan.
Pero aqu¨ª, en El cronista de cine, est¨¢, sobre todo, el periodista. Ese que convierte en personaje de ficci¨®n cuando recoge algunas cr¨ªticas, en Un oficio del siglo XX, y, consciente del significado de su acr¨®stico, G. Ca¨ªn, lo mata, convirti¨¦ndolo en Abel por un momento, por un libro, porque ¡°la ¨²nica forma en que un cr¨ªtico puede sobrevivir en el comunismo es como ente de ficci¨®n¡±. Y muerto. El resto, todas en realidad, nos muestran a un periodista moderno, uno que tiene una historia que contar. As¨ª, encontraremos temas recurrentes, tanto en las magn¨ªficas entrevistas como en las cr¨ªticas, de una extrema coherencia. El neorrealismo, por ejemplo; la omnipresencia del contraste entre el cine europeo y el norteamericano, las dif¨ªciles condiciones del dif¨ªcilmente existente cine cubano¡ Resuelve de manera maestra, en entrevistas y reportajes, el conflictivo equilibrio entre el sujeto que escribe y la objetividad de lo narrado, sin escaquear su presencia formidable y sin achicar la distancia entre lo vivo y lo pintado. O lo filmado, o lo escrito. Y con una habilidad descriptiva, apenas un par de adjetivos muy descargados, muy objetivos, pone a sus personajes en suerte. O a sus ambientes. Es, en m¨¢s de un sentido, un ¡°nuevo periodista¡±. Y no se puede saber qu¨¦ fue antes, si el huevo o la gallina: si el que estaba escribiendo As¨ª en la paz como en la guerra nutr¨ªa al autor de la entrevista con Hemingway, con Bu?uel o con tantos otros, o al rev¨¦s. El tema es que Cabrera Infante estaba, casi prof¨¦ticamente, legitimando los recursos literarios en la escritura period¨ªstica. Advirtiendo que, siempre, cuando algo est¨¢ escrito, se trata de eso, de escritura.
El cronista de cine / Obras completas. Volumen I. Guillermo Cabrera Infante. Edici¨®n y pr¨®logo de Antoni Munn¨¦. Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores. Barcelona, 2012. 1.536 p¨¢ginas. 39 euros.
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