Fiesta de divorcio en Saint Laurent
La ¨²ltima colecci¨®n oto?o/ invierno de Stefano Pilati para la firma es de un erotismo sombrio
?Se imaginan que la gente invitara a amigos y vecinos a sus ceremonias de divorcio igual que hace cuando se casa? Seguramente la sensaci¨®n ser¨ªa parecida a la que provoca asistir a la despedida de un dise?ador en una firma. Al s¨¦ptimo d¨ªa de que Yves Saint Laurent confirmara que Stefano Pilati (Mil¨¢n, 1965) deja el puesto de director creativo, anoche se escenificaba en la semana de la moda de Par¨ªs ese extra?o ritual.
El museo de mineralog¨ªa fue la capilla en la que la audiencia se congreg¨® para cerrar los ocho a?os de Pilati en Saint Laurent. En una noche lluviosa, la galer¨ªa flanqueada de columnas y el gran logotipo YSL en cobre al final de ella parec¨ªan extra?amente pl¨¢cidos. Pero la ¨²ltima colecci¨®n de Pilati, la de oto?o/invierno 2012, es de un erotismo sombr¨ªo. Cargada de cuero y cota de malla y recorrida por calas tejidas, dibujadas o colgadas del cuello en metal. Las formas onduladas de la flor tambi¨¦n se dejaban sentir en los patrones. Tal como ocurr¨ªa en la ¨²ltima colecci¨®n masculina, pero de forma m¨¢s expl¨ªcita, la obra del fot¨®grafo Robert Mapplethorpe reverberaba en los dise?os.
El p¨²blico, entre el que estaba Catherine Deneuve, Katy Perry o Rosario Dawson, recibi¨® en pie al dise?ador italiano. Pilati sonre¨ªa un poco demasiado exageradamente al salir a saludar y pos¨® para la historia haciendo el signo de victoria. Entre bambalinas, recib¨ªa felicitaciones y, a trav¨¦s de un portavoz, se negaba a responder preguntas. Imposible saber, por lo tanto, qu¨¦ suced¨ªa bajo la sonriente fachada o qu¨¦ har¨¢ Pilati a partir de ahora. Lo que ya da por seguro es que Saint Laurent, propiedad del grupo PPR, anunciar¨¢ en breve el nombramiento de Hedi Slimane en el cargo.
Aunque las ventas se han incrementado desde que sucedi¨® a su antiguo jefe (Tom Ford) en 2004, la sobriedad de Pilati nunca ha encajado del todo en el papel. El objetivo de PPR es triplicar su volumen antes de que termine la d¨¦cada y para eso necesita propulsar Saint Laurent y tambi¨¦n Alexander McQueen o Stella McCartney. La dise?adora brit¨¢nica abre su segunda tienda en Londres y pronto inaugurar¨¢ en Barcelona. Tras presentar una l¨ªnea de trajes de noche en la semana de la moda de Londres, ayer volvi¨® a Par¨ªs con su colecci¨®n principal. Una aproximaci¨®n a la dial¨¦ctica entre femenino y masculino te?ida de azul Klein y rosa Schiaparelli llena de prendas altamente comerciales.
Pero el l¨ªder del sector, el conglomerado LVMH, no va a dejarse atrapar con facilidad. A la adquisici¨®n de Bulgari y de una participaci¨®n de m¨¢s del 20% en Herm¨¨s, une el repunte en relevancia de otras de sus firmas. Givenchy, Kenzo y Loewe han entregado s¨®lidas colecciones en los ¨²ltimos d¨ªas. La excelente propuesta de Riccardo Tisci para Givenchy demostr¨® la consolidaci¨®n del vocabulario que el italiano ha establecido desde su llegada a la casa en 2005. A partir de un tema ecuestre, Tisci entreg¨® siluetas a la vez innovadoras y reconocibles. Los elaboradores patrones de sus chaquetas se combinaban con vestidos de lencer¨ªa que evocaban los colores y la sensualidad de las fotograf¨ªas de Guy Bourdin.
Ante semejante panorama, no es de extra?ar que Giambattista Valli prefiera ir por libre. El italiano es una de las pocas voces independientes del negocio y hace las cosas a su manera. Ayer dio otra muestra de su libertad con una colecci¨®n que responde por completo a sus apetitos de aristocracia y refinamiento. El mundo, por desgracia, no es tan pulido y atildado como Valli lo dibuja, pero no est¨¢ mal creerlo durante los 15 minutos que dura un desfile.
Aunque ninguna fantas¨ªa dura demasiado en esta industria, ahora pasan cosas particularmente misteriosas. Por ejemplo, que Maxime Simo?ns deje Leonard seis meses despu¨¦s de ser contratado. Un dato que, sin estar confirmado, ha desatado especulaciones sobre si el dise?ador franc¨¦s, de 27 a?os, podr¨ªa ser finalmente el elegido para Dior. Como su curr¨ªculo es escaso, se esgrime su parecido con el joven Saint Laurent, que sucedi¨® a Christian Dior tras su muerte en 1957, a modo de argumento. A juzgar por su colecci¨®n de debut en Leonard, solo cabe esperar que este rumor tampoco sea cierto.
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