El Centro Guerrero renace volcado en la ciudad de Granada
El museo consolida su proyecci¨®n internacional con una exposici¨®n dedicada a Manuel Rivera
Situado justo enfrente de la catedral y de la cripta que custodia los restos de los Reyes Cat¨®licos, el Centro de Arte Jos¨¦ Guerrero de Granada se ha convertido en uno de los museos de arte contempor¨¢neo m¨¢s potentes de la regi¨®n. Lejos queda la crisis vivida en 2010 durante la que los desbarres pol¨ªticos estuvieron a punto de hundir un prestigiosos centro nacido en 2000 gracias a la donaci¨®n de sesenta obras por parte de los herederos del pintor granadino fallecido en 1991 en Barcelona. Turistas, estudiantes y vecinos recorren a diario las salas de un edificio que es una clara met¨¢fora de la forma de entender el arte de Jos¨¦ Guerrero. La proyecci¨®n internacional y cosmopolita de su obra convive con los creadores que de alguna manera participan de su legado. La exposici¨®n que hasta finales de junio se le dedica a Manuel Rivera (Granada, 1928-Madrid, 1995) es una buena prueba de esas miras internacionales.
A la vista del papel que el museo desempe?a en la ciudad (las visitas han crecido un 43% respecto al pasado a?o), puede decirse que lejos de minar su enraizamiento, la crisis pol¨ªtica (encabezada por los entonces responsables culturales de la Junta, Ayuntamiento y Diputaci¨®n) ha fortalecido el museo. La inagotable paciencia de los familiares de Guerrero y de Yolanda Romero, la directora, junto a la plataforma ciudadana creada en defensa del centro (www.porelcentroguerrero.com), ha hecho fruct¨ªfera la resistencia. Por resumir brevemente el conflicto, en 2010, el frente pol¨ªtico local condicion¨® la cesi¨®n del edificio a que el museo se abriera a exposiciones de artistas locales en detrimento de los planteamientos universales de Jos¨¦ Guerrero. A la muerte del artista, sus hijos cumplieron sus instrucciones y legaron 60 importantes ¨®leos junto a su archivo y biblioteca. El paleto planteamiento institucional provoc¨® una respuesta ciudadana de tal calibre (incluidos los artistas locales) que los pol¨ªticos recondujeron sus planteamientos y el museo pudo rehacer su actividad con sus principios iniciales.
Yolanda Romero (Granada 1962), ahora directora en funciones y responsable del centro desde sus or¨ªgenes, en 2000, extrae varias lecciones de lo ocurrido. ¡°Sin duda, ha servido para reforzar el Centro Guerrero a nivel local y nacional. Tanto la administraci¨®n p¨²blica, como la sociedad civil, han tomado nota de lo importante que es conservar una colecci¨®n tan significativa como la de Jos¨¦ Guerrero. Si de algo hemos pecado en nuestro pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os es de la creaci¨®n de museos sin colecciones y sin medios posteriores para desarrollarlas. Por eso, el disponer de una colecci¨®n coherente y singular, como la de Jos¨¦ Guerrero, que nos permite contar muchas cosas de la historia art¨ªstica mas reciente, tanto nacional como internacional, le da a estas obras un valor patrimonial y cultural de primer orden en nuestro pa¨ªs¡±.
