Parte de ¡®guerra¡¯ en la Franja
Acusaciones, denuncias y ¡®secuestros¡¯ marcan la relaci¨®n entre Arag¨®n y Catalu?a, a la espera de un acuerdo por el conflicto sobre obras de arte
El conflicto que enfrenta a Catalu?a y Arag¨®n desde 1995 por un centenar de obras de arte de las parroquias que pas¨® de la di¨®cesis de Lleida a la de Barbastro, en Huesca, tiene una sombra muy alargada. Cualquier acto relacionado con la zona conocida como la Franja que realice una de estas comunidades despierta recelo y suspicacia en la otra y acaba en acusaciones y, en muchos casos, denuncias en los juzgados. Son los da?os colaterales de la guerra del arte que puede estar viviendo sus ¨²ltimos momentos si la reuni¨®n anunciada para los pr¨®ximos d¨ªas entre los presidentes de las dos comunidades, Artur Mas y Luisa Fernanda Rudi, pone fin a este asunto enquistado.
Pero el camino no est¨¢ siendo f¨¢cil. El Museo Diocesano y Comarcal de Lleida, aparte de esperar el acuerdo que puede significar desprenderse de parte de su colecci¨®n, vive una situaci¨®n kafkiana con una de sus obras. La Resurrecci¨®n, una tabla del siglo XV atribuida a Pedro Garc¨ªa de Benabarre, que trabaj¨® en Lleida y la Franja, fue entregada por la Diputaci¨®n de Lleida al museo en mayo de 2009, tras comprarla en una subasta por 22.000 euros, su precio de salida, al no pujar nadie m¨¢s. A los tres meses, la Guardia Civil se incaut¨® de la obra impidiendo tocarla, moverla, restaurarla o exponerla. Y sigue inmovilizada, casi tres a?os despu¨¦s.
¡°No podemos hacer nada con ella, m¨¢s all¨¢ de garantizar su conservaci¨®n. Es como si estuviera secuestrada en nuestro museo¡±, se lamenta la directora Montserrat Maci¨¤ que asegura no haber recibido denuncia alguna. ¡°No sabemos que se hayan abierto diligencias, pero estamos tranquilos porque todo se ha hecho ajustado a derecho¡±, remacha. La Guardia Civil, contactada por este diario, no ha aportado m¨¢s informaci¨®n sobre el caso.
Detr¨¢s de esta acci¨®n est¨¢ el Gobierno de Arag¨®n que mantiene que la venta es fruto de un expolio. Tras quejarse de no haber sido informado de la subasta, el Ejecutivo aragon¨¦s ejerci¨® el derecho de retracto argumentando que ¡°la obra pertenec¨ªa a la capilla del castillo de Benabarre y todos los bienes muebles que est¨¢n en castillos aragoneses son bienes protegidos [por un decreto] desde 1949¡±. Sin embargo, desde Lleida aseguran que la obra estaba en la parroquia de Santa Mar¨ªa de Valdeflores, tal y como muestran fotograf¨ªas anteriores a 1936.
En Balclis, donde se subast¨® la tabla ¡ªun Cristo que emerge de su tumba ante dos soldados dormidos¡ª, tampoco saben nada de la denuncia. Aseguran que la obra les lleg¨® de dos hermanos que la hab¨ªan heredado de su padre y que la bibliograf¨ªa habla de su pertenencia a la iglesia parroquial. As¨ª lo han explicado a la polic¨ªa, adem¨¢s de mostrar correos que prueban que s¨ª hab¨ªan hablado con el Ayuntamiento de Benabarre. ¡°Nosotros solo tenemos obligaci¨®n de notificar la venta de piezas a los cuerpos de seguridad, la Generalitat y el Ministerio de Cultura¡±, defiende Enric Carranco, experto en pintura de la sala. ¡°La obligaci¨®n de cualquier buen gestor es seguir todas las subastas y no esperar a que te informen¡±, explica.
Pero la cosa no acaba aqu¨ª. Tras la compra, Arag¨®n incluy¨® la obra en su cat¨¢logo del patrimonio cultural, a pesar de que Catalu?a ya lo hab¨ªa hecho. Contra el derecho de retracto y la inclusi¨®n en el cat¨¢logo aragon¨¦s la Diputaci¨®n present¨® alegaciones ante el Tribunal Superior de Justicia de Arag¨®n que est¨¢n pendientes de resolver.
El origen de las obras est¨¢ siendo clave para determinar qui¨¦n tiene derecho a comprarlas. Es lo que pas¨® con otra pieza, un Calvario vendido en junio de 2009 en Alcal¨¢ Subastas (Madrid), una obra g¨®tica atribuida a un an¨®nimo aragon¨¦s de origen desconocido. La Generalitat alert¨® al Gobierno aragon¨¦s de la venta y comunic¨® al Ministerio de Cultura su inter¨¦s en comprarla al ped¨ªrselo la Diputaci¨®n y el Museo de Lleida. Este museo atribuy¨® la pintura a Pere Espallargues, activo en Lleida y la Franja a finales del siglo XV, que la pint¨® para el retablo de la localidad leridana de Son. Para los aragoneses la compra ten¨ªa sentido porque fue el Maestro de Viella quien la realiz¨® para un retablo de Barbastro. Ante esta disyuntiva, el Ministerio de Cultura adquiri¨® la tabla por 9.500 euros, y tras varios informes y 15 meses, apost¨® por la tesis aragonesa y la entreg¨® al Museo de Huesca; una resoluci¨®n que la Generalitat impugn¨® tras llevarla a la justicia ordinaria.
A esta situaci¨®n tan crispada se a?aden sentencias y decisiones recientes que nada ayudan a superar el impasse: la semana pasada la di¨®cesis de Barbastro hizo llegar al obispo de Lleida una queja por prestar dos obras, de las 112 en litigio, para la exposici¨®n de arte g¨®tico que inaugur¨® el MNAC el 28 de marzo. En la misiva aseguran que no se les ha pedido permiso a ellos, que son los due?os de las piezas. ¡°Se ha seguido a pies juntillas la legislaci¨®n catalana que rige este tipo de cesiones, ya que son obras que a d¨ªa de hoy forman parte del patrimonio cultural catal¨¢n¡±, dicen desde Lleida.
La ¨²ltima acci¨®n es la demanda que el Gobierno de Arag¨®n present¨® el mi¨¦rcoles pasado en un juzgado de Huesca, a ra¨ªz de la sentencia del Tribunal Constitucional del 24 de enero que dictaba, 14 a?os despu¨¦s, que la venta de las obras del monasterio de Sigena a la Generalitat en 1983 y 1992 fue legal.
Sin fecha fija, la reuni¨®n entre Mas y Rudi deber¨¢ calmar los ¨¢nimos y terminar con estos desencuentros entre las dos comunidades. Una tarea dif¨ªcil que no se consigui¨® ni cuando Arag¨®n y Catalu?a estaban gobernadas por la misma fuerza pol¨ªtica. La ¨²nica lectura positiva es que el conflicto ha conseguido hacer famosos en los despachos de los pol¨ªticos catalanes y aragoneses del siglo XXI a pintores como Garcia de Benabarre, Espallargues, el Maestro de Viella que vivieron en el siglo XV y que, de otra forma, ser¨ªan totalmente ignorados.
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