Patetismo

La semana pasada compareci¨® el presidente de turno de RTVE, que como saben es un cargo rotativo entre los consejeros pol¨ªticos, a la espera del nuevo nombramiento por el Parlamento. La situaci¨®n tiene demasiados rasgos pat¨¦ticos como para dejarla pasar sin comentario. Cada mes se turnan en la presidencia los representantes pol¨ªticos, como en el juego de las sillas que practic¨¢bamos felices de ni?os, pero en este caso sin que jam¨¢s falte una, con lo cual se elimina la tensi¨®n y queda todo en un pasatiempo. Si algo no puede permitirse este pa¨ªs es el pasatiempo. M¨¢s all¨¢ de la crisis econ¨®mica, de la que saldremos cuando se hayan apretado todas las clavijas que interesa apretar, existe una crisis social mucho m¨¢s profunda y que podr¨ªamos definir afirmando que cuando se dec¨ªa que Espa?a iba bien, en realidad no iba bien, ni mucho menos.

Entre otras cosas porque nunca se han definido con claridad los retos de sus instituciones. Y el papel de la televisi¨®n p¨²blica menos que nada. Por eso, la comparecencia fue aprovechada por el partido en el Gobierno para reiterar, ¨²nicamente, que los informativos son sesgados y sacan m¨¢s fotog¨¦nicos a los estudiantes valencianos que a quienes dan los porrazos por orden ajena. Tendr¨ªan que saber que ese no es un defecto de los servicios informativos, sino de la realidad. A veces es as¨ª de fea. La insistencia en desacreditar la tarea informativa prepara el terreno para las destituciones y las imposiciones partidistas. Ojal¨¢ que exista mayor madurez en las decisiones que en los debates.

Para suavizar los recortes de financiaci¨®n los directivos siempre nos amenazan. Nos tendr¨¢n que quitar el concurso Saber y ganar o los documentales de La 2, dicen, como si esas fueran las partidas que miman. ?Y por qu¨¦ no la retransmisi¨®n de la misa o Coraz¨®n, coraz¨®n? M¨¢s all¨¢ de por d¨®nde recortar, lo que se necesita es recuperar la responsabilidad. Mientras tanto seguiremos asistiendo a escenas grotescas como que los consejeros voten a mano alzada si tiene que grabarse una miniserie sobre la vida de Julio Iglesias. Puestos a decidir cosas tan trascendentales, mejor optar por la vida de Isabel Pantoja, que sacia mejor los instintos del espectador televisivo.