Cultura en medio de la encrucijada
Mario Vargas Llosa abre un debate con su libro 'La civilizaci¨®n del espect¨¢culo' Poetas, fil¨®sofos, artistas y acad¨¦micos reflexionan sobre el retroceso de la cultura
El siglo XX termin¨® dando los cuartos y el XXI pas¨® a dar las campanadas que anuncian el fin de la Cultura. Al menos como se conoce tradicionalmente, no solo como creaci¨®n y reflexi¨®n, sino tambi¨¦n como moldeadora de cierto orden en la sociedad y gu¨ªa en la vor¨¢gine del conocimiento. A cambio ha entrado de lleno La civilizaci¨®n del espect¨¢culo, como la llama Mario Vargas Llosa en su nuevo libro, editado por Alfaguara. Un ensayo en el que analiza la situaci¨®n dominada, seg¨²n el Nobel, por la banalizaci¨®n de las artes, la p¨¦rdida de valores est¨¦ticos donde todo se iguala, la frivolidad de la pol¨ªtica, el deslizamiento del periodismo hacia el amarillismo y la obsesi¨®n por convertir todo en diversi¨®n. Un libro que abre un debate al que se unen personajes de la cultura, en cuyas reflexiones parecen filtrarse, con optimismo, aquello de: ?La cultura ha muerto, viva la cultura!
¡°Yo no hablar¨ªa de retroceso, sino de cambios en el producto cultural con consecuencias positivas y negativas¡±, aclara la fil¨®sofa Victoria Camps. O, acaso, ¡°?Qui¨¦n puede saber cu¨¢l es el retroceso, cu¨¢l el progreso? Hay un punto en el que pr¨¢cticamente es imposible saber si hay degradaci¨®n o el cambio que puede llevar a otras formas desconocidas¡±, explica Victoria Cirlot, experta en cultura y literatura medieval.
El mayor retroceso es que se identifica la cantidad con la calidad Jos¨¦ Manuel Blecua
El mayor retroceso, seg¨²n Jos¨¦ Manuel Blecua, director de la Real Academia de la Lengua, es que se ha identificado la cantidad con la calidad. ¡°El brillo ef¨ªmero del mercado ¡ªy la tiran¨ªa de las estad¨ªsticas¡ª con el ¨¦xito. Hemos perdido valores tan esenciales como el tes¨®n y el sacrificio, necesarios para lograr resultados en cualquier campo del saber¡±. Blecua tambi¨¦n echa de menos el sentido cr¨ªtico y que se piensa poco mientras somos v¨ªctimas de las prisas. Recuerda que ya en 1975, ?lvaro Cunqueiro dijo que ¡°el periodismo est¨¢ enfermo de superabundancia'. ?Qu¨¦ comentar¨ªa ahora? Es f¨¢cil de suponer. Disponemos de m¨¢s informaci¨®n que nunca, pero es dudoso que sepamos m¨¢s que antes¡±. Aunque sin mostrarse apocal¨ªptico ni menospreciar los avances y el acceso a los recursos que proporcionan las tecnolog¨ªas cree conveniente cambiar el modelo: ¡°Devolver el gusto por el estudio sosegado y abandonar la velocidad, sobre todo si desconocemos la direcci¨®n, el destino del viaje¡±.
Pero el porvenir nunca debe ser f¨¢cil, seg¨²n la poeta Clara Jan¨¦s. Y menciona una frase de Whitehead citada por Ilya Prigogine en ?Tan s¨®lo una ilusi¨®n?: ¡°El futuro tiene que ser peligroso... Los grandes progresos de la civilizaci¨®n son procesos que fundamentalmente destruyen la sociedad en que se producen¡±.
Frases de Vargas Llosa para el debate
- "La ingenua idea de que, a trav¨¦s de la educaci¨®n, se puede transmitir la cultura a la totalidad de la sociedad, est¨¢ destruyendo la alta cultura, pues la ¨²nica manera de conseguir esa democratizaci¨®n universal de la cultura es empobreci¨¦ndola".
- "Con una irresponsabilidad tan grande como nuestra irreprimible vocaci¨®n por el juego y la diversi¨®n, hemos hecho de la cultura uno de esos vistosos pero fr¨¢giles castillos construidos sobre la arena que se deshacen al primer golpe de viento".
- "La literatura light, como el cine light y el arte light, da la impresi¨®n c¨®moda al lector y al espectador de ser culto y de estar a la vanguardia, con un m¨ªnimo esfuerzo intelectual".