Hijo de una familia modesta granadina, Guerrero es, sin duda uno de los grandes artistas del siglo XX. Trotamundos y aventurero logr¨® varias becas para estudiar en una Europa activa y culta. En Par¨ªs se relacion¨® con otros grandes maestros espa?oles del siglo: Pablo Picasso, Joan Mir¨® y Juan Gris. Casado con Roxanne Pollock en 1950, se instal¨® en Nueva York y, ya con nacionalidad estadounidense a partir de 1953 entr¨® a exponer con grandes transformadores del concepto de pintura Franz Kline, Mark Rothko, Clyfford Still, Barnett Newman, Robert Motherwell¡. Siempre mantuvo relaci¨®n con Espa?a (particip¨® activamente en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, por ejemplo) y fue un referente para los artistas espa?oles de los 70. Todo ese mundo art¨ªstico est¨¢ contenido en el museo. ¡°En un pa¨ªs que no tiene en realidad grandes museos de arte moderno¡± a?ade Yolanda Romero, ¡° los centro monogr¨¢ficos como el Jos¨¦ Guerrero sirven de puente entre la historia (el expresionismo abstracto, una cierta abstracci¨®n¡) y la experimentaci¨®n, esto es, entre el pasado y el futuro. Nuestro papel como museo y al tiempo como centro de arte con capacidad de producci¨®n y de intervenci¨®n nos hace singulares¡±.
Tambi¨¦n la crisis del Centro ha servido, si cabe, para reforzar a¨²n m¨¢s la relaci¨®n con los herederos de Jos¨¦ Guerrero. ¡°Cuando se plante¨® la posibilidad del cierre del museo¡±, recuerda la directora¡±, y tanto la sociedad civil como el sector profesional reclamaron su permanencia y apoyo de forma contundente, la familia Guerrero detect¨®, y supo valorar, este enorme apoyo y fue eso lo que les anim¨® a mantener su deseo de que la colecci¨®n, pese a las dificultades, permaneciese en Granada. Lisa Guerrero, que lamentablemente falleci¨® durante todo este convulso proceso, declar¨® que sent¨ªa que el legado art¨ªstico de su padre ya no les pertenec¨ªa y que era simb¨®licamente de todos aquellos que lo reclamaban. Por eso, si cabe, la familia Guerrero han reafirmado su apoyo al proyecto y su deseo es que la colecci¨®n se quede en el Centro de forma definitiva. Tanto Tony Guerrero, como Pep Aubert y sus hijos Allegra y Lucas, mantienen ahora una relaci¨®n fluida y de confianza con el nuevo diputado de cultura, Jose Antonio Gonz¨¢lez Alcal¨¢, lo que sin duda facilitar¨¢ y har¨¢ posible encontrar una formula jur¨ªdica estable para el proyecto¡±.
La renovaci¨®n del contrato de Comodato, que garantiza la continuidad del centro, ha reforzado su anclaje en la calle. Falta lograr una forma jur¨ªdica que garantice que se cumplen los deseos del artista y , finalmente, convocar un concurso para la direcci¨®n que respete las buenas pr¨¢cticas. Ser¨¢ entonces cuando Romero se plantee concursar o dar por liquidada la etapa.
Mientras, el museo sigue el ritmo previsto en sus or¨ªgenes. Cuando concluya la exposici¨®n de Rivera, y durante los meses de verano , la obra de Guerrero ocupar¨¢ las tres plantas del edificio (habitualmente se expone una selecci¨®n en la tercera que se renueva peri¨®dicamente). En octubre llegar¨¢ M¨²sica y Acci¨®n, donde a trav¨¦s de un recorrido que comienza con Satie y las vanguardias hist¨®ricas, se llegar¨¢ a los a?os setenta, estableciendo un ¨¢mbito de reflexi¨®n en torno al acto creativo surgido de la incorporaci¨®n de la acci¨®n sonora como nuevo medio de expresi¨®n. No son exposiciones programadas con el objetivo de atraer grandes masas. El Jos¨¦ Guerrero juega en otra liga y sus responsables tienen muy claro su papel. ¡°No tenemos grandes recursos, ni nunca vamos a ser centros de atracci¨®n de masas¡±, concluye Yolanda Romero. ¡°Pero si que podemos ayudar a generar redes, a promover procesos, a incardinarnos en lo local de forma mucho mas profunda y rica. La agilidad y movilidad de un centro peque?o nos sit¨²a en un lugar privilegiado para tener un papel destacado en este aspecto que es esencial para toda sociedad que est¨¦ interesada en promover una cultura viva¡±.
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