Fandi?o sale por la puerta grande

Pinch¨® Fuente Ymbro. Y de qu¨¦ manera. Salieron siete al ruedo, aunque el bonito jabonero que hizo segundo volvi¨® a los corrales por manifiesta cojera. De los seis que murieron en el ruedo, dos salvaron el honor ganadero. Poca cosa, si se tiene en cuenta lo mucho que se esperaba. Ambos dos entraron en el lote de Iv¨¢n Fandi?o, el quinto como sobrero. Este, con cierta diferencia, el m¨¢s toro del lote, aunque no fuera el de m¨¢s peso. Corrido el turno, tras la devoluci¨®n del bonito jabonero, salt¨® en segundo turno un encastado toro. No fue gran cosa en varas, como el resto, pero tuvo ¨ªmpetu y nervio en la muleta. Fandi?o le dio tres cambiados por la espalda para abrir boca; limpios, bien marcados. Luego hubo pelea. Si no gobernaba con la muleta, el toro le com¨ªa terreno. Le sorprend¨ªa. As¨ª pas¨® hasta tres veces, las dos ¨²ltimas utilizando la mano izquierda. Hubo mando del torero a veces; en otras, era el toro quien se impon¨ªa. Tablas, en fin.

El sobrero, lidiado en quinto lugar, fue el toro m¨¢s toro de una correcta corrida. Sali¨® escupido de la segunda vara; manse¨® pues. Fue toro de tener la mente clara y estaba prohibido atropellarse. Fandi?o respondi¨®. Una primera y muy buena serie con la derecha sirvi¨® para dejar claro quien deb¨ªa mandar. Tampoco era cuesti¨®n de agobiar, sino de dejar respirar al toro. Entre serie y seria, le dio tranquilidad al de Fuente Ymbro. Por la derecha todo pareci¨® m¨¢s sencillo, por la izquierda era otro cantar. Por aqu¨ª hab¨ªa que tragar y sacar aquello de la mejor manera posible. Una colada por ese lado no descentr¨® al torero. De regreso a la derecha, Fandi?o calent¨® con un par de series muy centrado y de firme decisi¨®n. El final de esa faena fue de ataque frontal y nada de tonter¨ªas. Y en las manoletinas que bajaron el tel¨®n de ese toro hubo alg¨²n apuro salvado con cabeza, tronco y extremidades. La media atravesada que cobr¨® Fandi?o fue a cambio de una seca voltereta por no cruzar: se ech¨® materialmente encima del toro. Mucho m¨¦rito el de Fandi?o en este serio toro.

Ni Diego Urdiales ni David Mora encontraron la br¨²jula a mano. Urdiales muy mec¨¢nico en el flojo pero encastadito primero, que remataba el pase con la cara alta. No encontr¨® el sitio. Ni termin¨® de aclararse. Sorte¨® aquello como pudo, pero con exceso de trompicones. El cuarto no se emple¨® nunca y tuvo su punto molesto. Muy deslucido y sin ninguna entrega. Urdiales pas¨® sus apuros, sufri¨® un desarme y con la faena perdida y muriendo de muerte natural, la m¨²sica continu¨® tocando sin venir a cuento.

Tampoco David Mora encontr¨® el camino a seguir. El tercero, suelto en las dos entradas al caballo, se venci¨® ya de salida por el pit¨®n izquierda. A oleadas y buscando las tablas fue toro complicado, que estuvo m¨¢s pendiente del torero que de la muleta. Mora abandon¨® posturas y opt¨® por ir directo a la batalla. Ni por esas. Al final, una p¨¦rdida de tiempo. Le cay¨® chalequera la espada y sin pedirlo nadie se fue al tercio a saludar. Otro manso el sexto, que tom¨® la primera vara del picador que hac¨ªa la puerta y en ambas se march¨® suelto. En banderillas se refugi¨® en tablas y las volvi¨® a buscar en la muleta. Ya nunca m¨¢s sali¨® de ese terreno. Mora lo intent¨® en principio, pero pronto vio que todo el pescado estaba vendido y no quiso entrar en una guerra absurda.