Y entre los cambios que se est¨¢n produciendo hay uno que se impone de forma irreversible, sentencia el cineasta Jaime Rosales: ¡°El valor de lo ef¨ªmero sobre lo duradero. Es lo m¨¢s caracter¨ªstico de nuestra sociedad: primar el presente y sus contingencias sobre la trascendencia de valores y conocimientos adquiridos a trav¨¦s de los siglos. Una Cultura, la nuestra, que no dejar¨¢ huella¡±.
Una cultura espect¨¢culo, seg¨²n Victora Camps, propiciada por la importancia de la imagen y la tiran¨ªa de la audiencia, que lo simplifica todo y lo convierte en puro entretenimiento. ¡°Tiene la virtud de que es m¨¢s democr¨¢tica y llega a m¨¢s gente. El problema es quedarse s¨®lo con ese soporte cultural y no complementarlo con otros soportes m¨¢s cl¨¢sicos¡±. Aplaude que el acceso a la cultura han aumentado, ¡°pero si la persona no ha aprendido a discernir y a seleccionar, la cultura espect¨¢culo no la har¨¢ m¨¢s culta¡±.
Algo que, recuerda Cirlot, el culto a las apariencias, al efectismo, desagradan por haber perseguido siempre la autenticidad. Y aun as¨ª, y, tristemente, se pregunta: ¡°?Qui¨¦n nos puede asegurar que es mejor lo profundo que lo superficial, lo dif¨ªcil que lo f¨¢cil, lo permanente que lo ef¨ªmero? Ciegos, como siempre, ante el muro del destino¡±.
El fil¨®sofo Manuel Cruz recomienda tomarse la banalidad en serio ¡°o, si se prefiere formular esto mismo de una manera algo m¨¢s filos¨®fica (y un punto grandilocuente), la posmodernidad no es la causa de nada, sino el efecto de algo. Si no se atiende a los cambios en la estructura del mundo real (en la econom¨ªa, en la sociedad, en la pol¨ªtica, en la entera vida) y se queda uno en el mero reflejo en la esfera de lo imaginario, no hay forma de ir m¨¢s all¨¢ del teatral lamento por el regreso de la barbarie (o por la apolog¨ªa de la ignorancia: la otra cara de la misma moneda). Lo peor de esta afectada actitud es que parece colocar la soluci¨®n en un imposible regreso a unos presuntos buenos tiempos perdidos en materia de alta cultura¡±.
El acad¨¦mico Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Ron no cree que a nivel de creadores haya un retroceso. ¡°Otra cosa es la cultura entendida como cultura popular. Existe una tensi¨®n entre la informaci¨®n y la reflexi¨®n; hay que saborear el conocimiento, y a pesar de la tecnolog¨ªa esta tiende a producir para muchos una cultura banal. Otra cosa es que esa inundaci¨®n de facilidades termina para muchas personas prostituyendo ese ideal de cultura cl¨¢sica¡±.
El futuro tiene que ser peligroso... Los grandes progresos de la civilizaci¨®n son procesos que destruyen la sociedad en que se producen Clara Jan¨¦s
Ante el posible retroceso, la fil¨®sofa Adela Cortina empieza diciendo: ¡°A lo verdadero, a lo bello, a lo bueno'. Esta leyenda, que figura en la Antigua ?pera de Frankfurt, resume las aspiraciones de una cultura con capacidad creadora, con capacidad de ilusionar¡±. Es clara en afirmar que el saber, la m¨²sica, la literatura, la moral y la pol¨ªtica no pueden convertirse en mercanc¨ªa y reducirse a pura diversi¨®n. ¡°Y no solo porque cuando el espect¨¢culo invade la vida entera no quedan sino gentes pasivas, superficiales, v¨ªctimas f¨¢ciles de la manipulaci¨®n, sino tambi¨¦n porque han perdido el gusto por lo m¨¢s hermoso. Contagiar en la educaci¨®n de los ciudadanos y los profesionales la estima de los mejores valores, ense?arles a degustarlos, suscitar el impulso de las grandes aspiraciones es indispensable para revitalizar una cultura decadente, que se nos est¨¢ escurriendo por las rendijas de la banalidad¡±.
Y resurge la voz de la poeta, de Jan¨¦s, recordando que no hay marcha atr¨¢s y que s¨®lo se puede intensificar la reflexi¨®n y la responsabilidad. ¡°Tal vez no tenemos a¨²n las directrices, pero no hay que sucumbir al hecho de que la naturaleza ignora la ¨¦tica y est¨¢ en 'la atrocidad de una contienda eterna', seg¨²n Arthur Schweitzer. Hay que decir con el Mahabharata: 'El destino es poderoso pero la acci¨®n es igualmente poderosa. Es la acci¨®n la que da forma al destino¡±.
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