Escandalizar

Desde que los bankos le robaron la letra K a los antisistema, se impuso una enorme esquizofrenia en los actos subversivos. Si uno observa con atenci¨®n, ver¨¢ que hay situaciones invertidas. Okupa y resiste parece ser un lema de grandes empresas y organismos financieros. En las manifestaciones no es raro que las fuerzas del orden se ocupen de organizar los des¨®rdenes, cuando no acuden encapuchados a interrogar a padres de familia, y muchos medios de comunicaci¨®n consolidados se comportan como fanzines transgresores y hojas volanderas de pasional filiaci¨®n pol¨ªtica. En la pasada feria de Arco, los graffiteros fueron los artistas m¨¢s reconocidos. Y seamos sinceros, para los pasotes de coca¨ªna y el derroche, para pagarse juergas y montar infraestructuras caprichosas, deficitarias y surrealistas, no ha habido nadie m¨¢s habilidoso que los cargos p¨²blicos y concejales del ramo.

En otro tiempo, a¨²n se produc¨ªan actos transgresores que provocaban esc¨¢ndalo a la gente de buenas costumbres, pero ahora para superar las declaraciones de alg¨²n pol¨ªtico habr¨ªa que reinventar el dada¨ªsmo. Hoy lo subversivo es pagar impuestos y respetar la ortograf¨ªa. La detenci¨®n de las Pussy Riot, las chicas punkies feministas que invocaban en una catedral ortodoxa rusa a la Virgen para que echara del poder a Putin, es un acto casi de justicia hist¨®rica. Nos retrotrae a los tiempos en que Espa?a aprend¨ªa a comportarse como una democracia y Las Vulpes cantando Me gusta ser una zorra desencadenaban r¨ªos de tinta censora, provocaban el cierre de un programa musical y procesiones de desagravio.

Que estos raptos de protesta sean castigados con m¨¢s fiereza institucional que las irregularidades electorales, nos devuelve una imagen de lo que significa el orden. Para que alguien se escandalice, los actos deben estar espec¨ªficamente realizados bajo las ordenanzas del t¨®pico escandaloso. Llevarse a cabo siguiendo el protocolo de lo subversivo y con los disfraces habituales de este tipo de actuaci¨®n. Como si para hacer el payaso fuera imprescindible ponerse una nariz roja, para considerar algo escandaloso tiene que estar protagonizado por alguien medio en pelotas y con un crucifijo sacado de contexto. Mientras tanto, lo escandaloso de verdad se puede impartir desde las m¨¢s respetadas instituciones sin que nadie se d¨¦ por ofendido.