?ltimo trazo del maestro del humor
El gremio despide al dibujante Antonio Mingote, fallecido en Madrid a los 93 a?os
En un pa¨ªs tan acostumbrado a las trincheras, la muerte del humorista Antonio Mingote, fallecido ayer en Madrid a los 93 a?os, supone la desaparici¨®n de una de las pocas personalidades que se faj¨® en el perdido arte de tender puentes. Con el arma de la ternura, el dibujante, novelista y acad¨¦mico de la lengua, supo poner ante los ojos de los pudientes realidades que estos no quer¨ªan ver. Su trabajo consist¨ªa, seg¨²n dijo en una ocasi¨®n, en ¡°razonar hasta m¨¢s all¨¢ de lo razonable. Despojar de la hojarasca que envuelve las cosas hasta hacerlas c¨®micas¡±.
El lamento de sus compa?eros de profesi¨®n se dej¨® sentir ayer un¨¢nime. Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez, Peridis, destac¨® sus valores personales, su tolerancia y caballerosidad: ¡°Es el humorista que m¨¢s ha cohesionado este gremio. Conect¨® la generaci¨®n de la posguerra con la de la Transici¨®n¡±.
Conect¨® la posguerra con la generaci¨®n de la Transici¨®n Peridis
Fue tras la contienda y despu¨¦s de pasar por la Academia Militar de Guadalajara y la Universidad de Zaragoza (su familia era de origen aragon¨¦s) cuando ?ngel Antonio Mingote Barrachina (Sitges, 1919) se traslad¨® a vivir a Madrid, ciudad de la que lleg¨® a convertirse en ilustre vecino. Tanto, que en los ochenta el regidor Enrique Tierno Galv¨¢n le nombr¨® alcalde honorario del Retiro. En los Jardines de Cecilio Rodr¨ªguez de este parque por el que tantas veces pase¨® Mingote (lleg¨® incluso a vestirse de guarda del mismo) fue instalada ayer la capilla ardiente que permanecer¨¢ abierta hasta las siete de esta tarde.
En Madrid pint¨® fachadas, grab¨® placas, dise?¨® vestuarios y, en definitiva, dej¨® su impronta en mil superficies. Su estilo ha llegado a ser un rasgo inequ¨ªvoco de lo castizo, a la altura de Arniches o Jardiel Poncela. De esta ciudad extrajo adem¨¢s sus personajes. Galanes, criadas, mozos de cuerda, damas de la burgues¨ªa y, especialmente, los pobres: unos desharrapados de incansable lucidez. El retrato de este paisanaje es calificado por sus colegas como ¡°magistral¡±. ¡°Era un hombre limpio, como la l¨ªnea de su dibujo¡±, se?ala Julio Rey (de Gallego & Rey).
Adem¨¢s, en Madrid, forj¨® amistad con el guionista Rafael Azcona (fallecido en 2008). ¡°Si Mingote no se hizo de derechas del todo fue por Azcona, y si Azcona no se hizo completamente de izquierdas, fue por Mingote¡±, apunta el cineasta Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, cuyo filme Los muertos no se tocan, nene (2011) tiene cartel de Mingote y est¨¢ basado en una novela de Azcona.
El humorista logr¨® acercar posturas a fuerza de dar ejemplo. Es cierto que su carrera no se entiende sin el diario Abc, cabecera mon¨¢rquica y conservadora en la que entr¨® en 1953 y para la que realiz¨® infinidad de primeras p¨¢ginas (un raro fen¨®meno period¨ªstico). Tambi¨¦n es cierto que, entre las muchas distinciones que recibi¨® (entre otras, el premio Quevedos en 1998 y el t¨ªtulo de Marqu¨¦s de Daroca, en 2011), le fue otorgada la orden de Isabel la Cat¨®lica en pleno r¨¦gimen franquista. Esto no supuso una mengua en el cari?o entre quienes lo trataron en persona o supieron dejar hablar a sus vi?etas.
¡°Cuando le conocimos y vimos lo humilde que era nos dimos cuenta de que est¨¢bamos ante un genio¡±, afirma Pachi, de Id¨ªgoras y Pachi, quien descubri¨® la abundante obra de Mingote (una veintena de vol¨²menes, entre ellos una edici¨®n ilustrada de El Quijote que tard¨® dos a?os en culminar) con el libro Hombre solo. ¡°Nos cambi¨® la forma de pensar y de dibujar. Nos hizo querer dedicarnos a esto¡±. Lo mismo le pas¨® al dibujante Ricardo: ¡°Mingote era el padre de todos nosotros¡±.
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