La joven e internacional terna se marcha de vac¨ªo

Un dato: de los cuatro avisos que se dieron en la tarde, tres sonaron antes de que el espada de turno entrara a matar. Falta de sentido de la medida, de previsi¨®n. Ir contra natura, en fin. Un tost¨®n, al fin y al cabo. Todav¨ªa m¨¢s si lo que hab¨ªa que rascar era bien poco. Porque la corrida de Valdefresno, toda una muestra dispar, no dio para mucho. M¨¢s bien para poco. Para justificarse posiblemente, pero apenas nada m¨¢s. De la raspa que abri¨® plaza, con dos se?ores pitones eso s¨ª, al segundo, un basto, cornal¨®n, sin cuello y badanudo. Los cuatro que siguieron, de dibujo desigual. La parte com¨²n, la cabeza. Muy bien armada toda la corrida. Y de finas puntas. Todo un regalo con envoltorio aparente pero sin contenido, para una terna joven e internacional: un franc¨¦s ¨CThom¨¢s Dufau-, un mexicano ¨CDavid Silveti- y un espa?ol ¨CJim¨¦nez Fortes-.

El toro que posiblemente menos ilusionaba result¨® el mejor y con diferencia. Fue aqu¨¦l segundo basto, cornal¨®n, sin cuello y badanudo. Pas¨® discreto por el caballo y no tard¨® en destapar su mejor virtud, que fue humillar. Tuvo, adem¨¢s, recorrido y fijeza. Dej¨® estar, no agobi¨® y obedeci¨® al toque. Un excelente toro. Tres estatuarios abrieron la faena de David Silveti a ese toro, la intenci¨®n era de cuatro pero se le vino encima la enorme masa de toro y result¨® atropellado o empujado. Luego vino un toreo en redondo de buen porte y dos series con la izquierda de dibujo largo y limpio. La primera de seis naturales; la segunda, de tres. Pero ambas bien logradas. Y mucha ceremonia despu¨¦s de cada serie, con paseo dej¨¢ndose ver el torero antes de acudir de nuevo a la cita con el toro. Un manojo de bernardinas, alternadas por uno y otro pit¨®n, le dieron color final a una faena muy larga. Le lleg¨® el aviso antes de entrar a matar, igual que en su segundo.

El otro cap¨ªtulo interesante de la tarde fue obra de Jim¨¦nez Fortes en el tercero, que tuvo su punto de violencia al rematar el muletazo. La faena se fue haciendo con paciencia, sin prisas pero sin pausas. Consinti¨® Jim¨¦nez y resolvi¨® sin brillo pero efectivo. Un improvisado cambiado por la espalda le dio un giro a la cosa. Subi¨® el tono y se descolg¨® a gusto el torero. Acab¨® muy valiente en la distancia corta, dominando con seguridad la situaci¨®n. La estocada fue buena pero no pareci¨® suficiente para llevarse premio.

Ya no hubo m¨¢s actos interesantes. Silveti se puso animoso en el quinto, al que le hab¨ªa hecho un quite por gaoneras muy ce?ido. Distra¨ªdo el toro y forzado el torero, que volvi¨® a repetir los paseos de su primero, el asunto nunca tuvo color y s¨ª pesadez. Jim¨¦nez Fortes se llev¨® un sexto que fue el que mejor se emple¨® en varas y, sin embargo, result¨® un tratado de mansedumbre en la muleta. Busc¨® salida por cualquier agujero, hasta encontrar refugio en tablas. Jim¨¦nez intent¨® convencer al manso pero no lo consigui¨®, ni por las buenas ni por las malas. Al final el toro se march¨® a morir a terrenos de toriles.

Casi de puntillas pas¨® Thom¨¢s Dufau. No tuvo entrega la raspa que abri¨® plaza, que encontr¨® su horma en la frialdad del torero. El cuarto le cogi¨® y zarande¨®, sin consecuencias, al torear de capa. En la muleta el toro escarb¨®, recul¨® y le cost¨® un mundo tomar la muleta. Dufau le dio muchas vueltas al tema pero no hubo manera. Se perdi¨® en el tiempo y le avisaron antes de entrar a matar.